Redacción Canal Abierto | El proyecto MARA (antes conocido como Agua Rica) supera tres veces en magnitud a Bajo la Alumbrera, el primer mega-emprendimiento hidro-químico del país que desde 1997 explota yacimientos mineros en el departamento Belén, Catamarca. Esta nueva iniciativa se ubica incluso más cerca de la ciudad de Andalgalá (a sólo 17 kilómetros) y en zonas de glaciares -violando así la Ley de Glaciares-, donde nacen los ríos que proveen de agua a la región.
Para tomar una noción de su potencial impacto, esta nueva iniciativa minera implicaría una perforación de casi 3 kilómetros de diámetro y mil metros de profundidad en la Sierra del Aconquija, también es conocida como Nevados del Aconquija ya que sus más elevadas cumbres poseen hielos y nieves eterna. “Es el tanque del agua de Andalgalá y pueblos cercanos”, cuenta Raúl Barrionuevo, uno de los integrantes de La Asamblea El Algarrobo que arribaron a la Ciudad de Buenos Aires luego de recorrer más de 1300 kilómetros para reclamar a la Justicia Federal que frene el mega proyecto extractivista.
En diciembre de 2020 se confirmó que Agua Rica será dirigida por una sociedad de tres empresas: Yamana (56,25%), Glencore (25%) y Newmont (18,75%). Y que usará las instalaciones de Alumbrera, lo que dieron en llamar “proyecto integrado” y bautizaron con el nombre de “MARA”.
En su gran mayoría, la población de Andalgalá rechaza una industria que deja nulos beneficios pero sí un impacto socioambiental negativo, como evidencian la decena de denuncias por contaminación y evasión fiscal –– en estos casi 25 años de extracción en La Alumbrera. Las propias multinacionales estiman que más del 80% de los vecinos no aceptan el emplazamiento de un nuevo proyecto.
“Hay quienes eligen el pan para hoy y hambre para mañana; nosotros queremos preservar nuestras cimientes, fauna y las producciones agropecuarias que funcionan en el territorio desde siempre”, afirma la asambleísta Eliana Guerrero.
Sin embargo, la resistencia popular y la consigna “el agua vale más que el oro” no logra colarse en las agendas de las principales fuerzas políticas provinciales y nacionales, que suelen ignorar el reclamo y favorecer las explotaciones mineras con la excusa de un supuesto rédito económico que nunca llega. Esto pese a que gran parte de la Argentina escasea el agua, como en la provincia de Catamarca, donde hoy por hoy rige una declaración de Emergencia Hídrica.
Lo mismo sucede en el ámbito judicial, donde suelen durar poco los amparos colectivos en perjuicio de las multinacionales que operan en el cerro. En este sentido, resulta curioso el hecho de que Andalgalá haya sido la primera ciudad de Catamarca en prohibir la megaminería. Sucedió en septiembre de 2016 mediante una ordenanza municipal, pero la compañía Yamana Gold recurrió a la Corte Suprema de Catamarca, que el 24 diciembre de 2020 falló a favor de la minera.
“Están perforando en zonas sin los informes de impacto ambiental correspondientes, no hay autorización. Yamana Gold actúa como la dueña de los cerros, con el respaldo de Gendarmería y policía provincial”, denuncia Barrionuevo. “Es totalmente ilegal, tenemos miedo”.
En septiembre de 2021 la Justicia volvió a arremeter contra los vecinos, al imputar por “daño simple” a cinco mujeres que en junio habían participado de una sentada contra la multinacional. “No es la primera vez que nos persiguen por vía judicial”, denunciaban por aquel entonces los asambleístas.
Sin embargo, fue la brutal represión del 15 de febrero de 2010 el antecedente que produjo el primer quiebre para que la población saliera a la calle de forma masiva, el hartazgo se convirtió en pueblada. Así nació la Asamblea El Algarrobo y comenzaron las marchas de los sábados, las caminatas por el centro de la ciudad en defensa del agua, del territorio, en contra del extractivismo.