Canal Abierto Radio | Se cumplieron 59 años de aquel 12 de agosto de 1963 en el que se robaron el sable corvo de José de San Martín. En “El Sable. Un Thriller Peronista: Historia secreta del robo de la espada de San Martín”, el historiador Rodolfo Piovera relata en modo ficcional la odisea del grupo de militantes que llevaron a cabo tal acto en un contexto opresivo por la proscripción peronista.
“La investigación se dividió en dos partes: todo lo que es archivos y hemerotecas, y la búsqueda de sobrevivientes de aquella época que sean cercanos o conozcan a quienes produjeron el robo”, indicó Piovera en diálogo con Canal Abierto Radio. También señaló que pudo hablar con un par de integrantes que quedaban vivos que habían cometido el robo como Osvaldo Agosto y Manuel Gallardo.
Asimismo, contó que logró hablar con Héctor Spina, que en ese momento integraba el triunvirato que dirigía la JP antes de fallecer, “además de otras personas con las que pude reconstruir los robos que fueron dos. Fue un trabajito que me llevó más de un año, pero lindo. Como historiador me gusta investigar”.
Con respecto al hecho producido a principios de la década del 60, Piovera aseguró: “El impacto fue conmocionante, cosa que pueden atestiguar las tapas de los diarios de aquella época porque la espada del libertador San Martín era un símbolo nacional. El primer robo se resolvió más o menos rápido porque a los 15 días devolvieron el sable por distintas circunstancias que cuento en el libro. Hubo una persecución, allanamientos y torturas”.
También expresó: “Esto sucedió en un contexto muy difícil del país, porque hablamos del 63, cuando Arturo Illia gana las elecciones pero todavía no había asumido. Los militares estaban agazapados detrás de todo y eran los que controlaban un poco la situación que era de mordaza en un momento muy difícil del país, una época que de algún modo anticipaba lo que sucedió luego en los 70”.
Y concluyó: “Hoy no sería lo mismo porque era otra época, otra gente, otro impacto y porque se vivía la cuestión política de otro modo. Hay otras maneras, están las redes sociales y el curso político llega de otra manera. Hoy no estaría en el programa de ninguna organización cometer algo de ese estilo”.