Redacción Canal Abierto | Un Parque Temático gauchesco con un Polo del Asado, una pista de destrezas con caballos, un museo de la carne y el vino, son algunas de las atracciones que se verían con la modificación del Mercado de Hacienda de Liniers, en Mataderos.
Se trata de 34 hectáreas que hasta el año pasado pertenecían al Gobierno Nacional, pero el 65% de ellas fue vendido a la Ciudad de Buenos Aires para el financiamiento de obras como la del Paseo del Bajo. Se sospecha que el 35% restante también quedará en manos de la Ciudad para un dominio completo del lugar.
Un 35% de este espacio está destinado a la construcción inmobiliaria. Se tiene pensada la edificación de dos escuelas y un parque temático de 7 hectáreas. Un 20% de esos metros está autorizado a privatizar.
“Ellos dicen que necesitan privatizar para que este dinero que ingrese se inviertan en mantener los edificios patrimonialmente protegidos. Es la misma argumentación que dieron sobre el Ecoparque. Decían que la concesión era sólo para el mantenimiento, y lo que terminó pasando fue que el Gobierno hizo las obras y se lo otorgó en concesión a los privados. El Estado pone la plata y el privado realiza la explotación. No lo hace para tener ingresos sino para favorecer a los empresarios que ganan estas concesiones”, sostiene el presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad, Jonatan Baldiviezo.
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El proyecto para transformar la Comuna 9 se aprobó en primera lectura y en febrero de 2019 fue debatido en Audiencia Pública con 250 vecinos y oradores. Hoy, el texto original presenta modificaciones que deberán ser debatidas nuevamente.
Victoria Roldán, del bloque Vamos Juntos expresó que el oficialismo espera que la ley sea sancionada antes de fin de año. “Nos interesa que el proyecto salga para continuar revalorizando los barrios periféricos. Es una gran oportunidad”, remarcó.
Sin embargo, para Baldiviezo, esa revalorización de los barrios no sucede. “En definitiva este no es un proyecto para integrar un terreno con su entorno, y la gravedad de esto es más evidente cuando el entorno es una de las villas más grandes de Buenos Aires y que sigue estando oculta. En la audiencia pública también hubo mucha intervención sobre la necesidad de espacios culturales referentes a la protección de inmuebles que hoy están desprotegidos”.
Por otro lado, el proyecto contempla una nueva urbanización con cinco zonas. Las zonas 1, 2 y 3 estarían destinadas a Equipamiento Educativo, Equipamiento Institucional, y una Mixta, que incluiría nuevos edificios destinados a viviendas, comercios y centros sanitarios, pero no se explicita quién se hará cargo de las mismas.
Lo que sí observan es que el 10% de las nuevas unidades que se construyan allí debe estar destinado a la edificación de viviendas sociales y ser gestionadas a través del Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) para ser entregadas a vecinos que residen en la Comuna hace cinco años o más.
En esto se incluye también el problema habitacional de las 23 familias asentadas en edificios administrativos de un antiguo matadero, las cuales podrían elegir entre obtener en comodato una nueva unidad funcional, la asignación de una vivienda del IVC, el otorgamiento de un crédito, o la asignación de un inmueble producto de herencia vacante de la Ciudad.
Todas estas medidas se escriben en potencial ya que nada está asegurado, y todavía resta una segunda lectura. Sin embargo, ya despierta malestar en vecinos, dirigentes y organizaciones.
“Van a fabricar un pueblo con gente disfrazada, con mujeres vestidas de chinas con trenzas. Un Disney Gauchesco ubicado en una zona que por un lado linda con Villa Oculta, y por otra con el barrio humilde Los Perales”, declaró a La Nación Javier Andrade, diputado de Unidad Ciudadana. Y agregó: “En realidad quieren hacer un polo para gente con dinero, restaurantes caros de $2.000 el cubierto, todo esto sin tener en cuenta que el Mercado de Hacienda de Liniers expresa la tradición de la gente de campo. No se deben vender más tierras públicas a los privados”.
Por su parte, Baldiviezo destacó: “El Gobierno habla de establecer un polo gastronómico y no hay seguridad de quiénes son los que van a decidir la fisionomía y la identidad de lo nuevo que se vaya a implantar. Este gobierno, viendo todo de una manera más globalizada y mercantilizada, suele defender la superficialidad de la verdadera esencia de los barrios para incorporar a estos espacios a los principios o estándares internacionales de uniformidad, donde la identidad de los barrios no se piensa para quienes lo habitan, sino para que sea un elemento más a la hora de generar renta a través del turismo, que es lo que sucede en San Telmo”.
Por último, los vecinos sostienen que, si bien la construcción de escuelas les parece positivo, no quieren torres. “Esto es Mataderos, no deberá ser Lugano, con edificios altos», dijo Sergio Menegazzo.