Redacción Canal Abierto | Pocos se animan a decirlo públicamente, pero la mayoría de los dirigentes del Frente Amplio se saben derrotados. Lo cierto es que, escrutado el 100% de los votos, Luis Lacalle Pou obtuvo 1.168.019 sufragios contra 1.139.353 del oficialismo. Son 28.666 votos de diferencia sobre un total de 2.307.372, con 35.229 observados que se empezarán a contar a partir de este martes.
Se conoce como «voto observado» a aquellos que fueron realizados por personas que no sufragaron en el circuito establecido por la Corte Electoral. Entre estos, un número importante corresponde a militares que participaron del operativo de seguridad electoral y, cabe la suposición, más cercanos a los postulados de la hoy oposición uruguaya.
En la noche de ayer, Lacalle Pou ya anunciaba su victoria: “Tenemos la convicción material de que el 1° de marzo asume un nuevo gobierno”. Al mismo tiempo, arremetía contra Martínez al afirmar que el frenteamplista no lo llamó a pesar de la inexorable conclusión electoral. Según allegados al candidato oficialista, detrás de la mesura se escondería un intento por bajar la tensión durante una noche ya signada por la incertidumbre.
“Algo importante es que, en una elección tan reñida, no hubo ningún conflicto ni cuestionamiento, fue transparente”, señaló a Canal Abierto el integrante de la Red de Economistas de Izquierda de Uruguay y prominente intelectual cercano al Frente Amplio, Antonio Elías. En esta entrevista, analiza la remontada de Martínez de los últimos días, los errores que llevaron a la derrota al oficialismo y anticipa las líneas directrices del futuro gobierno y los sindicatos.
¿Cómo se explica la remontada del Frente Amplio?
– En situación como estas, habitualmente se habla de un cisne negro. Es decir, algo o alguien que cambia una situación de forma inesperada.
En este caso, horas antes de que inicie la veda, el candidato de ultraderecha y aliado de Lacalle Pou en este ballotage, Guido Manini Ríos (el exjefe del Ejército durante cuatro años) hizo un llamado a los militares a votar contra el Frente, con adjetivaciones muy duras. A esto se sumó una editorial firmada por el Centro Militar de Uruguay (club social que agrupa a militares retirados de ultraderecha). Allí se plantean críticas y amenazas aún más fuertes, convocando a “extirpar el marxismo” y caracterizando como “cantos de sirena” a los Derechos Humanos. Aunque formen parte del mismo universo ideológico, vale diferenciar el discurso de Manini Ríos y el otro, que nos obliga a pensar en Bolsonaro.
Manini Ríos manda mensaje directo a soldados para que no voten a Martínez pic.twitter.com/41RHKf6az7
— Leo Sarro Press (@leosarro) November 22, 2019
Ambos pronunciamientos generaron rechazo en una parte importante de la población, incluso entre aquellos frenteamplistas o personas de izquierda que no forman parte del frente y que no pensaba ir a votar -o iban a votar en blanco- por sentirse desencantados con este gobierno. Si hay algo que al progresismo o a la izquierda le tiene pánico, es a la dictadura militar.
Ese fue un factor importante, y el otro es que en la última semana el Frente Amplio cambió su estrategia y buscó captar el voto a voto.
¿Cuáles crees que serán las líneas directrices del próximo gobierno?
– Esta coalición -que ellos llaman multicolor y es de derecha- apunta claramente a una restauración neoliberal. A diferencia de lo que hizo Macri con su “gradualismo”, la victoria de Lacalle Pou pareciera anticipar una doctrina del shock. De hecho, ya anunciaron que van a sacar de inmediato una ley de emergencia –conocida como ley de urgente consideración- que abarcaría numerosos temas. Es decir, sacar las medidas más duras en el momento de mayor poder, como son la reducción del Estado y el déficit fiscal, el ataque a la negociación colectiva, la limitación del consejo del salario.
Y si bien el ballotage arrojó casi un empate, lo importante es que en primera vuelta las distintas fuerzas de coalición sacaron muchos más votos que el domingo pasado y lograron la mayoría parlamentaria. De todas formas, al ser 5 los partidos que forman el espacio, es difícil saber qué líneas van a pesar más a la hora de gobernar y alcanzar mayorías. Habrá que ver cómo terminan pesando y actuando las minorías, como por ejemplo los 3 senadores y 11 diputado que obtuvo Cabildo Abierto (partido de extracción militar encabezado por Manini Ríos).
En cuanto a la política exterior, por momentos Lacalle Pou tuvo pronunciamientos de tono constructivo. No obstante, desde el punto de vista de los equilibrios internacionales, su triunfo va a implicar un abandono del papel de mediador que venía ejerciendo Uruguay. Vale destacar que hasta ahora, y aún siendo un país pequeño, nuestro país tuvo gestos importantes de conciliación en crisis como las de Venezuela o Bolivia.
Entonces se espera un corrimiento hacia la derecha…
– No es algo que vea yo ni es una interpretación, es lo que se desprende de lo que dicen. No sé si va a pasar a integrarlo, pero la lógica de esta gente es la del Grupo de Lima.
¿Cuál va a ser la postura de la PIT-CNT?
– En general, la central tuvo dos líneas: una, más alineada con el gobierno; y otra, con un fuerte posicionamiento por la independencia de clase. Y es lógico que sea así porque, por ejemplo, los estatales de la COFE no pueden estar de acuerdo en todo con la patronal, es decir, el gobierno. Sin embargo, ante a algunas cuestiones las posiciones son unánimes y sin fisuras, como en el repudio a los dichos de Manini Ríos y el Centro Militar.
Es muy pronto para hablar de estrategias, pero ahora se viene un escenario totalmente distinto. Serán tiempos complejos, pero creo que el movimiento sindical está muy bien preparado para enfrentarlos.
¿Qué errores cometió el Frente Amplio para terminar en este resultado?
– Son muchas cuestiones. Pero lo cierto es que, durante estos 15 años, el discurso del Frente Amplio no fue de izquierda. Fue un discurso del capitalismo honesto, de un plato de comida para todos, de no meter la “mano en la lata”, etc. Es un discurso y una política de conciliación de clase.
De todas formas, hay que ver los distintos momentos. En el primer periodo de Tabaré Vázquez, la agenda de demanda de los trabajadores fue satisfecha –hubo consejo del salario, negociación colectiva, fuero sindical, ley de tercerizaciones y una mejora sustancial del salario respecto de la crisis de 2002. Luego, durante el gobierno de Mujica, el tema fue la agenda de derechos sociales e individuales. En esta última gestión de Tabaré Vázquez el eje fue el ajuste, con medidas inconvenientes para trabajadores y clase media. El problema ahora fue que, pese al intento por poner en la campaña los logros del primer mandato, en esta elección se votó en relación del tercer periodo.
En mayo hay elecciones departamentales…
– En el ballotage, se ganó en Montevideo y Canelones, y en el resto se impuso Lacalle Pou. Es temprano para pensar en eso, pero va a depender de cómo el Frente Amplio se termine organizando para ganar o quedarse con departamentos.
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