Redacción Canal Abierto | Con el comienzo de la pandemia de COVID-19 llegaron las medidas para paliar el hambre y la desocupación que incluyeron Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), Tarjeta Alimentar, renovación del programa Ahora 12, refuerzo del programa de Recuperación Productiva (REPRO), aumento de la inversión pública, créditos para pymes y bonos extraordinarios para jubilados y pensionados.
Para fin de 2020 y sólo en políticas alimentarias, el Gobierno había inyectado cinco veces más de lo que tenía previsto, con una inversión total que superó los $130 mil millones. En términos presupuestarios, estas políticas representaron casi el 60% del gasto del Ministerio de Desarrollo Social. Sin embargo, la desigualdad creció. Y la pregunta es por qué.
“La capacidad del poder económico para incidir sobre los precios y capturar los subsidios a la producción puestos en marcha en el marco de la emergencia profundizaron la desigualdad en el reparto de los ingresos de la economía. Esto desarticuló el objetivo principal de la política económica: aumento del poder adquisitivo y ampliación del mercado interno”, sostiene Claudio Lozano, director del Banco Nación y dirigente de Unidad Popular en el Frente de Todos.
Según los números analizados por el economista, durante 2020 los salarios cayeron en promedio -0,8% lo que, tomando en cuenta el 34% de inflación, significó una caída del -4,4% real. Mientras tanto, el empresariado capturó un excedente del 2,8%, producto de la baja en términos reales de los salarios y de los subsidios a la carga impositiva. Teniendo en cuenta la inflación anual, las ganancias empresariales se incrementaron un 3,7% real.
Esta captura del excedente, por otro lado, tampoco ocurrió en todo el arco empresario, sino que se concentró en unas pocas empresas, con capacidad para fijar precios en los productos de primera necesidad.
“Dentro de los actores que lograron beneficiarse en este contexto de crisis se encuentran los responsables del hambre en la Argentina que, a partir de su capacidad para fijar precios, lograron traducir el excedente en ganancias millonarias”, agrega Lozano.
Los nombres
En un desglose por sectores, las empresas que más excedente capturaron fueron las vinculadas al agronegocio (1,24%); las grandes comercializadoras (1,92%); las que se dedican a actividades inmobiliarias, empresariales y de alquiler (0,78%), y las de renta financiera (0,52%).
El informe de Lozano también les pone nombre a los ganadores de la pandemia. Del primer sector, la empresa que más ganó fue Cresud –productora de granos, caña de azúcar y carne, y dueña de la constructora IRSA– que aumentó su ganancia bruta interanual en un 145,3% en 2020. La siguieron el proveedor de productos y servicios agrícolas Grupo Los Grobo (136,6%), y las alimentarias Morixe (110,1%), Molinos Río de la Plata (96,1%), Arcor (35,6%), Mastellone (32,7%), y Ledesma (24,6%).
Pero la que se llevó la mayor porción en la repartición fue la líder de las grandes comercializadoras Mercado Libre –cuyo fundador y CEO fue el empresario preferido del ex presidente Mauricio Macri–, que incrementó su ganancia entre el primer trimestre de 2020 y el primero de 2021 en un 389,1% una cifra que, en pesos, arriba a los $9.595 millones.
En ese sector fue seguida por Carsa S.A., dueña de Musimundo, con 65,8% más ganancias en un año; Cencosud Argentina (51%); e Importadora y Exportadora de la Patagonia S.A., dueña de Supermercados La Anónima (30,1%).
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“Obsérvense la evolución de las ventas y las ganancias de los actores principales de la comercialización. Mientras la pobreza no baja del 45% y la indigencia supera el 10% de la población, las ventas y ganancias de estos grupos empresarios duplican prácticamente en promedio la tasa de inflación –detalla Lozano–. En particular repasando las firmas presentadas muestran casos de expansión brutal”.
De acuerdo con los datos del informe del especialista, esta tendencia a la concentración, ampliación y captura del excedente que se verificó en 2020 se profundizó en el primer trimestre de 2021. Y su contrapartida fue el cierre de 22.860 pymes durante todo el año pasado.
Ilustración: Marcelo Spotti