Redacción Canal Abierto | El mismo día en que se conocieron los datos oficiales de la pobreza -que revelan que el 27,3% de los argentinos es pobre y el 4,9%, indigente– el Ministerio de Trabajo devenido en “Secretaría” presentó los del empleo, que completan el trágico cuadro: los empleos registrados cayeron un 0,5% en julio respecto de junio. En números, significa una pérdida de 56.900 puestos de trabajo en blanco.
El sector privado fue el motor de la disparada del desempleo: allí se contabilizan 7.300 trabajadores asalariados menos, lo que representa una baja del 0,1%. Los monotributistas, en tanto, crecieron en una proporción equivalente, lo que indica una tendencia hacia la precarización. En relación a 2017, de julio a julio se perdieron 41.300 puestos de trabajo registrados.
Ocho de los catorce sectores relevados, presentan caídas. A la cabeza se encuentra la industria manufacturera, quien registró 4.100 empleos menos, seguida de la construcción, que perdió en julio 3.500.
Geográficamente, las provincias que más empleos registrados perdieron fueron La Rioja (8%), Catamarca (5,8%), Santa Cruz (3,8%); San Luis y Formosa (3,5%); y Chubut (2,1%).
De acuerdo con el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), los salarios de quienes aún conservan su trabajo en el sector privado también perdieron frente a la inflación, y quedaron 5,2% abajo.
Antes de que se conocieran los datos oficiales, distintos informes también anticiparon durante esta semana un escenario desolador.
Basado en los datos sobre desempleo que difundió el INDEC la semana pasada, el Instituto de Políticas Públicas (IPyPP) registró “el agravamiento del cuadro laboral que se sostiene, casi de manera ininterrumpida, desde el comienzo de la administración de Cambiemos”.
“Con un breve veranito en la segunda mitad de 2017, durante el cual el nivel de empleo escaló pero con la contrapartida de la extensión de la informalidad laboral, se culmina la primera parte de este año con el valor de desocupación más alto de la serie publicada desde la normalización del organismo público de estadísticas que araña el 10%”, resume el informe y destaca que “todos los indicadores publicados que reflejan la existencia de excedente de fuerza trabajo que padecen algún grado de exclusión o subutilización laboral verifican un aumento”. Esto es la subocupación (11,2%), lo que se conoce como desempleo “encubierto” u ocupados demandantes de empleo (16%), y los ocupados no demandantes que desean trabajar más (6,3%). La sumatoria de la mano de obra disponible alcanza al 31,9% y la presión demandante sobre el mercado laboral asciende al 25,6%.
En términos poblacionales, lo anterior indica que durante el último año se verificaron 221.400 desocupados más, casi 340 mil ocupados demandantes de empleo más, y 61 mil ocupados disponibles más. “En suma, 620 mil personas más que integran la fuerza laboral que ejerce presión en el mercado de trabajo para conseguir un empleo. Esta magnitud, que es prácticamente equivalente al aumento de la población económicamente activa, permite concluir que bajo las condiciones actuales, la población que anualmente se incorpora activamente en el mercado laboral no encuentra respuesta satisfactoria”, agrega el estudio del IPyPP.
Los meses que se vienen
Desde el Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, sostienen que “el salario real de los asalariados registrados en el sector privado se desplomó en julio un 6% en términos interanuales. Las perspectivas para agosto y septiembre son incluso más desalentadoras”.
Por su parte, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) ya contabilizó para agosto 6.233 despidos y suspensiones, lo que duplica al mismo mes del año anterior, en este caso encabezados por la industria y la Administración Pública. Entre ambos, suman el 91% de los casos.
Durante los primeros ocho meses del año, se contabilizan un total de 39.027 despidos, de los cuales 15.300 corresponden al sector público y 23.727 al empleo privado. “Estos datos implican un promedio de 4.878 despidos y suspensiones mensuales durante los primeros ocho meses de 2018”, sostiene el informe.
Dentro de la industria, encabeza el ranking de despidos el sector textil, seguido del automotriz y autopartes, alimentos y bebidas, y el sector metalúrgico.
Del total de casos, 27.931 corresponden a despidos, 4.907 a despidos por cierre de empresas o plantas, 720 a retiros voluntarios, 60 a renuncias con indemnización, 4.679 a suspensiones junto con 800 casos de adelanto de vacaciones.
Si contabilizamos los despidos desde el comienzo de la era Macri, estos ascienden a 80.859, sin sumar las suspensiones del mismo período.