Redacción Canal Abierto | Este lunes el Banco Central volvió a intentar poner un freno a la escalada devaluatoria de las últimas semanas con la venta de 408 millones de dólares, lo que no impidió que la divisa se cotice en 25,5 pesos. La semana pasada el Gobierno inició negociaciones con el FMI para acceder a financiación por, según estimaciones, 30 mil millones de dólares. A todo esto se suma el inminente mega vencimiento de $ 645.000 millones de pesos en Lebacs (al menos un 5% está en manos de inversores extranjeros), equivalente al 65% de todo el dinero en circulación.
Una tormenta perfecta, aseguran muchos; total normalidad, dicen el Gobierno.
Aunque Cambiemos intente poner paños fríos, lo cierto es que Argentina atraviesa una crisis económica vinculada a la especulación del sector financiero y que, según especialistas, es consecuencia de la especulación de sectores empresariales vinculados a la Unión Industrial Argentina (UIA).
Y frente a esta situación, no asombra la posición crítica de buena parte de la oposición. El PJ, el kirchnerismo, el Frente Renovador y el Frente de Izquierda, todos salieron a atacar duro al “mejor equipo económico de los últimos 50 años” por, entre otras cosas, el elevado nivel de endeudamiento y el flamante retorno al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin embargo, a los cuestionamientos esperables se sumaron otros que, muy duros en algunos casos, que podríamos caracterizar como “fuego amigo”.
Uno de ellos, Alfonso Prat Gay, ex ministro de Hacienda y Finanzas Públicas de Mauricio Macri, aseguró que ir al FMI «es como llevarte mal con tu suegro y tener que pedirle plata. A partir de ahí, por más que se la devuelvas, te lo va a recordar toda la vida». El economista admitió que «no es una buena noticia», ya que «normalmente es un prestamista de última instancia».
Quien también hizo ruido con sus declaraciones respecto del rumbo económico fue el ex presidente del Banco Nación, Carlos Melconian, quien señaló: «el segundo semestre, con el FMI, vamos a comer pechuguita y puré de calabaza». «¿Qué querés hoy con el anuncio del Fondo?: que si hay diarrea, pare. El anuncio es la pastilla de carbón”, afirmó. Sobre el discurso macrista que culpa echa culpas a “la pesada herencia”, aseguró: «No me vengas a joder con lo que te dejaron, que acá también te autoincubaste una herencia». También sostuvo que hay «metas de inflación totalmente irreales».
Otro que disparó contra la actual gestión fue uno de sus integrantes, el ex diputado nacional Ricardo Alfonsín. Con críticas al regreso del FMI, planteó que no hubo “precauciones” para detener la corrida del dólar y que “no llegaron inversiones como se pensaba y se generó un nuevo problema con el déficit comercial”. “En la memoria colectiva están muy presentes la dictadura, las violaciones a los derechos humanos y la interferencia del FMI, que ha sido muy malo para el país”, agregó.
Por último, quien cargó todas las tintas contra el Gobierno fue el economista ultra ortodoxo y liberal, José Luis Espert. Días atrás, en una entrevista televisiva sorprendió por algunas de las caracterizaciones que hizo del momento económico: «Terminar en el Fondo es irse a la B”. Sin embargo, su discurso fue mas en línea con quienes piden un ajuste brutal y no el “tibio gradualismo” macrista: «Que el Gobierno deje de mentirnos, nos ha mentido mucho. El Gobierno heredó un desastre de parte del kirchnerismo y en lugar de blanquear ese desastre y actuar en consecuencia, prefirió el bailecito del 10 de diciembre con Gilda de fondo. Argentina no daba para eso, daba para prometer sólo sangre, sudor y lágrimas».
Con amigos como los de Cambiemos…