Redacción Canal Abierto | Con los resultados de las PASO amenazando con ser número puesto para repetirse en las elecciones generales del 14 de noviembre, muchas preguntas se abren en torno a cómo transcurrirá el segundo tramo del gobierno del Frente de Todos y sobre la subsistencia misma de la coalición peronista ideada por Cristina Fernández de Kirchner en 2019 para evitar la continuidad de Cambiemos.
“Me parece que es el salto del artefacto electoral al dispositivo en la gestión y a la prueba de fuego de tener que afrontar en una Argentina que está sobre endeudada, que lleva muchos años de recesión, que tiene una inflación del 50% interanual», sostiene en diálogo con Canal Abierto Diego Genoud, periodista, analista político y autor del libro El peronismo de Cristina.
“Una cosa es ganar una elección, otra cosa es resolver los problemas. Ya lo había demostrado el propio Cambiemos. Macri ganó la elección y había mucha expectativa en él. Se había invertido mucha energía, mucho tiempo y mucho dinero también para que Macri llegue a la presidencia y fue un fracaso en muy poco tiempo. Hoy estamos viendo otra vez esa dificultades que afronta el gobierno del Frente de Todos. Yo creo que en gran parte es por los problemas estructurales que tiene que resolver la pandemia, pero también por la falta de claridad del propio Gobierno, por las tensiones internas en las que ninguno de los sectores tiene muy claro por dónde salir”, agregó
En tal sentido, Genoud advirtió que «no está muy clara la opción ni del kirchnerismo, ni del albertismo, ni de los movimientos sociales, ni del sindicalismo… Nadie termina de acertar en proponer un modelo de país o una solución para las dificultades como la deuda con el Fondo, de cómo volver a crecer, cómo frenar la inflación, cómo rescatar el salario del derrumbe que lleva ya cinco o seis años».
El Frente de Todos fue un paraguas bajo el que todo el peronismo volvió a unirse después de años de dispersión. En una misma boleta volvieron a convivir nombres que estaban distanciados, como los de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, gobernadores, intendentes y representantes del mundo gremial.
«Yo decía que era un frente para la victoria, no estaba preparado para la derrota. Se vio muy claro en los días posteriores a los resultados de la PASO con la carta de la vicepresidenta, con la presentación de las renuncias de todos los funcionarios ligados a Cristina… Evidentemente había un malentendido de origen entre Alberto y Cristina o algo que los dos leyeron distinto, porque Cristina quería una cosa del Gobierno. Y lo dice ella misma, cuando se declara impotente y dice que hay muchas cosas que no van en el sentido que ella quiere, de los funcionarios que no funcionan hasta el ajuste que Cristina denunció después de ya consumado. Ahora hacia adelante hay que ver después de este resultado que viene, qué sucede. Si el resultado es el mismo es un escenario, si el resultado es peor es otro, si se descuenta al menos un poco la diferencia en la provincia Buenos Aires quizá no haya tanta turbulencia”, remarcó Genoud.
Y rescató que “hay un intento de Cristina de comprometer al peronismo no kirchnerista en la suerte de del Frente de Todos en la gestión. Al traerlo Manzur, tenerlo a Insaurralde busca que los gobernadores y los intendentes se involucren. Que no pase lo que le sucedió a Cristina en sus últimos años de gobierno que hubo una sangría y fue quedando sola cuando rompió con Massa, con Moyano, con los gobernadores”.
“Hubo un aprendizaje y es que Cristina no quiere volver a ser una minoría intensa, quiere estar sentada en la conversación del frente peronista. Incluso con los sectores que la aborrecían. Con Perotti, que votó el allanamiento a su casa o con Massa que decía que la iba a meter presa. Me parece que hay un esfuerzo muy grande de ella por no quedar solamente con su sector más leal o más incondicional”.
Genoud también se refirió al escenario opositor, cristalizado en lo que supo ser Cambiemos. Ese espacio político también realizó modificaciones en su estructura. «El desastre económico de Macri abrió un espacio de horizontalidad en Juntos. El radicalismo quiso empezar a protagonizar, a discutir lo que no había podido en la medida de sus aspiraciones durante los años de Macri donde fue furgón de cola. El propio macrismo sin Macri tiene muchos dirigentes que nacieron a la política con Macri pero otros como Rodríguez Larreta, Santili o Ritondo que ya habían hecho un primer ejercicio en el poder con Menem y que ahora quieren ser ellos los que lideren la alianza. Entonces me parece que esta interna que hubo le sirvió mucho a la oposición en las PASO, más bien producto del agotamiento», señaló el periodista.
Y agregó que «el otro aprendizaje que me parece que está muy claro en la oposición es que después de 12 años de gobierno kirchnerista, con una oposición muy atomizada, el radicalismo, el PRO y la Coalición Cívica más allá de sus diferencias y de que puede haber sectores que se aborrecen unos a otros, aprendieron que si quieren ser una oposición real con capacidad cierta de alternancia de poder no pueden seguir divididos. Entonces uno puede ver las diferencias que tienen pero me parece que están decididos a abrazarse y a aferrarse a este artefacto electoral, que es Cambiemos y que es el mejor antídoto para enfrentar al kirchnerismo si están unidos».
Los resultados de las PASO dejan interrogantes de cara al futuro. ¿Se repetirá la tendencia o el oficialismo podrá revertir?¿Cómo funcionará un gobierno debilitado en la esfera parlamentaria?¿Qué tipo de oposición adoptará un Cambiemos envalentonado a sólo dos años de haber padecido un revés en las urnas?
«Parte del Gobierno tiene la esperanza de que una parte la población reaccione. Es gente que no fue votar o que votó a la izquierda o que impugnó su voto, y salga a ponerle un freno a esto que parece ser la reconstrucción de Cambiemos, su chance de volver al poder. Yo creo que más importante que eso es qué pasa con los tres millones y medio aproximadamente de personas que habitualmente vota y no votaron en las PASO«, observó Genoud.
Y aventuró: «Si efectivamente ese sector se siente interpelado por los resultados o por el avance de Cambiemos y una parte ese sector es votante natural del Frente de Todos, ese sector puede alterar por completo la elección. Son muchos votos que en esta elección no se pronunciaron, entonces creo que puede funcionar en parte de los votantes el miedo al triunfo de Macri o de Cambiemos o de Larreta y puede funcionar también en los que no fueron a votar, que me parece que son decisivos«.
Con respecto a las tensiones de cara a un segundo tramo, Genoud planteó que «no lo veo a Larreta en principio con una estrategia similar a la que tuvo Macri que era directamente negar al kirchnerismo, sino que lo veo también negociando en algún nivel hacia adelante con el kirchnerismo. Tensar ahora estos dos años para la oposición es un arma de doble filo porque si el Gobierno se debilita más todavía, tampoco es un negocio para la oposición».
«No les conviene llegar a 2023 con una situación caótica de crisis más extrema, porque tienen que gobernar también. Entonces la confrontación o esa idea de `no tengo nada que ver con el gobierno, no puedo charlar nada´, me parece que tiene sus límites. Porque se demostró con Macri que después se pone a la Argentina de sombrero. Ya no hay margen para eso. No lo veo con margen para seguir el discurso de Bullrich o de Macri si es él el que finalmente lidera, porque obviamente Macri también va a querer ser candidato a presidente», concluyó.
Entrevista: Manuel Rodríguez