Redacción Canal Abierto | El planeta tierra es uno de los ocho planetas de nuestro sistema solar, cuyo centro es una de tantas estrellas que conforman la Vía Láctea (una de entre las 2.000.000.000.000 [dos billones] de galaxias del universo). Esta inconmensurable multiplicidad de mundos es razón suficiente para que fantaseemos con la existencia de vida inteligente extraterrestre.
Al igual que en la Antigüedad, miramos al cielo e intentamos encontrar lo coincidimos en denominar OVNIS. Objetos Voladores No Identificados como los cuatro que habrían sido derribados en el transcurso de esta semana por aviones de combate, según informó el Pentágono.
Otra razón por la que hoy dirigimos nuestra atención hacia arriba es el sobrevuelo de globos chinos en distintas regiones del mundo, esos que Washington denuncia como herramienta de espionaje pese a la insistencia del gigante asiático en calificar como “equipos de investigación meteorológica”.
Lo cierto es que mientras los principales organismos gubernamentales y medios de comunicación de Estados Unidos ocupan tiempo y titulares en abordar las mencionadas noticias voladores, en tierra podría estar dándose lo que para algunos es la «mayor desastre natural» en la historia de Estados Unidos.
El viernes 3 de febrero, un tren descarriló y explotó cerca de en East Palestine, la frontera de los estados de Ohio y Pensilvania. Más de 50 vagones, la mitad del tren, quedaron destrozados creando un enorme incendio. 14 de ellos transportaban cloruro de vinilo, un químico inflamable, tóxico y cancerígeno (al menos, para el cerebro, los pulmones, la sangre y el hígado).
Esta lluvia tóxica llegó hasta el lago Erie, que abastece de agua a unos 11 millones de personas y que desemboca sobre las Cataratas del Niágara, ademas del río Ohio que abastece de agua a otros 5 millones de personas
Si se llamara Chernobyl, te lo contarían hasta en sumerio. pic.twitter.com/NzrmapN7Au
— Daniel Mayakovski (@DaniMayakovski) February 11, 2023
La enorme columna de fuego en el lugar del siniestro y la volatilidad del componente utilizado para la fabricación de PVC (Policloruro de vinilo) llevaron a las autoridades a optar por una quema controlada. El efecto fue una nube de humo tóxico e intensas lluvias ácidas que alcanzaron el lago Erie, que provee de agua a unos 11 millones de personas y desemboca sobre las Cataratas del Niágara, y al afluente Ohio.
La Agencia de Protección Ambiental (EPA) reconoció que muchas de esas sustancias se estaban filtrando hacia otras vías fluviales cercanas, matando así a muchos peces y otros animales.
Un nuevo informe de la organización The Lever reveló que la compañía Norfolk Southern utilizó su poder de lobby, una práctica frecuente y hasta regulada en norteamerica, contra las normas federales de seguridad para los trenes de carga, incluido el requisito de actualizar los anticuados sistemas de frenado (muchos datan de la época de la guerra civil estadounidense). En cambio, informó el sitio de noticias DemocracyNow!, la empresa habría pagado millones de dólares a sus ejecutivos y otro tanto en recompras de acciones mientras recortaba puestos de trabajo.
Si algo faltaba para evidenciar lo opaco del asunto, el miércoles pasado la policía arrestó a un periodista mientras cubría la noticia del descarrilamiento. Un video publicado por la cadena para la que se encontraba trabajando, Newsnation, muestra cómo los agentes arrojan al suelo y esposan a Evan Lambert, acusado de alteración del orden público e invasión de propiedad privada.
Como digo, el desastre quimico es responsabilidad del gobierno, por lo cual incluso han arrestado a reporteros que han intentado informar sobre lo ocurrido en Ohio.
Aqui el arresto del periodista Evan Lambert por fotografiar lo sucedido.
Para ocultar todo esto, hablan de ovnis. pic.twitter.com/QDOsm7XlC4
— Daniel Mayakovski (@DaniMayakovski) February 12, 2023
Hasta el momento no ha habido información sobre la causa del descarrilamiento y tampoco se han reportado personas heridas, aunque especialistas advierten sobre la inevitabilidad del impacto ambiental e incluso sobre la salud humana de las localidades aledañas. En redes sociales ya hay quienes denuncian una suerte de «Chernóbil químico».