Redacción Canal Abierto | La Comisión Provincial por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires realizó el VIII encuentro Nacional de Familiares Víctimas de la Violencia Estatal y el VI Encuentro Nacional de Organizaciones y Espacios de Memoria. Los encuentros se desarrollaron entre el 9 y el 11 de diciembre en el Complejo Turístico de Chapadmalal.
Estos encuentros coincidieron con el XXI encuentro de Jóvenes y Memoria, del que participaron más de 1300 jóvenes de las provincias de Buenos Aires, San Juan, Santa Fe, Santiago del Estero, Chubut y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Emprendedores por la tangibilidad de la memoria” fue como definió a los y las asistentes la Presidenta de la CPM Dora Barrancos durante el acto de apertura de los eventos. Y celebró el “encuentro de los encuentros, con tantos representantes de sitios de memoria y de familias afectadas por el gatillo policial o muertes en encierro que desprecian la condición humana”.
El VIII encuentro Nacional de Familiares Víctimas de la Violencia Estatal convocó a más de 500 personas que llegaron desde la provincia de Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Tucumán, Mendoza, San Luis, Río Negro y Chubut, mientras que del VI encuentro nacional de espacios de memoria participaron más de 200 referentes de todo el país.
Estos espacios de encuentro vienen siendo desarrollados desde hace años por la CPM con el fin de “pensar las formas de intervenir en los territorios y discutir políticas públicas con perspectiva en derechos humanos, además de haber impulsado convenios de trabajo conjunto con espacios de memoria e incorporado a las organizaciones de familiares a la labor diaria de la Comisión como Mecanismo Local de Prevención de la Tortura”, según se expresó en la nota de cobertura en su sitio oficial.
La primera charla abierta abordó el eje temático de las “Problemáticas de género en la configuración de las violencias estatales”, en la que tras la apertura de la misma a cargo de Barrancos, la sobreviviente de la exESMA e integrante de la CPM Ana María Soffiantini, y la referente de la Asociación Civil de Familiares de Detenidos (ACiFaD) e integrante del Subcomité de prevención de la tortura de Naciones Unidas Andrea Casamento se generó un debate en el que se intercambiaron experiencias y opiniones con las y los referentes de organizaciones que participaron de la actividad.
La mesa “De víctimas a activistas y/o viceversa” fue coordinada por la Directora General de la CPM Sandra Raggio y contó con la presencia del Director de derechos humanos de San Juan e hijo de desaparecidos, Carlos Goya; la representante de la agrupación NIETES, Lara Hueravillo; Ismael Décima, padre de Lucas, y Cristina Castro, la madre de Facundo Astudillo, ambos jóvenes víctimas de la violencia policial. Allí se expusieron las formas de organización y militancia política a partir de la experiencia de vida de familiares y cómo sus luchas los devinieron en actores políticos en la demanda de justicia y defensa de los derechos humanos.
A su vez, la mesa la mesa “La transversalidad de la política criminal neoliberal en democracia, ¿rupturas y/o continuidades?”, que fue coordinada por el secretario Ejecutivo e integrante de la CPM, Roberto Cipriano García, contó con las intervenciones del juez de Garantías de Mar del Plata Juan Tapia; el investigador de la UBA e integrante del GESPYDH Carlos Motto; y la comisionada del Comité Nacional de Prevención de la Tortura Rocío Alconada Alfonsín.
En ésta se analizaron los desafíos de pensar la profundización y expansión constante del sistema penal selectivo que encarcela y persigue solo pibes pobres, la multiplicidad y multidimension de la tortura en el despliegue de la violencia estatal, las preocupaciones por las tasas de encarcelamiento y la sobre punición en detrimento de las medidas alternativas a la pena privativa de la libertad; la demagogia punitivista y el rol de los medios de comunicación; y la necesidad de que la administración de justicia no solo sé encargue de impartir justicia de acuerdo a la constitución nacional y los derechos consagrados, sino también a la imperiosa demanda de un lenguaje accesible para todos y despojado de tecnicismos.
