Redacción Canal Abierto | “Qué lindo es dar buenas noticias. He anunciado un blindaje internacional que nos saca del riesgo y crea una plataforma extraordinaria para el crecimiento”. Así iniciaba, allá por 2001, el anuncio de Fernando De la Rúa que prometía la salvación de la economía argentina y que dejó ese mismo año un país en default, a la gente sin ahorros y un saldo de 36 muertes en todo el país, entre ellos siete niños.
Anoche, cuando el ministro de Hacienda tomó la palabra, resultó difícil no pensar en los paralelismos. “Decidimos recurrir al fondo de manera preventiva, para evitar una crisis. Estamos empeñados, desde que el presidente Macri asumió en 2015, en poder transitar una economía que crece por mucho tiempo sin crisis, y estamos en ese proceso”, dijo Dujovne.
El Gobierno recibirá US$55.650 millones de cuatro organismos internacionales. De esa cifra, US$50.000 millones provienen del Fondo Monetario Internacional. El resto vendrá del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la CAF-Banco de Desarrollo.
El acuerdo es Stand-by con una duración de 36 meses, y el primer desembolso será del 30% (US$15.000 millones) el 20 de junio.
“En algunos aspectos, este acuerdo es similar al blindaje de 2001. Se está buscando, a través del respaldo del FMI, que los mercados financieros le vuelvan a prestar a Argentina y que no haya temor de volver a caer en default. La verdad de esta historia es que en 2001 esto no sirvió porque ese mismo año el país cayó en default. Hoy las previsiones tampoco son favorables. Es bastante difícil que funcione porque los problemas de fondo que tiene la economía argentina, sobre todo la crisis cambiaria, no se resuelven con esto”, explicó el economista Raúl Dellatorre, en diálogo con Canal Abierto.
Como condición para el desembolso se acordaron nuevas metas de inflación y déficit fiscal. En cuanto a las previsiones inflacionarias, el acuerdo con el Fondo prevé para 2019 una suba del 17%; para 2020, 13% y para 2021 del 9%. En lo que hace al déficit fiscal, se pactó lo siguiente: 2,7% del PBI en 2018 (contra 3,2% de las metas previas); 1,3% en 2019 (contra 2,2% anterior); equilibrio primario en 2020 (contra 1,2% previo) y superávit de 0,5% en 2021 (contra 0 de antes).
Para aclarar un poco el panorama, Dellatorre explicó: “Esto es más ajuste, y por impacto va a caer en los salarios, porque esta situación va a generar en la segunda mitad del año una inflación muy fuerte -me animo a decir por arriba del 35%- porque el Gobierno está obligado, ahora más que nunca, a mantener los tarifazos para poder cerrar las cuentas públicas. Va a subir el dólar, como ya está pasando hoy, porque es lo que el FMI recomienda para empezar a equilibrar un poco las cuentas externas. La suba del dólar y las tarifas son las causantes de este disparo de la inflación en estos últimos dos años y medio. Esto, frente a paritarias pisadas del 15%, más el 5% que adicionaron ayer, produce una pérdida salarial tremenda”.
Durante el anuncio, Dujovne también aseguró que este programa que vienen implementando, más la ayuda del Fondo, va a lograr en 20 años un país “más normal”, colocando a la Argentina dentro de las naciones desarrolladas.
También sostuvo que fueron las crisis las que generaron un país pobre y la destrucción de contratos.
Muy contrario a esto están las previsiones de los especialistas. “El Gobierno va a reducir mucho el gasto público este año y, fundamentalmente, el que viene. El compromiso de achicar el déficit en 2019 es tremendo, porque le están quitando a la economía una de las fuentes de oxígeno esencial, que es el gasto público. Entonces si este segundo semestre del año va a ser recesivo y no vamos a tener crecimiento, lo que sigue va a ser todavía peor si continúan con este programa”, detalló el especialista.
Para finalizar, explicó: “El préstamo de US$50.000 millones está dado con tres años de gracia, es decir que durante los primeros tres años no se paga ni cuota ni devolución de intereses. A partir de ahí se devuelve en ocho trimestres. Si se devuelve en ese tiempo quiere decir que en dos años hay que devolver esos 50.000 millones más los intereses, porque que no los pagues no quiere decir que no los debas ni se vayan acumulando. Si redondeamos son US$70.000 millones que hay que empezar a devolver en dos años a partir de 2021, y que no se va a poder pagar porque es una cifra imposible. Esto lleva a tener que seguir negociando con el FMI nuevos intereses, y vas a condicionar a este gobierno y a los que vengan por mucho tiempo más, porque de estas negociaciones no se sale así nomás. Esto no es una fuente de crecimiento, sino una fuente de ajuste permanente, así como está planteado. Es realmente absurdo pensar que esto pueda sostenerse y si se complica antes seguramente no van a llegar a completar el desembolso de los US$50.000 millones”.