Por Néstor Espósito | Un indulto presidencial para Cristina, aunque Cristina no quiera. El juez Juan Ramos Padilla y el sociólogo y experto en comunicación Fabián Mettler publicaron un documento en el que propusieron como solución a la condena contra la vicepresidenta el indulto -aunque ella misma ya aclaró que no piensa en esa alternativa-, cuyos fundamentos dio hoy a conocer el Tribunal Oral Federal número 2.
“La derecha argentina desde hace tiempo busca sacar del juego electoral a Cristina Fernández de Kirchner. Primero intentaron matarla –fallando de casualidad- y luego sí, acertaron, enchufándole una condena a seis años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua para ocupar cargos públicos”, sostiene el documento en su introducción.
La vicepresidenta fue condenada como “jefa” de una asociación ilícita. Cierto es que esa figura no fue incluida en la figura penal que le fue finalmente aplicada, pero el voto de minoría del juez Fabián Basso lo sostuvo expresamente: “Resulta de ineludible mención, la realización de actos de disposición y celebración de negocios privados con el mismo Báez que ella misma, a través de los funcionarios que designó, beneficiaría con la obra pública. En definitiva, todos actos que se valoraron ya al analizar la defraudación en sus aspectos objetivos y subjetivos, pero que evidencian el rol preponderante y de mando que tenía, además de como presidenta, como jefa de la asociación. Son todos estos extremos los que me persuaden de afirmar que Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, no sólo integró la asociación ilícita ya mencionada, sino que, además, se desempeñó como jefa de aquella”.
La única diferencia entre lo que piensa el voto de minoría y el de mayoría es que discrepan sobre si hubo multiplicidad de delitos, una condición sine qua non para la figura de la asociación ilícita. Un detalle, que no modifica la gravedad de la acusación y la condena.
Ante ese escenario, Ramos Padilla y Mettler advirtieron que “en la misma Constitución se encuentra el remedio para poner fin a esta paralizante injusticia. El artículo 99 inciso 5to de la Carta Magna dice: ‘El presidente de la Nación puede indultar o conmutar penas por delitos sujetos a jurisdicción federal, previo informe del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la cámara de diputados’. En la jurisprudencia argentina se pueden encontrar decenas de casos de indultos concedidos por presidentes constitucionales -e incluso de facto-, a reos con condenas firmes, a procesados e incluso a acusados sin proceso”.
Está claro que después de la exposición de argumentos furibundos del tribunal oral federal, que no escatimó descalificaciones, la vicepresidenta no aceptará un indulto. Sin embargo, el documento de Ramos Padilla y Mettler refuta:
“El indulto a Cristina excede a la misma Cristina. Hay detrás una cuestión de interés público, ya que ella representa más de un tercio del electorado. Si Cristina no se puede presentar como candidata por el bozal judicial que le han impuesto, varios millones de conciudadanos no tendrán a quién votar. Las proscripciones debilitan la democracia. Todos los gobiernos que sucedieron a la caída de Perón -con el peronismo proscripto- han sido dóciles e influenciables a las presiones económicas y militares”.
El documento va más allá. Se pregunta si hay que “consultar a Cristina”. Y la respuesta es negativa. “La jurisprudencia de la Corte establece que la voluntad del indultado es irrelevante. La Corte entiende que el indulto no consiste en un acto privado, sino en una potestad de carácter público, instituida por la Constitución Nacional en beneficio de la comunidad. No cabe otorgarle al indultado –dice la Corte- la facultad de negarse a aceptar la decisión presidencial, convirtiéndose de tal modo en inoperante un instrumento que halla su razón de existir en el objetivo de la pacificación de la República y no en el beneficio particular del condenado”.
Lo que sí podría hacer Cristina Fernández de Kirchner es rechazar el indulto. El documento cita dos ejemplos: “Hipólito Yrigoyen rechazó el indulto que le dictó, paradójicamente, quien lo había volteado. Lo mismo hizo, años después, Ricardo Balbín con el indulto que le concedió Perón”.
El documento también se interroga sobre si “indultar a Cristina no es una forma indirecta de reconocer su culpabilidad”.
“En Argentina, con jueces corruptos que se reúnen en la clandestinidad con agentes de inteligencia y con gerentes de Clarín, no. La sistemática persecución judicial a Cristina Kirchner, de la cual la Causa Vialidad es una muestra, tiene el único y evidente propósito de excluirla tramposamente de la competencia electoral de 2023”.
Los jueces del tribunal que la condenó descartaron taxativamente esa intención y la atribuyeron a una argumentación defensista casi desesperada: “Nada que no se haya visto ni oído antes: especulación electoral, persecución política, operación mediática, guerra jurídica, causa armada, intento de proscripción, falsa denuncia, conspiración, derecho penal del enemigo, complot, cacería judicial. Podríamos seguir con la larga lista de subterfugios habituales con los que se responde ante una investigación, proceso o sentencia judicial. Ahora parece más sofisticado hablar de lawfare (como si las cosas al ser descriptas en inglés tuvieran más valor) para definir algo que en la realidad aparece sólo como una nueva teoría conspirativa -tan antigua como el propio Estado de Derecho”.
El documento replica esa postura de los jueces que condenaron a la vicepresidenta y desafía a Alberto Fernández.
“Señor presidente de la Nación, los reflectores de la historia lo enfocan a usted. Cuelgue en un rincón de la oficina el traje de profesor y tome la lapicera. Indulte a Cristina así vuelve a ser candidata. La jurisprudencia lo respalda, y aunque así no fuese, ejerza la razón de Estado, establezca las bases de la concordia y la paz futura. La historia patria se lo reconocerá como un gesto de grandeza política, imprescindible para afianzar la justicia y consolidar la democracia”.
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Néstor Espósito: @nestoresposito