Por Federico Chechele | Es difícil recordar a un candidato presidencial tan confirmado y que tenga que reafirmarlo todas las semanas. Mauricio Macri intenta sobrevivir al frente del Gobierno con especulaciones por todos lados y con sus ministros aclarando que no hay Plan V. Ya no sólo recibe críticas de las centrales obreras, o de los partidos de la oposición, o del empresariado local. Los mercados y su frente interno le están pidiendo que baje su candidatura.
Es natural y lógico. No hay respuesta. Sólo enumeran excusas caducas para atenuar la crisis: la pesada herencia, las «tormentas» que se desataron en el mundo, se gastó más de lo que se tiene, hay que pagar tu fiesta, te hicieron creer que la luz era gratis, la culpa de lo que le pasa a los argentinos somos los argentinos, la peor sequía de los últimos 50 años, la guerra comercial entre USA y China, pasaron cosas, la crisis de la Lira turca, la crisis de Brasil, los últimos 70 años, la inflación de los últimos 80 años… y así nos quieren convencer de su inoperancia doméstica y su subordinación al FMI.
Pero el Presidente fue por más y esta semana dijo que «el riesgo país sube porque en el mundo hay miedo de que los argentinos quieran volver atrás». Así, atribuyó la fuerte suba de ese indicador y la incertidumbre financiera a la consolidación del kirchnerismo como principal competidor. El verdadero riesgo que ven los mercados es la incapacidad de este gobierno porque el dólar, la inflación y todos los índices negativos crecen de manera escalofriantes desde el comienzo de su mandato.
En medio de la crisis que se desató aún más esta semana, Macri recibió en la Casa Rosada a representantes de las 16 empresas que participarán del programa Productos Esenciales, les pidió apoyo y les prometió bajar impuestos garantizándolo un reforma tributaria para el 2020.
Tuvo una respuesta lapidaria: al otro día, parte del denominado Círculo Rojo recibió en el Hotel Alvear a la gobernadora María Eugenia Vidal y le preguntaron sobre la posibilidad cierta de que sea ella la candidata presidencial por Cambiemos. Inversores y empresarios todavía no descartan el Plan V mientras Cristina Kirchner sigue encabezando todas las encuestas. Vidal se reunió con algunos de los hombres de negocios en un salón apartado y descartó su candidatura, aunque, según se supo, pudo haber sido mucho más tajante.
Cambiemos imaginó cualquier escenario menos este. Los empresarios argentinos, el mercado local e internacional y las publicaciones más prestigiosas según su propia lógica hacen cola para criticar la incapacidad del Gobierno. El propio Financial Times fue tajante al titular que la situación de la Argentina “está en la cornisa”. En ese contexto, Horacio Rodríguez Larreta tuvo que salir al cruce y desafió a propios y extraños al señalar que “los candidatos se deciden en la Argentina, no en Wall Street».
En medio de todo este caos económico e institucional, Cambiemos anunció que se mudaba a Córdoba para apuntalar a sus candidatos. Lo que no esperaban era que el escándalo se iba a agudizar. Elisa Carrió empezó la campaña del miedo y tiró que «se van todos los dólares y un tercio del país” si llega a ganar la ex presidenta. Pero horas más tarde no tuvo mejor idea que decir en pleno corazón cordobés que «gracias a Dios se murió De la Sota».
Días antes había asociado al ex gobernador de Santa Fe Antonio Bonfatti con el narcotráfico. En las próximas elecciones de Santa Fe y Córdoba se podrá comprobar si los dichos de Carrió sumaron o le restaron votos a los candidatos de Cambiemos que fue a apoyar. Mientras tanto en la Rosada se agarran la cabeza.
Cambiemos imaginó cualquier escenario menos este. Los empresarios argentinos, el mercado local e internacional y las publicaciones más prestigiosas según su propia lógica hacen cola para criticar la incapacidad del Gobierno. El propio Financial Times fue tajante al titular que la situación de la Argentina “está en la cornisa”.
