Redacción Canal Abierto | Luego de su salida como director del Banco Nación, el espacio popular que lidera Claudio Lozano, Unidad Popular, emitió un comunicado por el que “toma distancia de la gestión gubernamental y decide convocarse y convocar a la creación de una nueva propuesta política que recupere la unidad popular para transformar la Argentina que el Frente de Todos expresara en el 2019”.
La situación fue atribuida por algunos medios a una ruptura con el bloque oficialista que, por el contrario, Lozano desmintió: “Unidad Popular decidió tomar distancia de la gestión gubernamental a partir del giro conservador que se expresa en la presencia central en el gabinete y en la conducción de la política económica y en las definiciones que se han tomado por parte de Sergio Massa y el Frente Renovador. Y, al mismo tiempo, mantenernos en el Frente de Todos que para nosotros es algo más que la gestión de gobierno. Porque los 5 millones de votantes que no nos acompañaron en 2021 y que sí nos habían acompañado en 2019 forman parte del espacio del Frente de Todos”.
De cara a representar al sector cada vez más creciente de oficialismo crítico, el economista recorrió en esta entrevista con Canal Abierto una multiplicidad de temas que van desde su mirada sobre el rumbo actual del Gobierno, su paso por el Banco Nación y su abrupta salida, y las políticas que, entiende, el electorado espera por parte de esta gestión.
Las críticas y las PASO
“Múltiples referentes de organizaciones sociales o fuerzas políticas ven con preocupación lo que está ocurriendo y son parte del Frente de Todos. En ese marco, nosotros nos mantenemos en el Frente, cuestionamos la orientación que se ha tomado, y nos planteamos convocarnos y convocar a la construcción de una propuesta política que dispute su orientación”.
“Estamos rechazando el plan de estabilización y ajuste planteado por (el ministro de Economía, Sergio) Massa, proponiendo un conjunto de medidas centralmente dirigidas a recomponer el poder adquisitivo de la mayor parte de la población, una propuesta política de cara a 2023 que dispute en las PASO la orientación del Frente”.
“No estamos de acuerdo ni con cristalizar una conducción conservadora del Frente de Todos, como pueda implicar una conducción centralizada en Sergio Massa, y tampoco estamos dispuestos a que el fracaso de la gestión del Frente sea la excusa del retorno al pasado”.
“Los millones de votantes que no acompañaron al Frente en 2021 y que sí lo habían acompañado en 2019 no fueron a votar a otro, en su gran mayoría se quedaron en su casa. Con bronca, escepticismo, desilusión. Juntos por el Cambio gana perdiendo 1 millón de votos. Hay un pueblo que está buscando una alternativa y me parece que la tarea es construirla”.
El debate interno
“Ha sido un frente electoral exitoso en 2019, fallido en 2021, pero en el medio no ha habido ámbito que permita que las diferentes expresiones del Frente produjéramos una síntesis que nos contuviera a todos. Creemos que esa es una de las grandes debilidades que el Frente ha tenido y que lo ha debilitado en su capacidad política. Poco a poco el gobierno del Frente de Todos terminó encerrado en una lógica de discusión donde los que priman son los factores de poder, que han terminado orientándolo”.
“Entendemos que hay un espacio mayoritario en el Frente de Todos donde el malestar con el rumbo es general. Se puede expresar o no, pero nadie está contento con este rumbo. Por lo tanto nos parece que hay que trabajar para que no se pierda la perspectiva para adelante. No se puede cerrar el futuro”.
“El acuerdo con el FMI implicó la ruptura orgánica del Frente de Todos, que perdió la mayoría en 2021 y se rompió en el voto parlamentario sobre el acuerdo, que sale con el voto de los que nos endeudaron. Cuando se fue Guzmán era la oportunidad de refundar el Frente de Todos, convocar a todos los que habíamos estado acompañando esto para cambiar el rumbo. Éste no es el Frente que nació en 2019”.
La economía
“Lo que hemos terminado teniendo es un golpe de mercado que ha tenido dos meses de duración, en el que terminó saliendo el ministro (Martín) Guzmán, pasó sin pena ni gloria la ministra (Silvina) Batakis, y llegamos a una situación que es casi una resignación de la gestión de gobierno en manos de aquel actor interno del Frente de Todos que es el Frente Renovador, y Massa en particular, que es el que tiene el mejor vínculo con el poder económico local, que era el que presionaba, y con los Estados Unidos”.
“Un plan de ajuste y estabilización, que es lo que han hecho, no da cuenta de los 25 millones de habitantes que no llegan a fin de mes, ni de los 17 millones de pobres, ni de los 4 millones de hambrientos. Es una discusión exclusivamente con el poder económico más concentrado”.
Las propuestas
“Hay que gobernar de otra manera, hay que gobernar con la sociedad, y no una gestión de gobierno ahí arriba discutiendo con los de siempre. Para transformar hay que convocar al conjunto y hay que diseñar mecanismos de participación organizada de la comunidad en las decisiones a nivel nacional, provincial, regional, local en cada temática”.
“Necesitamos revertir la estrategia de la desigualdad que se ha puesto en marcha de la dictadura para acá, y eso implica un conjunto de ingresos nuevas, entre ellas un Ingreso Básico Universal que le ponga un piso civilizatorio a la Argentina, sobre todo en la población en situación de informalidad y desempleo”.
“También necesitamos avanzar en una estrategia de redistribución del ingreso que amplíe el mercado interno y el poder adquisitivo de la población sobre la base de controlar la capacidad de presión inflacionaria que tienen los principales grupos, y eso implica un control de precios antes de la góndola, mesas de control y concertación con los actores que participan en cada cadena de producción. Y en ese marco avanzar en una reconstrucción productiva donde la sustitución de importaciones es una clave central. Estamos en condiciones de sustituir, porque ya existen los productores, el 20 o 30% de lo que consumimos como insumos industriales”.
“Y discutir el tema deuda. Suspender pagos e investigar el tema del endeudamiento es central para sacarnos de encima el condicionamiento del FMI. Nos hemos comprado una mochila de una deuda que es ilegal y que la Argentina tiene todos los elementos para plantearlo a nivel local y a nivel internacional. No hay que abandonar esto”.
El contexto internacional
“La pandemia y la guerra, para un país como Argentina, son una oportunidad. Porque la pandemia ha dado un creciente nivel de endeudamiento de los países en donde el papel del FMI está cuestionado. El precio de los alimentos y de la energía, para un país que produce esto, no debería ser un problema. Lo es porque se somete a la presión de sectores de las clases dominantes, que ante la definición de una retención parece que estamos discutiendo un soviet. Necesitamos desacoplar precios internacionales de los internos”.
“América Latina está viviendo un vuelco que comenzó con el triunfo del Frente de Todos en la Argentina. Está dando una señal de que vuelve a haber una oportunidad para discutir de otro modo”.
La salida del Banco Nación
“Pareciera que necesitan otro Banco Nación. Porque no sólo me pidieron la renuncia a mí, decapitaron su conducción. Éramos un Directorio equilibrado, con fuerzas distintas, que venía construyendo por consenso una orientación que es la que hizo que salieran a defender las empresas pyme la gestión que habíamos llevado adelante”.
“El Banco Nación es la institución que confrontó con los distintos intentos de Vicentin de consumar el fraude y que la tiene arrinconada para que el Estado pueda intervenir sobre esa empresa recuperando los millones de dólares que tiene enterrados en esa cesación de pagos. Vamos a ver cuál es la decisión sobre Vicentin en este nuevo escenario”.
Entrevistadora: Gladys Stagno