Redacción Canal Abierto | La represión a las movilizaciones por la destitución del presidente Pedro Castillo provocó la muerte de dos manifestantes en la ciudad de Andahuaylas –departamento de Apurímac– en el sur de Perú, y alcanzan a varias decenas los heridos a lo largo del país.
Las protestas contra el nuevo gobierno de la ex vicepresidenta Dina Boluarte y el Congreso entran hoy en su quinto día mientras que organizaciones campesinas e indígenas convocaron a partir de mañana a un paro por tiempo indeterminado. La respuesta de la mandataria ha sido declarar el estado de emergencia en las zonas de alta conflictividad social.
Se reporta disparos directo al cuerpo de bombas lacrimógenas y canicas de parte de la @PoliciaPeru en Lima. La represión es cada vez más violenta. ¡No más muertos ni heridos por protestar!#CrisisEnElPeru pic.twitter.com/uY9cc5fg3d
— Coordinadora 14N (@coordinadora14n) December 13, 2022
“Contrariamente a lo que pensaban el Congreso y los medios de comunicación a partir del día 7, que toma posesión el nuevo gobierno después de la vacancia y del intento de golpe que hace Castillo, la población está movilizada. Hay tomas y bloqueos de carreteras y en este momento hay un intento de toma del aeropuerto de Arequipa en el sur del Perú. Hay convocada una jornada nacional de lucha para el día 15. Tenemos un país que está bastante convulsionado, a pesar del mensaje presidencial que ha dado anoche Dina Boluarte indicando que ella promovería el adelanto de elecciones para abril del 2024 –recordemos que su mandato debería extenderse hasta julio de 2026–, las movilizaciones y las protestas no cesan”, sostiene en diálogo con Canal Abierto Alvaro Campana, referente del Movimiento Nuevo Perú.
El pasado miércoles 7 el Congreso del Perú iba a votar por tercera vez la moción de vacancia presidencial, pero se descontaba su fracaso; los vacadores no alcanzaban los 87 votos necesarios. “Para las fuerzas populares es negativo lo que ha ocurrido con el gobierno en la medida en que un Congreso totalmente desprestigiado era el que tenía más para perder si aplicaba una vacancia, si es que Pedro Castillo no tomaba la extraña decisión de dar un golpe de Estado. El enemigo principal sin duda es la ultraderecha que está agazapada en el Congreso y que maneja además otros poderes: tiene presencia en otras instituciones como el Tribunal Constitucional, el Ministerio Público, la Fiscalía de la Nación, los grandes medios de comunicación, etcétera. Finalmente, lo que ha hecho Castillo con esta decisión que no es constitucional es terminar de avalar todo lo que la ultraderecha ha estado buscando desde el Congreso que era sacarlo del gobierno y hacerse del poder”, sostiene Campana.
Es aún un misterio en Perú porque Castillo tomó la decisión que precipitó se final de su gobierno, tantas veces planificado. Cuando anunció que procedía a “disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional”, que gobernaría mediante decretos hasta que se instaurara el nuevo Congreso, terminó de sellar su destino. Sus ministros renunciaron inmediatamente tras el mensaje presidencial, no estaban enterados del movimiento. Su propio abogado. con el que estaba preparando la defensa frente al pedido de vacancia presentado. se vio sorprendido y decidió renunciar a defenderlo. Poco tiempo después, era detenido cuando se dirigía con su familia presumiblemente a la embajada de México, “por el delito de alzamiento contra el orden constitucional de la República”.
“Es un acto más, de los que ya hemos visto, de improvisación, de desconocimiento, de ineptitud. La gente que ha rodeado a Pedro Castillo le ha llevado a tomar una decisión que finalmente lo puso como un victimario y a dar un golpe de Estado usando casi las mismas palabras que Fujimori, con la idea de disolver el Congreso no”.
El país está en llamas, ya hay muertos y heridos. No desaten la furia del pueblo.
