Redacción Canal Abierto | Según el informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) titulado La pobreza sigue subiendo, en los primeros tres meses de 2019 la pobreza llegó a afectar al 34,1% de la población, lo cual implica que 15,3 millones de personas son pobres. “La faceta más cruel, el hambre, alcanza a nada menos que al 7,1% que equivale a decir que actualmente más de tres millones son indigentes”, explica el texto.
Estas cifras, sumadas a la fuerte devaluación de 2018, los despidos masivos y la inflación récord, dejaron al país en un estado de recesión económica difícil de revertir.
Frente a este escenario, la economista Lucía Cirmi Obón, investigadora del Centro Interdisciplinario para el Estudio de Políticas Públicas de la UBA, y las sociólogas Virginia Franganillo y Mari José Rodríguez, del Observatorio de Género y Pobreza de la UNSAM, elaboraron un proyecto con perspectiva de género para reactivar la economía del país a través de las tareas de cuidado.
El “Sistema Nacional de Cuidados”, tiene por objetivo estimular la demanda de consumo, especialmente en los sectores de la sociedad más afectados por esta recesión. “Este es un reclamo que hacen los feminismos desde hace bastante tiempo, para Argentina y muchos otros países de América Latina. Ya que tanto la pobreza como el desempleo están feminizados, hay que hacer políticas de reactivación económica con perspectiva de género. Gane quien gane nos parece importante que esto se ponga en agenda”, sostiene Cirmi Obón.
El proyecto propone programas que implican la ampliación de la oferta educativa para la primera infancia, el reconocimiento previsional del trabajo doméstico, la formalización de espacios comunitarios de cuidados, la jerarquización del trabajo doméstico remunerado, la capacitación de jóvenes para integrarlos al mercado de trabajo como cuidadores de personas mayores, licencias igualitarias y universales incluso entre trabajadores informales y monotributistas, y la creación de un ingreso universal de cuidadores para quienes se hacen cargo de estas tareas de forma intensiva en los hogares.
“Es importante ampliar la oferta pública de cuidado. Esto moviliza la construcción, el empleo de cuidadores y cuidadoras, educadores y educadoras, al mismo tiempo que libera la pobreza temporal de las mujeres que hoy tienen una doble carga entre el trabajo y las tareas de cuidado. Hay quienes no tienen carga laboral pero pasan su tiempo haciendo trabajos de cuidados sin ningún tipo de ingreso. También deben optar por buscar un trabajo cuya remuneración sea suficiente para pagar a alguien que realice las tareas de cuidado que no puede hacer, o quedarse en casa y realizarlas ellas. Esto no es bueno ni malo, pero no está bien que en nuestra sociedad haya personas que estén cuidando y que lo hagan sin derechos y sin ingresos”, aclara la economista.
Políticas como el reconocimiento de trabajos de cuidado en la jubilación o a reforma del régimen de licencias son maneras de inyectar dinero en la economía, de una forma que la moviliza desde abajo. “Los sectores que hoy están desempleados y haciendo trabajo de cuidado están feminizados y en los barrios. Entonces, a medida que se genera empleo para ellos y ellas, se moviliza la economía de los barrios y así cambian las expectativas”, explica Cirmi Obón.
Para poner en funcionamiento el Sistema Nacional de Cuidados se necesita una inversión cercana a un punto del PBI. Esto contempla la creación de más de un millón de puestos de trabajo, con un alcance de al menos 900 mil personas (población objetivo). El mismo será presentado en 15 días, pero ya fue entregado a equipos técnicos nacionales para que consideren su tratamiento.
Las propulsoras de este proyecto también creen necesaria la fundación de un Pacto Social por los Cuidados, en el cual confluyan empresas, organizaciones y varones, además de la participación del Estado.
“El diagnóstico que el movimiento feminista hizo en estos años lo ha puesto más sobre la mesa. La gente ya sabe que hay que trabajar sobre distribuir el trabajo de cuidado en la sociedad, remunerarlo y reconocerlo. Nosotras creemos que esta es ahora la agenda para que Argentina pueda reactivar la economía, trabajando directamente sobre el desempleo y la pobreza, que son los problemas que más apremian a la sociedad hoy”, sentenció la economista.