Cambiemos sumará una nueva derrota en Santa Fe
Este domingo se realizarán las PASO en la provincia de Santa Fe. Por el socialismo el candidato será el ex gobernador Antonio Bonfatti. El PJ tendrá interna: el senador Omar Perotti enfrentará a la ex vicegobernadora provincial María Eugenia Bielsa. Por Cambiemos irá el intendente de la capital, el radical José Corral quien esta semana recibió el apoyo – o por lo menos esa era la idea – de Macri y Carrió para intentar torcer los resultados que, hasta ahora, parecen ser esquivos.
Según la consultora Raúl Aragón y Asociados, Bonfatti encabeza la intención de voto en la provincia con un 29,5% y lo sigue de cerca el peronista Perotti con 27,7%. En tercer lugar se ubica la también peronista Bielsa con un 19,1%. Recién en cuarto lugar aparece el candidato de Cambiemos, Corral, 18,2%.
Por su parte, Carlos Del Frade busca renovar su banca a diputado provincial por el Frente Social y Popular. En alianza con Ciudad Futura, pretenden consolidarse como una alternativa a los partidos tradicionales de la ciudad y la provincia.
El libro y la candidatura de Cristina Kirchner
El lanzamiento de «Sinceramente», el libro que presentará la ex Presidenta se aproxima a la confirmación de que será candidata. A esto habría que sumarle el sugestivo comentario que deslizó esta semana Alberto Fernández en medio de la crisis cambiaria: “Cristina no piensa en default”, lanzó, haciendo las veces de vocero. Lo cierto es que varios de los párrafos que se transcribieron del libro tienen un tono electoral: “Hay que volver a ordenar la Argentina…porque así no va más”, entre otros, abren la puerta a una nueva postulación.
Y mucho más con los números que arrojan las encuestas. Hoy, todas la dan ganadora en primera y segunda vuelta. Es más, desde Instituto Patria arriesgan el peor escenario: si Cristina Kirchner perdiera el balotaje llenaría el Congreso con legisladores propios y quedaría como jefa política de la oposición. Habrá que esperar.
Dentro del esquema del Peronismo, el que presentó oficialmente su candidatura presidencial fue Felipe Solá. A través de su espacio Red x Argentina se mostró rodeado de los movimientos sociales y bregó por la unidad de todos los sectores.
En esa línea, esta semana Roberto Lavagna se dejó ver junto a Sergio Massa para disipar dudas sobre su cercanía y seguir ampliando el armado que ya incluye algunos sectores del socialismo y radicales enojados. Ante los requerimientos de presentarse a las PASO dentro de Alternativa Federal, el ex ministro de Economía habría cedido para mitigar diferencias en agosto. El que intervino fue Juan Schiaretti, el gobernador que todos esperan agazapados con un triunfo en las elecciones de Córdoba el próximo 12 de mayo.
Paro Nacional de (casi) todo el movimiento obrero
La CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores y el Frente Sindical para un Modelo Nacional realizarán un Paro Nacional el próximo martes 30 de abril con movilización a Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país. También marcharán los movimientos sociales.
Ayer al mediodía, en la sede de la Asociación Bancaria se realizó una conferencia de prensa para anunciar las medidas y además se informó que el 1º de mayo, en el Día Internacional del Trabajador y, como continuidad del plan de lucha, realizarán ollas populares en CABA y en todo el país.
Los que faltarán a la cita son los jefes del sector dialoguista de la CGT, denominados “gordos” e “independientes”, quienes a través de Carlos Acuña, uno de sus secretarios generales, argumentaron que “no sirve hacerle un paro general al Gobierno”.
Si bien no es extraña la postura de la CGT, es difícil de entender cómo se le explica a sus afiliados que en la era Cambiemos el salario mínimo retrocedió 55% y que hubo 20 mil despidos y suspensiones solamente entre enero y marzo de este año; y no hacer nada.
Hace exactamente un año el dólar cotizaba a $ 20,56. A esta altura, y acostumbrados a los embates económicos, cualquier argentino sabe que cuando sube el dólar crece la inflación y se pierde poder adquisitivo. Lo sabe el Gobierno que pone excusas, la oposición para acorralar a la Casa Rosada, y los trabajadores que organizados exigen a los gritos cambiar el rumbo económico o el castigo estará en las urnas.