Redacción Canal Abierto | El libro 50 años rock. 50 bandas argentinas fundamentales recorre la historia del género en nuestro país a través de 50 discos que son los disparadores para hablar de las bandas que los grabaron. Estructurado en dos tomos con 25 capítulos cada uno, atravieza medio siglo comprendido entre 1966 y 2016.

Los dos tomos son fruto del trabajo de los periodistas Miguel Dente, Daniel Gaguine y Matías Recis quienes a lo largo de cinco años entrevistaron a una centena de músicos, managers, productores y técnicos para recrear las historias de los artistas que nutren las páginas de estos libros.

“Lo que nosotros pensamos fue más que nada en ser el nexo, el canal para las voces de los de los propios artistas. Hay muchos libros muy buenos que salieron sobre la temática, pero generalmente los realizan periodistas y en este nosotros directamente fuimos a las fuentes que son músicos, productores, managers, artistas varios que directamente estuvieron colaborando y formando parte de lo que fueron las bandas en sí, así como en muchos de los discos que elegimos como puntapié para empezar a desarrollar la historia de cada una de ellas. Lo que nosotros hicimos más que nada fue visibilizar las voces de todos los que estuvieron presentes dentro de la historia de los grupos”, cuenta Daniel Gaguine a Canal Abierto.

Cada capitulo es contado por distintas voces que vivenciaron la historia de la banda y la grabación del disco seleccionado. La estética es de un relato en primera persona en la que no pareciera haber intervención de los autores. Sin embargo, Gauguine señala que los relatos sí contaron con una edición de los periodistas.

“Lo pensamos de esa manera para que mantenga la frescura del testimonio vivo. Hay una edición, porque tuvimos entrevistas con un crudo de dos horas promedio. Por ejemplo, en el caso de Pablo Potensoni, baterista de Todos Tus Muertos, es una entrevista que la hizo Matías. Se fue hasta General Rodríguez y estuvieron charlando desde la medianoche hasta las 7 de la madrugada del día siguiente bajo la lluvia. En mi caso tuve correspondencia con el primer manager de los Rolling Stones, Andrew Log Oldham, y Chris Frantz, baterista de los Talking Heads, con respecto a lo que fue la producción del disco de Los Ratones Paranoicos o de Fabulosos Cadillacs respectivamente. La edición consistió en un retoque estilístico para que entre, pero siempre manteniendo la cosa linda que tiene el diálogo, explica el periodista.

Gaguine cuenta que la reducción de 50 años de historia a la misma cantidad de números artísticos supuso un momento dificil en el que hubo que seleccionar qué quedaba, pero también qué era excluido: “Quedaron bandas que al día de hoy deberían estar, pero como una vez dijo un productor discográfico, las producciones de los discos no se terminan, se abandonan, porque si no seguirían produciendo in eternum, y un poco eso nos pasó a nosotros. Teníamos que parar con la selección de bandas y, amén de los gustos personales de cada uno, lo que se privilegió fue el hecho de que fuera incluida la mayor cantidad de estilos posibles reflejados en la selección”.

Tomamos la decisión de privilegiar otros grupos y abrir un poco más el campo a nivel estilístico. Así, el libro tiene bandas de blues, de fusión, punk, heavy, fue algo que tratamos de que quedara reflejada esa variedad, agrega.

Además de los 25 capítulos, cada tomo cuenta con sendos prólogos: el primero a cargo de Litto Nebbia y el segundo, de Walter Giardino, guitarrista de Rata Blanca. “A Litto lo elegimos porque es considerado por muchos como el padre indiscutido del rock nacional. Y para el segundo tomo teníamos otras posibilidades. Empezamos a hablar con algunos músicos y llegó el nombre de Walter que se puso a disposición. Le mandamos el material, dijo que le interesaba y se puso a escribir y nos mandó un prólogo bastante particular que refleja cierto carácter combativo que tiene Walter, cuenta el escritor y docente.

“Me pareció e interesante -continúa Gaguine- tomar la voz de un personaje polémico como es Walter que está un poco enojado con cierta prensa del rock. Si bien al día de hoy Rata Blanca es una banda que realiza conciertos en todos lados y con un gran éxito y un sonido de primerísimo nivel, después hay que entrar en cuestiones de lo auténtico y lo no auténtico, o la difusión que tuvo en su momento el hecho de que hayan ido a tocar a bailantas que fue criticadísimo. Pero me parece también que el rock tiene que empezar a preguntarse sobre esa tan mentada autenticidad de la que siempre habla. Porque si ser auténtico es hacer durante 40 años la misma, en los mismos lugares y para la misma gente termina siendo de una endogamia terrible y eso me parece que no está bueno.

En ese sentido, la dimensión política que el movimiento del rock nacional tuvo en en su devenir se desprende de los testimonios que componen el trabajo. “Hay músicos que en su momento tenían ansias de realizar algún tipo de cambio a través de la música. En algunos casos pudieron, en otros no, afirma el coautor.

Y concluye: “En algunos casos hubo músicos que terminaron volviéndose conservadores, con lo cual es una paradoja empezar tocando rock y después terminar siendo más conservador. Esto abre una pregunta respecto de si realmente querían cambiar e innovar un género musical y por ende la sociedad o simplemente era una excusa para sexo, droga y rock and roll y después ser igual o más conservador que papá y mamá. Desde ese lugar tenemos esa dimensión político-social en la cual, con el paso del tiempo, muchos músicos quedan desdibujados y a contramano inclusive de la historia.

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