Por Melissa Zenobi | El famoso nutricionista que desde hace años viene lucrando con el negocio de los cuerpos hegemónicos se hizo viral en las últimas horas tras el repudiable comentario que realizó en diálogo con Flor Peña para su programa La Puta Ama, al aire de América.
Para hablar de la relación de los cuerpos con el entorno, el médico ejemplificó sobre una situación laboral: “El ejemplo que yo doy es la gordita de la oficina. Si sos una chica que pesa 120 o 130 kilos en la oficina, muy posiblemente tus amigos, si te ponen la mano encima, te la ponen como un buen compañero”.
“Si vos bajás 30 o 40 kilos, ya dejan de ponerte la mano encima como un buen compañero y te ponen la mano encima con otra intención, ¿no? Eso puede parecer una discriminación, pero es así”, sentenció y desató la polémica. El repudio al mensaje gordofóbico sembró rápidas críticas y cancelaciones tanto en redes sociales como en todos los medios de comunicación –masiva y popular-, que obligaron al propio Cormillot a retractarse.
30 segundos de violencia
Fue la activista feminista María Florencia Freijó, autora de Maleducadas, quien usó su cuenta de instagram para alertar sobre otros alcances de este mensaje a través de un video: “Muchos de los mecanismos de tocarte el hombrito, hacerte chistes, hacerse el amistoso, que a veces es acoso laboral, también es un modo de desacreditarte como persona de autoridad, de liderazgo, como persona asertiva”.
En esta línea, la referente explica que Cormillot compara dos situaciones poniéndole valor a la mirada del otro. Entonces indica: “por supuesto que nadie tendría que buscar bajar 30 o 40 kilos con fines de que un compañero de trabajo te toque. Pero además delimita y afirma cuáles son los cuerpos deseables. No es azaroso que use un ejemplo de una mujer en situación pasiva, afirmando que el cuerpo de esa mujer está disponible como capital erótico y sexual para la mirada externa”.
E introduce un eje de análisis fundamental donde es clave hablar de consentimiento, más allá de las formas de los cuerpos: “Esta es una sociedad que sostiene que el acoso tiene que ver con la deseabilidad sexual que siente una persona por otra y no se puede contener ¿Qué sucede? Cuando las personas gordas van a denunciar acoso o violación no les toman las denuncias porque creen que están mintiendo, porque ¿quién la va a violar o acosar?. Porque se cree que las únicas personas que pueden ser vistas con deseo son las personas hegemónicas”.
"Cormillot":
Por sus declaraciones en #LPA pic.twitter.com/gwjSvJPjsB
— ¿Por qué es tendencia? (@porquetendencia) August 24, 2022
Herramientas
En el año 2021, Argentina ratificó el Convenio 190 y la recomendación 206 sobre violencia y acoso en el mundo del trabajo aprobado por la Organización Internacional del Trabajo en la conferencia del 2019, el cual brinda una serie de herramientas para desnaturalizar situaciones de violencia y acoso en el mundo laboral, como así también para denunciarlas, abordarlas y erradicarlas.
En su artículo 1 el Convenio establece que la violencia y acoso en el mundo del trabajo es “un conjunto de comportamientos y prácticas inaceptables (…) que causen o sean susceptibles de causar, un daño físico, psicológico, sexual o económico, e incluye la violencia y el acoso por razón de género”. Estas situaciones de violencia pueden ser provocadas no solo por jefes, superiores o compañeres en general, sino también personas con quienes les trabajadores interactúan con motivo de su tarea.
Mariana Campos, una de las autoras de la Guía sindical Cómo prevenir y abordar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo elaborada por la OIT en Iniciativa Spotlight, dialogó con Canal Abierto y explicó sobre la amplitud de las consideraciones que trae esta herramienta: “el Convenio contempla situaciones que, por las características de las relaciones laborales, son naturalizadas o invisibles para muchas personas, e incluso tiene en cuenta las conversaciones formales e informales entre personas que se relacionan en el mundo laboral”.
En esta misma línea, Campos indica que las formas de violencia y discriminación presentes en la sociedad “tienen un impacto en las relaciones laborales, como así también las estructuras que subyacen a las violencias, las posibilitan, reproducen y perpetúan en la sociedad en la que vivimos”.
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¿Qué hacer?
Además de aconsejar la denuncia y el fortalecimiento de las organizaciones sindicales para dar impulso a estas denuncias de los distintos tipos de violencia en el mundo del trabajo, la Guía Sindical sobre el Convenio 190 propone una serie de acciones para detectar, prevenir y erradicar estas situaciones.
Entre ellas Campos explica que el texto recomienda la puesta en marcha de capacitaciones:
“Habilitar espacios de enseñanza-aprendizaje sobre las formas en que se expresa la violencia, así como la estructura socio-histórica que la contiene, permite reconocer la violencia y el acoso como un problema colectivo, social”.
Estas instancias de formación también “permiten instalar la temática entre sus participantes, brindar herramientas para reconocer situaciones de violencia y acoso en relación con el trabajo y difundir las líneas de acción para su abordaje”, sentencia Campos.
Y propone la incorporación de una perspectiva que reconozca la violencia y el acoso en el mundo del trabajo como un problema social. “Esto requiere abordar la estructura socio-histórica que da lugar a las formas en que se expresa, y los determinantes sociales que profundizan la desigualdad: la clase, la raza, el género, la orientación sexual, la funcionalidad corporal, etc.”, sintetiza.
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