En cuanto al VI Encuentro Nacional de Organizaciones y Espacios de Memoria, en el taller “Problemas y desafíos en los modelos de gestión de los espacios de memoria” se abordó la pregunta respecto al modelo ideal, si es que existe; el para qué de los sitios; los modos y las fuentes de financiamiento; el rol del estado en el sostenimiento de los sitios y la necesidad de sostener la autonomía para el diseño de los objetivos y búsquedas; entre otros ejes.
El otro taller fue el de “Juventudes y sitios de memoria”, que posibilitó la reflexión sobre el lugar de las nuevas generaciones en las políticas de memoria; en la posibilidad de que los sitios se constituyan en espacios de participación juvenil; en la cuestión de cómo abordar el negacionismo que, en los últimos tiempos, parece conectar con ciertos sectores juveniles; y en la posibilidad de pensar y trabajar los sitios de memoria más allá de la materialidad física, de un edificio, haciendo hincapié en las propias organizaciones en las calles.
Los encuentros culminaron el domingo por la tarde con una reunión en la carpa gigante de Chapadmalal a la que acudieron los más de 1300 jóvenes de la anteúltima tanda de Jóvenes y Memoria y los más de 700 referentes y organizaciones de espacios de memoria y de familiares de víctimas de violencia institucional. En ese marco se compartieron y presentaron las producciones artísticas y musicales elaboradas durante los talleres en los días previos, y el saludo final por parte de la CPM, que prometió repetir el evento el año próximo “bajo la certeza absoluta de que esta democracia debe erradicar inmediatamente la violencia estatal y velar por la vigencia de los derechos humanos cómo su fuente y principal razón de ser”, según se afirma en el texto referido anteriormente.
En este sentido, la directora General de la CPM Sandra Raggio afirmó que “este encuentro fue un muestrario de todo lo que sigue pendiente en nuestra democracia, pero también fue la expresión de una esperanza para hallar la mano que calma, la solidaridad y empatía con la que podemos aproximarnos a entender el dolor del otro y desde allí proyectarnos para transformar el mundo. Tenemos que hacernos cargo de esa democracia que queremos: no solo es exigir sino también pensar y actuar para cambiar y transformar la realidad. Sigamos en este camino de defensa plena de los derechos humanos y volvamos a nuestros territorios con esta energía”.
Por su parte, el secretario Ejecutivo de la CPM Roberto Cipriano García saludó a todas y todos los que participaron del encuentro y reflexionó que “estos tres días que fueron intensos, con muchas discusiones, con muchos aprendizajes, marcan la continuidad de una política pública despojada de interés político partidario de un organismo estatal autónomo cómo la CPM. Los sitios son las primeras trincheras de lucha en las políticas de memoria y tenemos un activo militante muy importante en este campo, pero hace falta fortalecerlos presupuestaria y operativamente para que puedan desplegar las iniciativas que se generan. Por otro lado, hemos escuchado aquí el enorme aporte de los colectivos de familiares desde los Punto Denuncia Tortura que ha permitido ampliar el registro y la denuncia de la tortura y la vulneración de derechos por parte del estado. Hay que seguir fortaleciendo los controles autonomos externos de los lugares de detención y las fuerzas de seguridad para fortalecer la democracia”.
Desde la organización destacaron que “las mesas temáticas y talleres de reflexión en Chapadmalal vienen a formar un puente con el resto de jornadas e intervenciones que la CPM realiza durante todo el año con las organizaciones y las y los referentes de distintos puntos del país para consolidar el trabajo conjunto y seguir pensando las demandas y desafíos que se plantean en el presente, marcado por la crisis económica, la consolidación de políticas de seguridad punitivistas y la emergencia de discursos negacionistas y antiderechos, que son emitidos incluso desde sectores políticos con representación institucional”.