Redacción Canal Abierto | “Quisiera que seamos recordados por haber sido capaces de ayudar a volver a unir a la mesa familiar, (…) por haber sido capaces de superar la herida del hambre en la Argentina, que es un insulto a nuestro proyecto colectivo de vida en común, (…) por haber sido capaces de superar la lógica perversa de una economía que gira alrededor de la desorganización productiva, la codicia, la especulación y la infertilidad para las mayorías. Quisiera que dejemos como huella haber reconstruido la casa común con un gran proyecto nacional”.

El discurso que comenzó de menor a mayor explotó al final, cuando Alberto Fernández volvió a sorprender con una jugada inesperada, como la de aquel sábado de mayo en la que supimos que iba a ser candidato. A contramano de las costumbres, el Presidente aprovechó su discurso inicial para enumerar su plan de gobierno.

El rechazo a la ley de Presupuesto macrista, la intervención de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI); la derogación de sus fondos reservados y su reasignación a financiar el Plan contra el Hambre; transformación de la política de seguridad ciudadana y de Defensa, articulada con los países de la región; promoción de la ciencia y la tecnología para el desarrollo y la vuelta del Ministerio; reorientación de la pauta publicitaria estatal hacia programas pedagógicos; profesionalización del Estado;  universalización de la educación de primera infancia; extensión de la jornada escolar; impulso para que se cumplan los derechos de las mujeres.

“Lo digo y reitero con la firmeza de una convicción profunda: Nunca más al Estado secreto. Nunca más a la oscuridad que quiebra la confianza. Nunca más a los sótanos de la democracia. Nunca más es nunca más”, afirmó Fernández.

También aseguró que “no hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece” y que “en un contexto de gravedad extrema, de emergencia, debemos comprender que no existe la posibilidad de pedirle sacrificios a quien tiene hambre”.

“Quiero convocarlos a que si alguna vez sienten que me desvío en el compromiso que hoy asumo, salgan a la calle a recordarme lo que estoy haciendo. Les prometo que volveré a la senda sin dudar un solo instante”, sentenció. Y en la calle, al menos por hoy, empezó la fiesta.

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