Redacción Canal Abierto | Luego del COVID-19, la normalidad que recordábamos con distorsionado optimismo no volvió. Tampoco se cumplieron las profecías que vaticinaban un mundo pospandémico mejorado. Por el contrario, la vida se volvió más dura, las soledades más solitarias y las inequidades más profundas. En otras palabras, los grupos más desfavorecidos se encuentran peor que en 2019 y los números lo demuestran.

En América Latina y el Caribe, una región caracterizada por la desigualdad, las mujeres fueron las más golpeadas por los confinamientos de la pandemia.

Los datos surgen de un informe reciente elaborado por el Banco Mundial y el Programa para las Naciones Unidas y el Desarrollo (PNUD), el cual arroja que quince meses después del inicio de la pandemia, el empleo femenino en América Latina y el Caribe estaba 15% debajo de sus niveles prepandémicos.

Según el informe, los shocks en el mercado laboral impactaron en las mujeres de dos maneras. Por un lado, aquellas que trabajaban antes del COVID-19 perdieron su empleo en mayor medida que los hombres (37,8% 7 17%, respectivamente). Por el otro, aquellas que estaban desempleadas antes de la pandemia lograron emplearse un 16,4% menos que los hombres después de ésta (27,3% y 43,7%%, respectivamente).

Los porcentajes se repiten, similares, en todos los países de la región. En los países andinos, la brecha de género laboral se elevó a 31% durante la pandemia, versus un 13% previo a la misma. En el Cono Sur estos porcentajes son del 35% versus el 20%; y en México, del 33% versus el 24%.

 

Causas y posibles soluciones

La explicación tiene que ver con los cambios en distintos sectores productivos y hacia el interior del hogar.

La pandemia impactó negativamente en industrias donde el trabajo femenino es significativo, como el turismo y el  servicio doméstico, las que sufrieron las mayores pérdidas de puestos laborales. Como consecuencia, las mujeres migraron hacia empleos en el sector informal.

En oposición, los sectores que sufrieron menor pérdida de puestos fueron aquellos poco feminizados, como los servicios públicos, la reparación de vehículos y la construcción.

Cambios en la relación empleo/población De febrero de 2020 a mediados de 2021
Fuente: Laboratorio de Innovación de Género para América Latina y el Caribe.

 

En lo que respecta al hogar, la pandemia empujó a muchas mujeres a abandonar el mercado laboral para realizar la mayor parte de las tareas de cuidado en sus familias, multiplicadas por la presencia de los hijos en el hogar gracias al cierre de las escuelas.

Desde el Laboratorio de Innovación de Género para América Latina y el Caribe proponen distintas iniciativas para achicar las brechas laborales de género en el continente. Entre ellas recomiendan a los países mejorar los sistemas de seguridad social, fortalecer las redes de protección para ayudar a las personas afectadas por la crisis originada por la pandemia, invertir en servicios de cuidado infantil de buena calidad, y promover ejemplos de “mujeres empoderadas”.

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