Yo nunca me imaginé regresar a mi tiempo de niño,
nunca me expliqué por qué nunca vi un tren.
La neutrónica ya explotó y muy pocos pudimos zafar,
¡ahora el mundo no tiene ni agua!
La mañana me encuentra caminando en la nada.
¡vías muertas de un expreso que quedó en el pasado!
(Yo quiero ver un tren. Luis. A. Spinetta)
Por Sergio Alvez | La última vez que un tren de pasajeros partió desde Misiones hacia Buenos Aires fue en la tarde del 30 de mayo de 2012. Desde entonces, la centenaria estación ferroviaria de Apóstoles – que supo ser la primera de la provincia- luce abandonada y miles de familias que habitualmente utilizaban el servicio por sus económicas tarifas llevan más de 7 años esperando la tan ansiada y tantas veces prometida, reactivación ferroviaria.
Aquel último viaje, se realizó bajo la operación de la empresa TBA, la misma que en febrero de ese año había protagonizado, con una de sus formaciones, la mayor tragedia de la historia ferroviaria argentina, en Buenos Aires, hecho bautizado por las y los familiares de las víctimas como “la Masacre de Once”.
El pasado viernes 22 de noviembre, el Taller de Comunicación Popular “Fortaleciendo Voces”, integrado por militantes de la CTA Regional Apóstoles, el FOL y ATE Seccional Zona Sur, llevó adelante sobre las herrumbradas vías de la estación Apóstoles, una radio abierta de la cual participaron vecinas y vecinos del Barrio Estación, un vecindario que creció al ritmo de la actividad ferroviaria y desde que el tren dejó de funcionar, vive a la espera del día en que por estos hierros vuelva a circular el tren. Esta fue la primera actividad en vistas a una nueva campaña para exigir el regreso del servicio ferroviario a Misiones.
Historia sobre rieles
Los hermanos Clark fueron los emprendedores ingleses que se aventuraron en construir una estación ferroviaria en la ciudad de Apóstoles, allí en el sur de la provincia de Misiones. Corría el año 1909 y la zona se preparaba para una fuerte transformación.
La ‘fiebre ferroviaria’ se había desatado en el país ya a comienzos de la década de 1870. Entre entonces y 1914 se construyó la mayor parte de la red ferroviaria argentina con capital inglés, francés y argentino. Esta red llegó a ocupar el décimo puesto en el mundo, con cerca de 47.000 kilómetros hacia fines de la Segunda Guerra Mundial. El ferrocarril fue palanca del desarrollo y poblamiento del territorio del país.
En Apóstoles, además del impulso financiero, el clan Clark trajo materiales directamente desde Inglaterra, contrataron mano de obra de la zona y así pusieron en marcha la edificación no solo de la estación, sino de toda una zona de influencia que incluyó viviendas para ferroviarios, casas en estilo inglés, y otras obras anexas.
Si bien se inauguró como una estación de “segunda categoría”, para la zona Sudeste de Misiones y todo el Alto Uruguay era una maravillosa salida segura de personas y productos hacia la Capital Federal y a la inversa, la llegada de personas, productos y herramientas a la zona. “Su arribo a Apóstoles, constituía siempre un espectáculo y un cúmulo de novedades, de chismes, de alegrías por quienes llegaban y de tristezas por quienes partían” afirma el licenciado Jorge Rendiche, quien elaboró un informe histórico sobra la Estación Apóstoles.
“Yo viajé por primera vez allá por el 36. Yo era gurí todavía pero no me olvido más. Íbamos con papá y mis hermanos a Buenos Aires, y mamá se quedaba en Apóstoles. La recuerdo llorando en el andén. Ese día estaba lleno de gente, como siempre que el tren llegaba o partía. Papá siempre nos llevaba a ver el tren y nos decía que un día íbamos a viajar. Y cumplió su palabra. Era todo un acontecimiento el tren entonces” relató Amado, octogenario vecino del barrio Estación que supo trabajar durante varios años como ferroviario.
