Redacción Canal Abierto | Con la presentación de los proyectos por parte de los hospitales neuropsiquiátricos, la Provincia de Buenos Aires dio un paso más hacia la desmanicomialización planteada desde la Ley Nacional de Salud Mental sancionada y promulgada hace una década.

La Ley Nº 26.657 expresaba un cambio de paradigma en el tratamiento de la salud mental, mutando el modelo de manicomio al de hospitales abiertos. Para ello se convocaba a las autoridades y trabajadores de los distintos establecimientos a diseñar un modelo de institución abierta.

Esto es lo que fue presentado al ministerio de salud en octubre pasado por parte de María Rosa Riva Roure responsable del Hospital Interzonal Dr. José A. Estéves; la directora del Hospital Interzonal de Agudos y Crónicos Dr.Alejandro Korn Karina Torres ; Jorge Rossetto del Hospital Interzonal Especializado Neuropsiquiátrico Colonia Dr. Domingo Cabred y Carlos Gallego del Hospital Subzonal Especializado Neuropsiquiátrico Dr. Domingo J.Taraborelli.

Con la puesta en marcha de estos proyectos, la provincia de Buenos Aires culminará con la adecuación a la normativa nacional. Así, los hospitales dejarán atrás el paradigma manicomial para convertirse en instituciones abiertas en las que funcionen emprendimientos productivos, culturales, deportivos, recreativos y sociales. «Para el fin de esta gestión no van a quedar más neuropsiquiátricos tal cual los conocimos», manifestó en el acto de anuncio el ministro de salud Daniel Gollian.

Alicia Stolkiner es  psicóloga especializada en Salud Pública con orientación en Salud Mental, titular de la cátedra de Salud Pública y Salud Mental de la UBA y asesora presidencial y consultada por Canal Abierto expresó que «2020 fue el año en el que se terminaron de cumplir los plazos establecidos por la Ley de Salud Mental por la cual todas las instituciones que se llaman monovalentes porque son exclusivamente salud mental tendrán que ser reconvertidas a otras mixtas a una asistencia integral y en vista también a favorecer la reinserción comunitaria de las personas que tienen internaciones de larga estadía y hacer desaparecer un modelo institucional que es el que llamamos modelo manicomial».

Además de las situaciones de crueldad a las que muchas veces se ven expuestos los pacientes, la especialista señaló que el modelo que quedará atrás además es ineficiente. Y refiere al Primer Censo Nacional de Personas Internadas por Motivos de Salud Mental realizado el año pasado y que arrojó el dato de que 12.035 personas estaba internadas en promedio 8 años.

«Con lo que se gasta en tener a una persona internada se le puede pagar la vivienda un subsidio y apoyar al personal de salud que la acompañe en el proceso de reinserción social. Así que no es una cuestión de falta de recursos, sino que se usan en algo cuya ineficacia está probada«, apuntó Stolkiner.

La especialista refutó las voces contrarias a la nueva legislación, aduciendo que se buscaba cerrar todos los establecimientos que trataban la salud mental. «Hay muchas afirmaciones erróneas, como que la ley nacional de salud mental como que no permite la internación. Esto no es así, porque si se permite la internación, como un recurso que se reconoce tiene sus límites y que tiene que estar resguardado legalmente. Además, a los fines de lograr el equilibrio necesario para que esta persona vuelva a la comunidad y que necesita de apoyos y soportes necesarios para ese proceso, la internación en sí misma es un recurso terapéutico que no puede ser extendido durante toda la vida«, afirmó.

Y agregó que «no hay que confundir la institución con el establecimiento. No se trata de demoler el hospital sino de modificar una forma social de respuesta que la modernidad ha construido con respecto a la problemática que así coloca en el lugar de la locura y que es privatoria de derechos para la mayoría de las personas que terminan allí de manera permanente o casi permanente. Hay gente que está allí durante décadas. Todo esto se basa en un supuesto de peligrosidad».

Sobre el caso bonaerense puntual, la psicóloga sostuvo que «una de las propuestas muy potentes de provincia de Buenos Aires es que fue trabajada con todo el personal. No es algo que bajó verticalmente de los cráneos tecnócratas que lo pensaron, sino que cada director de hospital hizo su propuesta pensando cómo será ese hospital y trabajando con el propio personal del hospital».

«La idea es construir un proceso interesante, en el que no se van a cerrar las instituciones, sino que se van a abrir. Lo que quiere decir que van a permitir que entren miembros de la comunidad, asociaciones civiles y a su vez van a permitir que salgan lo que están adentro. O sea, las instituciones están cerradas porque la gente no puede salir libremente. Lo que hay que hacer es abrirlas. En ese intercambio, es probable que la gente deje de temerle a la locura», concluyó.

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