Redacción Canal Abierto | “Deberían (sic) tener angustia de tomar la decisión, mi querido rey, de separarse de España». Esas fueron las palabras con las que Mauricio Macri intentó consagrarse con el rey emérito Juan Carlos I, en el marco de los festejos por el bicentenario de la independencia argentina.
Aunque desafortunados, los dichos del presidente argentino no hacían más que explicitar la postura de Cambiemos para con los representantes de las “naciones desarrolladas”; aún cuando en este caso se trate de un socio menor al interior de la Unión Europea, y de un monarca con funciones ornamentales y nula participación en materia de políticas de Estado.
En esta oportunidad los halagos fueron con motivo de la visita a nuestro país del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy. En una entrevista en el día de ayer al periódico conservador ABC, Macri catalogó la relación con su par europeo como «la de dos amantes que se han vuelto a encontrar. Tuvimos un cortocircuito absurdo de unos años que está resuelto. El nivel de afecto que recibí en la visita a España fue tanto que hasta dudé en quedarme ahí a vivir para siempre”.
El líder del Partido Popular (PP) -la fuerza de derecha que gobierna España- llega a la Argentina para, entre otras cosas, negociar concesiones para las empresas nacionales. Entre ellas Telefónica, la mayor inversora española en el mundo: en 2017, a nivel global, el grupo registró ganancias por 3.132 millones de euros. La filial argentina aportó 971 millones de euros en ingresos (25.392 millones de pesos) con una mejora del 6,7 por ciento respecto de 2016.
En diciembre de ese año, con la firma del decreto 1340, Mauricio Macri habilitó la fusión entre Telecom y Cablevisión-Nextel. La resolución -que junto a la virtual derogación de la Ley de Medios, constituye uno de los mayores guiños gubernamentales al Grupo Clarín- fue la que disparó las quejas celosas del gigante ibérico.
En su momento, el Observatorio de la Riqueza padre Pedro Arrupe presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia pidiendo que anule la medida y se suspenda el proceso de fusión alegando que la misma viola la Ley de Defensa de la Competencia, entre otras normas.
Con miras a no quedar afuera del negocio, quien también puso el grito en el cielo fue Telefónica, y así se lo hizo saber Rajoy a Macri. Por esto es que, justo antes del arribo del líder del PP, Cambiemos Envió al Senado el proyecto de “ley corta”, que permitirá a las empresas de telecomunicaciones –entre ellas Telefónica- acceder al mercado del cuádruple play (televisión por cable, telefonía fija y móvil e internet).
Como contrapartida, Macri espera recibir el respaldo de su par al acuerdo Unión Europea-Mercosur, mediante el cual el argentino intenta mostrarse como líder diplomático en la región.
Las negociaciones con la Unión Europea se encuentran trabadas hace tiempo, sobre todo porque los europeos no están dispuestos a resignar áreas y medidas proteccionistas de su economía. En cambio, exigen la apertura de los mercados latinoamericanos.
Mas allá de eventuales beneficios para la exportación argentina, especialistas advierten sobre los perjuicios de la apertura de mercados para el país y la región que golpearían sobre sectores industriales, pero también los de servicios, constructoras y proveedoras de alta calificación, que entrarían en competencia desigual con empresas europeas del mismo tipo.