Redacción Canal Abierto | Como a Lucía (11), obligada a proseguir con su embarazo en Tucumán luego de una violación, esta semana en Corrientes le practicarán una cesárea a otra niña.
Ella es de Monte Caseros, distrito cercano al límite con Entre Ríos, donde fue abusada por la expareja de su mamá y quedó embarazada. Desde allí debió trasladarse los 400 kilómetros que la separaban de la ciudad de Corrientes porque la cesárea que le practicarán en ésta, la semana 38 de gestación, es de alto riesgo, según le explicaron. Lo que obviaron decirle es que ella tenía derecho a evitar correrlo.
“Cuando llegaron con su madre al sistema de salud en Monte Caseros, primero al privado porque fueron a su pediatra y después al sistema público, ella pidió la interrupción del embarazo, y le explicaron que había mucho riesgo. Le brindaron una información desvirtuada, retaceada, porque en realidad es mucho más riesgoso que una menor de 10 años, que no completó su desarrollo físico ni mental, lleve adelante un embarazo. Y ahora va a tener, encima, una cesárea. Es todo trágico”, cuenta Nora Maciel, abogada e integrante de la Red por los Derechos de Niños, Adolescentes y Juventudes (REDNAJ).
La tragedia que relata Maciel se da en el marco de una provincia autoproclamada “provida” donde, según el último dato disponible, en 2018 dieron a luz 146 niñas menores de 14 años pese a que el Código Penal promulgado en 1921 permite a casos como estos una Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
Audio de la entrevista a Horacio Costa, ginecólogo y obstetra
Corrientes tampoco adhirió expresamente al Protocolo ILE de Nación, ni tiene programa oficial para capacitar a sus funcionarios con perspectiva de género –según dispone la Ley Micaela-, ni cumple con la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas.
“Lo grave de este caso es que acá no hubo una pronta o idónea intervención del organismo de protección de la niñez, y los datos del abusador, por ejemplo, están en las redes, con lo cual es fácil deducir quién es la nena y dónde vive. Todo lo relativo a su intimidad quedó expuesto. Se hizo todo mal”, resume la letrada.
Un problema de educación
En ese contexto, el fin de semana el noticiero Somos Corrientes entrevistó al ginecólogo y obstetra Horacio Costa, conductor radial y famoso promotor del “movimiento provida”. Allí, el médico aseguró que se trata de un problema “fundamentalmente de educación”. “Porque si la niña estuviera educada, por ahí podría resistirse al abuso”, afirmó.
Luego agregó que “las mujeres nacen con el instinto maternal” y que a esta niña “hay que educarla en ser madre de golpe, pero lo va a ser”.
Desde el movimiento feminista no tardaron en responder y la propia Maciel le escribió una carta abierta donde destaca su “falta de perspectiva de género”. Y aseguró que Costa ignora que “la superioridad del hombre sobre la mujer, establecida como orden social para todos los aspectos de la vida, genera terribles desigualdades e innumerables situaciones de violencia, que es mayor cuando se trata de un adulto respecto de una niña con la que convive”.
En diálogo con Canal Abierto, Maciel agrega: “Costa habla de educación, pero pertenece a un movimiento que se opone a la ESI. Cuando salió la obligatoriedad de la educación sexual, en Corrientes hubo todo un movimiento de los padres de las escuelas religiosas, de la iglesia, de funcionarios del Estado diciendo: ‘acá en Corrientes no vamos a contaminar la cabeza de los niños con ideología de género, sino que les vamos a enseñar Educación para el amor’. Con lo cual la ESI está reservada para los grados superiores y está totalmente retaceada. No se habla, por ejemplo, de identidad de género”.
Y finaliza: “En Corrientes somos, dentro de Argentina, ciudadanas de cuarta, porque los derechos que están garantizados para las niñas y las adolescentes en otros lugares del país acá no se cumplen. En otra provincia, esta niña no hubiese sido obligada a pasar por esto”.