Por Marina Caivano y María Paula Amoure | Entre el 8 de septiembre y el 1 de octubre salieron a la luz los femicidios de Cesia Reinaga, Iara Rueda, Gabriela Cruz y Roxana Mazala. Y al clima de bronca que se vive en la provincia que reclama la sanción de una Ley de Emergencia de Género se le sumó la aparición del cuerpo de una adolescente de 17 años este sábado. Era Alejandra Nair Álvarez, el quinto femicidio en poco más de un mes.
El caso de Iara, de 16 años, fue el que terminó por conmover a la provincia y desató la indignación popular que reunió a 15.000 personas movilizadas exigiendo justicia y transformaciones concretas en materia de prevención y situaciones críticas de violencia de género.
“Ese día que me enteré que falleció mi hija todo Palpalá se levantó, todo el pueblo se despertó y se organizó la marcha en la provincia. En ese momento odié a Dios porque se la llevó, pero cuando vi que tanta gente se juntaba pidiendo justicia y pidiendo que no pasen más estas cosas supe que mi hija dejaba un propósito: que no nos callemos más”, cuenta Mónica Cunchilla, mamá de Iara.
Un Estado ausente
Hasta en los pueblos más pequeños de Jujuy hubo multitudinarias marchas y movilizaciones en reclamo de justicia y contra la desidia estatal. El gobierno de Juntos por el Cambio de Gerardo Morales respondió con ordenanzas para aplicar contravenciones a quienes se manifestasen. Y con balas de goma. También creó un Comité de actuación ante la desaparición y extravíos de mujeres, niñas y personas de diversidades, pero las organizaciones feministas descreen de su efectividad.
“Viste que una mamá si te tocan un hijo te transformás, sos una leona –explica-. Yo tengo tres nenas más, ¿cómo puedo dejarlas andar en bicicleta sin saber si viene un pervertido y se las lleva como hicieron con Iara? ¿Qué seguridad te dan de que, si vas y denunciás, se van a hacer las cosas bien?”, sostiene Mónica.
Hoy los padres de Iara presentaron una denuncia ante el Ministerio Público de la Acusación, junto a sus abogados Agustina Reyna y Julián Martín por “abandono de persona” por parte de la Justicia, la Policía, el Municipio y la Provincia, en relación al accionar tan lento e ineficaz desarrollado ante la desaparición de la adolescente.
Por su parte –y ante la inacción estatal-, el pueblo jujeño se organizó y los vecinos se hicieron cargo de las obras de alumbrado y limpieza que ellos mismos costearon. Se ocuparon hasta de buscar a sus desaparecidas, encarando sus propios rastrillajes.
Cuenta Mónica que, el día anterior a que la policía hiciera el rastrillaje en el terreno abandonado de Palpalá donde “apareció” el cuerpo de Iara, los vecinos la habían buscado en el mismo lugar: “En el yuyaral donde se encontró a mi hija el día anterior también fueron los vecinos de acá junto con mi esposo. No estaba el cuerpo de mi hija. Y ahí apareció el cuerpo después, plantado”.
Y agrega: “Ahora dicen que justo se cortó la luz cuando mi hija desaparece en la parada. Justo se cortó la luz. No hay ningún video, no hay nada.”
“Señora, es fin de semana”
“Todo se demoró, pasaron cinco días. El 23 de septiembre se hizo la denuncia a la noche, tipo 8, 8.30. Y ese día mandaron un mensaje de que vieron una chica que la estaban llevando por acá cerca un hombre. El jefe dijo ‘ya, ya vamos a ir’. Al otro día vino este señor que me dice ‘tengo miedo de hablar’. A las 11 de la mañana me dicen que la vieron en esta calle, entonces traje al comisario a mi casa. Ahí se perdió otro día más, ¿qué pasó al otro día?: me pasan a ley especial y vuelven a iniciar el expediente”. El relato de Mónica conmueve e indigna.
“Después de Leyes Especiales, al otro día me pasaron (la causa) a Delitos Complejos. Y me insistían: ‘¿y si se fue con el noviecito?’. Les dije que desde el primer día me llaman y me cortan (por teléfono) y nadie me hizo caso. Me dijeron: ‘vamos a ir con los canes a las 6’, y llegaron a las 11 –detalla-. Me quisieron convencer de que a mi hija la habían encontrado en un hotel… yo sabía que no era. Cuando me pasan a Delitos Complejos yo les insistí: ‘necesito que hagan informe del celular porque lo único que le falta es el celular y la carpeta’. ¿Y qué me respondieron? ‘Señora, eso se demora mucho, espere’. Encima el comisario me decía que era una chiquilinada, que ya iba a aparecer. Volví a reclamar el informe del celular y el otro jefe me respondió: ‘es fin de semana’”.
Ante esas respuestas, Mónica estalló: “Les grité y les supliqué que pongan los perros, que pongan los drones. ¿Para qué tiene la provincia dron, canes de rastreo? ¿Para que estén guardados? Finalmente, el comisario me avisó el domingo que el lunes se haría el rastrillaje. Da la casualidad que a las ocho horas, cuando empezaron, apareció enseguida el cuerpo de mi hija”.
Foto: El Expreso de Jujuy