Los verdaderos responsables de todo esto son los golpistas, la cárcel los espera! pic.twitter.com/d2HDHs3Pfv
— Zaira Arias (@ZairaArias92) December 11, 2022
Es notorio que el gobierno de Castillo nunca logró hacer pie y terminó cayendo ¿Cómo se llega a este momento?
-Hay varios factores, pero sin duda uno muy importante es que la derecha extrema jamás aceptó el triunfo de Castillo, como bien sabemos. Esto arrancó con el desconocimiento de los resultados electorales. Hasta ahora, ese sector sigue hablando de que se ha cometido un fraude, incluso plantean que para las reformas que serían necesarias para un nuevo proceso electoral tendría que destituirse al jefe de la ONPE (Oficina Nacional de Procesos Electorales) y al Jurado Nacional de Elecciones para garantizar un proceso electoral neutral.
Hemos tenido un permanente asedio de ese sector que intentó mostrarse en las calles y que, utilizando el Congreso, ha ido copando varias instituciones, lamentablemente en contubernio con un sector que supuestamente es de izquierda radical, pero que en realidad es una izquierda bastante conservadora y pragmática, que es la del partido que llevó a Pedro Castillo al gobierno (Perú Libre). Lo que hemos ido viendo es un avance de estos sectores reaccionarios que han ido tomando instituciones y atentando contra derechos, se ha ido implementando una agenda antiderechos desde el Congreso.
Por otro lado, el gobierno de Castillo ha sido un gobierno muy improvisado y muy pragmático también, con el único objetivo de sobrevivir. No ha tenido nunca una agenda clara de qué hacer en el país. Yo diría que ha manoseado varias de las banderas que eran tan fundamentales para el cambio, como el tema del proceso constituyente, para lo que no se hizo absolutamente nada de manera concreta, sino bastante reactiva y utilitaria. Nunca se llegó a conformar un gabinete popular que era una promesa que se había hecho a las organizaciones sociales, tampoco se formó ninguna dirección de izquierda y finalmente Castillo terminó rodeado de gente que le ha dado la espalda.
Castillo ya era parte de políticas bastante reaccionarias, sobre todo a nivel de los derechos sexuales y reproductivos, a nivel de la educación, con una incapacidad absoluta de hacer cosas y permitiendo que la ultra derecha sea la que instale su agenda.
Dina Boluarte al parecer llevaba bastante tiempo conspirando para hacerse del poder y haciendo tratos. Un par de días antes de su llegada a la presidencia, la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso archivó una denuncia constitucional en su contra, despejando el camino para su asunción.
🇵🇪 Presidenta @DinaErcilia Boluarte en mensaje a la nación: "La patria está viviendo horas difíciles. Al asumir el mando presidencial señalé que mi gobierno buscaría el diálogo, el entendimiento, la concertación y los consensos entre todos y para todos. Sin exclusiones". pic.twitter.com/h5gyeqzBft
— Presidencia del Perú 🇵🇪 (@presidenciaperu) December 12, 2022
¿Qué carácter tienen las movilizaciones populares que se están produciendo en el país?
-En los pueblos del sur –donde radicó principalmente la victoria electoral de Castillo–, la gente ha sentido, como dice una analista por aquí, un agravio moral con lo que ha visto después de la vacancia, con un Castillo derrotado, preso, esposado, cuando hemos tenido otros presidentes o personajes que han hecho lo mismo o peores cosas. Por otro lado, hay un Congreso que es repudiado en el Perú, odiado más que ninguna otra institución, y se muestra triunfante, celebrando. Entonces yo creo que esta situación ha hecho que las comunidades del sur que suelen caracterizarse por tener una animosidad mucho más crítica, más radical, más confrontacional empiecen a movilizarse.
