Redacción Canal Abierto | La discusión desatada por la quita de fondos de coparticipación a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) desató otra, colateral y siempre vigente: la distribución de la pauta oficial.
Mientras algunos señalan que los argumentos de Horacio Rodríguez Larreta son defendidos por los grandes medios a causa del desembolso de dinero que CABA invierte en ellos, otros ponen el foco en que el jefe de Gobierno porteño decidió aumentar el 30% los gastos en pauta publicitaria en el proyecto de Presupuesto 2021. Una decisión curiosa para un funcionario que alega que el recorte de fondos coparticipables lo obliga a aumentar impuestos, subtes y peajes.
Sin embargo, la cuestión es más compleja y no atañe sólo a la Ciudad.
“Cuando la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual se sancionó el tema de la publicidad oficial seguía siendo una deuda”, afirma Agustín Espada, comunicador, becario del CONICET e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes.
“La regulación de la publicidad oficial sigue siendo una deuda”
En efecto, si bien la publicidad oficial era un tema que abordaban los 21 puntos que funcionaron como base del proyecto de ley, finalmente el texto definitivo no incluyó una regulación, lo que dejó a la discrecionalidad de los gobiernos la forma de repartirla.
Luego de eso, todos los intentos para regularla fueron vanos. “Mauricio Macri vetó una ley de publicidad oficial cuando era jefe de Gobierno, la vetó completamente –señala Espada, en diálogo con Canal Abierto-. Y a nivel nacional hubo avances con una media sanción para un proyecto multipartidario en Senadores, pero nunca pasó a Diputados, nunca se debatió y ya perdió estado parlamentario, por lo tanto tampoco está en agenda a nivel nacional”.
Oficialistas y opositores
Las dificultades para establecer criterios generales que eliminen o restrinjan la arbitrariedad gubernamental para repartir este dinero entre los medios están directamente relacionadas con los intereses que están en juego. “El que está en la oposición siempre quiere regularla pero cuando le toca ser gobierno mira para otro lado. Pasó con Macri y pasa ahora con el Frente de Todos”, analiza Espada.
“Las relaciones comerciales condicionan las líneas editoriales”
“Las relaciones comerciales condicionan las líneas editoriales y la relación con los gobiernos es una relación comercial más para los medios de comunicación –agrega-. Así como cuesta hablar de megaminería, o de agrotóxicos o de ciertos temas porque están muy ligados a los intereses de buena parte de los auspiciantes y de las empresas que ponen publicidad en los medios de comunicación y eso habla de una incidencia en las líneas editoriales y en las agendas, los dineros públicos también tienen esa capacidad, sobre todo en épocas de crisis económica cuando el mercado publicitario se reduce y es muy importante la publicidad estatal”.
En este sentido, la cuestión de la cooptación de la línea editorial vía pauta -y el “blindaje mediático” que Larreta tendría garantizado gracias a ella- puede leerse también al revés: los gobiernos premian con dinero a aquellos medios con cuya línea editorial comulgan.
“Se habla mucho y se le tira mucho al blindaje, sobre todo en medios que hoy son oficialistas, como C5N, como Página/12, y cuando vos ves la distribución de la publicidad oficial para esos medios la realidad es que la Ciudad los discrimina –analiza Espada-. Por ejemplo, C5N en 2019 fue la tercera señal de noticias que más dinero recibió cuando era la más vista. TN recibió muchísima más pauta y A24 también. Ahora, también es cierto que en esos medios (los actualmente oficialistas) cuesta encontrar nombrado a Rodríguez Larreta”.
“Hay una discriminación por línea editorial”
Cómo distribuir, esa es la cuestión
A la hora de pensar una salida justa, la discusión sobre cómo distribuir la pauta no tiene una respuesta fácil. Si es por afinidad ideológica, pierden los opositores. Pero si es por rating o tirada, pierden los más chicos.
“En Argentina atamos siempre el concepto de publicidad oficial a fomento, cuando lo ideal sería que existieran otras herramientas de fomento y que la publicidad funcionara como cualquier esquema publicitario donde se busca la efectividad y la eficiencia al momento de llegar al ciudadano”, afirma Espada.
“Como no hay políticas de fomento, la única herramienta termina siendo la publicidad oficial”
Para el especialista, la única forma de garantizar multiplicidad de voces y de evitar que los gobiernos condicionen las líneas editoriales es incluir ambas cuestiones en la discusión sobre cómo regular. En otras palabras “pensar una mejor distribución de publicidad oficial pero también una política integral de fomento a la diversidad de la producción periodística informativa y de entretenimiento en nuestro país”.
Y concluye: “El Estado tiene la obligación de generar, sobre todo en el contexto actual donde el financiamiento para la producción periodística está tan en crisis, herramientas de fomento que salgan de las reglas del mercado. Y ahí sí buscar la forma de equilibrar la balanza en el sentido de buscar mecanismos que aseguren la sostenibilidad económica y que, por lo tanto, aseguren también la sostenibilidad periodística y artística de otros proyectos”.