Redacción Canal Abierto | Tras el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, veinticuatro trabajadores de la multinacional Ford fueron secuestrados dentro de la fábrica. Sólo nueve de ellos estuvieron cautivos en otro centro de detención y tortura.
Este miércoles, la Cámara Federal de Casación confirmó las condenas de dos ex directivos de la automotriz por los secuestros y torturas, y por haber montado dentro de la planta de General Pacheco un centro clandestino de detención.
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Si bien la decisión del máximo tribunal representa un nuevo hito en el proceso de justicia en el país y marca un avance en la sanción de la responsabilidad empresarial en crímenes de lesa humanidad, para los sobrevivientes hay algo más.
“Son más de cuarenta años de lucha que se concretaron. Pienso que la Justicia se acordó de los obreros. Estoy muy contento, lástima que algunos compañeros no lograron ver esto, se fueron antes, pero en el lugar donde estén estarán tranquilos. Esta gente pagó y va a pagar, o no, pero esto es importante para el movimiento obrero”, destacó Carlos Propato, uno de los trece trabajadores de la automotriz que sobrevivieron y contaron su historia al Tribunal.
En 2018, el TOF 1 de San Martín condenó a Pedro Müller a diez años de prisión y a Héctor Francisco Jesús Sibilla a doce. Con ellos también fue juzgado el comandante de Institutos Militares Santiago Omar Riveros, que recibió una pena de quince años. Ayer, a casi tres años, Casación confirmó la sentencia contra los dos ejecutivos de la automotriz, aunque Guillermo Yacobucci sólo validó la sentencia contra Sibilla. Mientras, los tres jueces confirmaron la sentencia de Riveros.
“Desde diciembre de 2018 este tiempo de espera se hizo bastante extenso, pero al final llegó esa justicia tan esperada que lo único que nos da es una caricia al alma, y saber que además de los que nosotros pasamos hay muchas más causas que van a poder tener la misma posibilidad que tuvimos nosotros”, expresó Estela Gareis, hija de Carlos Rosendo Gareis, otro sobreviviente.
Y agregó: “Me da mucha alegría por mi papá. Con esto una revive las instancias por las que pasó. En mí caso, tenía 10 años cuando sucedió lo de mi papá y lo iba a ver a la cárcel. Entonces también hay una justicia que nos repara a nosotros como familia porque nos reconocen como víctimas. Nosotros no teníamos esa mirada hasta que declaramos en el juicio y decir lo que nos pasó. Esta confirmación nos reafirma que lo que dijimos, lo que sufrimos no fue en vano”.
Respecto a los condenados, Propato sostuvo: “Estos son los impulsores de todo ese terror, pero este es el grito de lucha que se presenta a las grandes oligarquías y a las grandes empresas, monopolios de la explotación del obrero por el hombre. Para mí es muy importante porque esto no es solo un logro nuestro, es un logro para el movimiento obrero nacional”.
En el marco del proceso de Memoria, Verdad y Justicia encabezado por los organismos de derechos humanos, familiares y víctimas sobrevivientes del terrorismo de Estado, los procesos contra empresarios cómplices y partícipes necesarios han sido los más complicados de desarrollar. Ésta es una de las diversas denuncias que CTA Autónoma llevó al juez Baltasar Garzón en España cuando regía la Ley de Punto Final.
Al respecto, Propato dijo: “El apoyo de las organizaciones es de toda la vida, desde el comienzo de los juicios. Es muy importante esa fuerza que recibimos de todos lados. La difusión también es muy importante para que las causas dormidas vuelvan a la luz, para que se siga trabajando, para que se siga protestando. Así, la justicia llega, lenta, pero llega. Hay que empujar”.
También expresó: “Desgraciadamente la Justicia se ocupa de otras cosas. El movimiento obrero está totalmente abandonado, pero esto demuestra que empujando, luchando, protestando como corresponde, se puede lograr. Esta es una medalla para esta lucha”.
Los condenados tienen una instancia más de apelación frente a la Corte Suprema, pero este ya es el segundo momento en el que la Justicia se manifiesta a favor de los trabajadores. “Por más que recurran a una instancia superior, ya dos órganos del Poder Judicial nos dieron la razón a nosotros”.
“Esto es un hito histórico y esperamos que sea el puntapié inicial para que otros muchos compañeros obreros tengan también su parte ansiada de justicia, para las generaciones que vienen, para que no se repita”, finalizó Gareis.