Pero hay distintas consignas. Algunos piden la restitución del propio Castillo. Otros hablan de la vuelta a la Constitución del 79; la mayoría pide elecciones generales en lo inmediato con algunas reformas. Pero, la pregunta es quién hace las reformas. Hay una dispersión de consignas que demuestra que no hay una dirección orgánica y más bien creo que en el Perú seguimos viviendo un momento destituyente.
Por ejemplo, Antauro Humala –hermano del ex presidente Ollanta Humala– que supuestamente terminaba siendo un personaje que podría canalizar estas demandas ayer ha sido abucheado en el centro de Lima por haber reconocido al gobierno de Boluarte. Ha sido tachado por la ciudadanía movilizada como un traidor. Estamos en un momento profundamente destituyente y difícilmente se encuentre a alguien que pueda expresar legítimamente los intereses populares. No se ve a algún sector que de alguna manera pueda representar una salida dialogada, negociada, política a la situación en la que estamos viviendo, es una situación muy complicada.
Boluarte supuestamente tiene que gobernar hasta el 2026, es algo inimaginable. ¿Desde Nuevo Perú que están pensando?
-Algunos plantean que debería convocarse a elecciones generales y a la par hacer un referendo constitucional, constituyente, para decidir si vamos a avanzar en ese proceso. Esa podría ser una fórmula, pero son fórmulas que difícilmente encuentren consensos en un escenario súper fragmentado y polarizado. Hay un conjunto de consignas que no queda claro cómo pueden unificarse.
Desde la izquierda, como nuestro Movimiento Nuevo Perú o de las izquierdas más históricas, nos hemos mostrado en estos tiempos vacilantes, sin tener una verdadera decisión de alcanzar nuestro objetivo que es el de lograr una refundación del país sobre la base de un proceso constituyente. No hemos dado pasos, no hay una discusión madura al respecto. Entonces eso nos pone en una dificultad, no tenemos consenso sobre qué tipo de sistema político, cómo cambiar o renovar la representación política. Entonces cómo vamos a lograr resolver este entrampamiento, este impasse, es algo bien complejo.
Estaríamos en un escenario mucho mejor si el propio Congreso hubiese declarado una vacancia del presidente; las cosas hubieran sido mucho más claras para todos, hubiésemos unificado nuestras fuerzas y el Congreso no tendría ya ninguna legitimidad. Entonces estaríamos en un momento totalmente distinto. Pero la impericia del propio Castillo y, seguramente, sus propios temores por la gente de la que se ha rodeado y las cosas en las que pueda estar involucrado lo han terminado empujando a tomar una decisión como esta.
Yo creo que la estrategia del movimiento popular tiene que ser la impugnación, la impugnación a un Congreso que ya no representa a la ciudadanía y a un gobierno que se pone a la cabeza de tratar de salvar este barco que se hunde por todos lados y que le da aire a la ultraderecha para rearmarse, hacerse de más poder, copar más instituciones. Se debe tener una actitud muy crítica, disruptiva, contestataria.
Creo que esa estrategia pasa también por levantar las demandas no solo sectoriales, sino también territoriales. El sur es un territorio clave. En esa plataforma inmediata tenemos que ver cómo vamos a enfrentar la sequía, que es muy dura, más la crisis producto de nuestra incapacidad para producir fertilizantes y el impacto que eso va a tener en términos alimentarios, los impactos del cambio climático, el tema de la vacuna. En fin, hay varias cosas que van a golpear al movimiento popular y a la sociedad peruana en general. Esa debe ser una plataforma de acción inmediata.
La segunda es la de las grandes reformas, tenemos que pelear por instalar un programa que a la postre nos lleve a abrir el espacio para desplegar una disputa en el campo del proceso constituyente. La estrategia es elecciones generales, algunos plantean con reforma política previa pero dudo que este Congreso pueda parir algún tipo de reforma política, no están interesados en lo más mínimo. Y por otra lado arrancar un referéndum Constituyente, esa es la pelea que tenemos que dar.