Sobre la edificación de la estación y el surgimiento del barrio, el licenciado Rendiche señala que “la construyeron colonos inmigrantes que necesitaban de las Libras Esterlinas con que pagaban los hermanos ingleses para, a su vez, poder pagar las chacras de colonización; junto a los inmigrantes, los criollos nativos, trabajaron codo a codo en busca de progreso para sí y para la región. No veían al tren como un negocio, sino como un medio que unía pueblos. La estación nunca estuvo sola, aislada, sino que se vio acompañada por la gente que en ella trabajaba y sus familias; eso dio lugar al surgimiento de un pequeño poblado denominado Barrio Estación Apóstoles”.
La llegada de la estación revolucionó la zona ya que además del emprendimiento ferroviario se instalaron un almacén de “ramos generales”, una capilla, una escuela, un molino de yerba, arroz y maíz de la sociedad Killmer & Gramajo, arribos que colmaron de movimiento y vida al lugar, generando cientos de puestos laborales directos e indirectos.
Hoy puede apreciarse el enorme playón que antecede al acceso a la estación, que por sus dimensiones habla a las claras de la trascendencia de las actividades en la zona. “Acá había un movimiento impresionante, imagináte, la primera estación de la provincia y no solo de pasajeros sino que de carga, era un mundo de gente, y para los hombres bastaba con acercarse a pedir trabajo que siempre había algo para hacer, siempre había trabajo. Miles de familias se sustentaban del movimiento de la estación” aporta uno de los memoriosos vecinos.
Otro dato que grafica la importancia que había alcanzado la estación a mediados del siglo pasado, fue que su movimiento motivó el primer asfaltado de la historia de Misiones, en 1953, cuando se asfaltó el tramo que va desde el centro hasta la estación para facilitar el arribo de vehículos.
“Tiene que volver”
Juan Domingo “Mingo” Escalante, vecino histórico del barrio Estación, quien fue durante 6 años concejal de la ciudad de Apóstoles, recordó con nostalgia aquel tiempo en que “el tren generaba un movimiento fenomenal, muchísimas fuentes de trabajo y le daba mucha vida no solo a esta parte de la ciudad sino a toda la región. Cuando el tren dejó de operar quedó un silencio muy grande, un abandono; por eso estamos esperanzados en que con el cambio de gobierno se reactive el sistema ferroviario y esta Estación Apóstoles pueda volver a ser lo que fue”.
Para el Secretario General de ATE Zona Sur y CTA Regional Apóstoles, Horacio Dumañski, presente en la radio abierta, la vuelta de la actividad ferroviaria representaría “el regreso al trabajo, y a la posibilidad de poder viajar de manera económica para miles de familias que ya no pueden ir a visitar a sus parientes o viajar por otros temas porque el precio de los transportes terrestre y aéreo son muy altos. El tren tiene que volver a funcionar, es un derecho”.
Julio “Torito” Fernandez, de 54 años, fue otro de los vecinos que aportó su testimonio a la radio abierta. “Nací y pasé toda mi vida en el Barrio Estación. Mi padre fue trabajador ferroviario y yo desde niño vendía helados picolé en la estación. Mientras hubo tren acá nunca faltó el trabajo y había una dinámica impresionante, muchos comercios. Venía gente de toda la provincia, de todo el país. Hoy nada de eso existe y la estación luce vacía, sucia, abandonada. Pero soñamos con la vuelta del tren y que vuelva el empleo, las posibilidades y la vida a este barrio y a todos los barrios y pueblos que fueron apagándose con la muerte del tren”.
Desde el Taller de Comunicación Popular, indicaron que la radio abierta marcó un puntapié para seguir trabajando junto a los vecinos del Barrio Estación para visibilizar la necesidad de que el ferrocarril pueda reactivarse. “Son muchas las razones que existen para que el Estado apueste todo a hacer posible el regreso del ferrocarril” señalaron, a tiempo que anunciaron que antes de fin de año se llevará a cabo una nueva radio abierta en la estación de Apóstoles.