Redacción Canal Abierto | El incidente ocurrido ayer en la línea B del subte, cuando una formación quedó varada durante una hora y media entre las estaciones Angel Gallardo y Malabia, volvió a poner sobre la superficie la problemática del estado de los vagones de esa línea y otros problemas que acarea el servicio de subterráneos porteño.
Los vehiculos de la línea B estuvieron en cuestión desde la adquisición de los mismos, en 2011, por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, cuando Mauricio Macri estaba al mando. Los mismos fueron comprados a España
La primer alarma fue la detección de asbesto, un material cancerígeno, en su construcción. Tras años de negar la denuncia de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, en 2019 el gobierno reconoció la situación y demandó al Metro de Madrid. Sin embargo, en los mismos manuales de los vagones figuraba la presencia de este material.
Lo sucedido ayer va más allá, ya que según los representantes gremiales, esto es responsabilidad exclusiva de Sbase, la empresa que explota el servicio. Consultado por Canal Abierto, el metrodelegado Claudio Dellecarbonara advirtió que “el subterráneo es una bomba de tiempo por la falta de inversión, de mantenimiento y de obras. La desidia que muestran tanto la empresa concesionaria como el Gobierno de la Ciudad hace el servicio no tenga nada que ver con lo que necesitamos los usuarios que somos trabajadores”.
Y detalló que “tenemos trenes que tienen 40, 50, 60 y hasta 70 años de fabricación que en otro país son chatarras, se los compras, se los trae, se los presenta como nuevos como pasó en el caso de la línea B con los trenes que se compraban en España”.
Dellecarbonara subrayó que “en ese marco, no sólo se transportan millones de usuarios cotidianamente, sino que trabajamos nosotros y todos los días tenemos diferentes incidentes: trenes que por desperfectos técnicos se quedan parados en el medio de los túneles, trenes que se prenden fuego, que se quedan sin frenos o que se quedan frenados y otras cuestiones que tienen que ver con escaleras mecánicas que no funcionan, ascensores que no funcionan, los accesos cerrados, falta de personal porque la empresa viene vaciando diferentes sectores desde hace mucho tiempo”.
Respecto a la situación padecida por los usuarios en la tarde de ayer, Dellecarbonara contó que “por un desperfecto técnico, el tren quedó frenado en el medio de la estación entre medio de las dos estaciones en Gallardo y Malabia. En un primer momento, se espera unos 10 minutos para ver si se puede resolver el problema técnico. Cuando los trabajadores que estaban en ese tren, que son el guarda y el conductor, ven que no lo pueden resolver, anuncian esta situación y piden permiso para evacuar a los usuarios que ya venían teniendo alguna clase de inconveniente”.
Y explicó que los desmayos y descomposturas se dieron “porque una vez que el tren se queda parado no circula aire, no hay ventilación, se empiezan a descomponer y obviamente no corresponde que estén tanto tiempo parados y encerrados en un tren. Entonces piden permiso para evacuar, la empresa se niega, dice que van a mandar personal mecánico para ver si pueden resolver el problema técnico y así mover el tren con los usuarios arriba del tren”.
“Así empieza a pasar el tiempo. Y después de un tiempo cargo y de varias veces, los trabajadores piden la posibilidad de evacuar a los usuarios que para evacuar la empresa tiene que cortar la alimentación eléctrica del tercer riel, para que los usuarios puedan bajar sin riesgo de electrocución y la empresa se sigue negando”, prosiguió el relato.
Y contó que “así pasó una hora y media hasta que no hubo forma de mover el tren aunque llegó el personal mecánico pero no tiene las herramientas no tiene tampoco los repuestos ni la posibilidad de arreglar el tren en el medio del túnel y recién ahí la empresa corta la corriente y da la posibilidad de evacuar a los usuarios, cuando ya había descompuestos. Esto se podría haber realizado a los 15-20 minutos si la empresa hubiera hecho caso del pedido de los trabajadores que le decían que había gente descompuesta”.
Por último, el metrodelegado marcó la contradicción de que en este contexto, el Gobierno de la Ciudad haya estipulado un profundo aumento de la tarifa del Subte. “nosotros rechazamos este tarifazo que se intenta descargar nuevamente sobre el bolsillo de los trabajadores. Por todo lo que describía recién y porque la situación económica y social de los trabajadores y de los sectores populares en la Argentina no da para que haya un aumento de tarifas de 700 por ciento en cinco meses”.
“Ningún salario de ningún trabajador en la Argentina, salvo el de los diputados y de los senadores que se aumentaron y algunos de los gerentes del PPF aumentó 700 por ciento en ese mismo tramo, así que rechazamos el aumento y obviamente llamamos a los usuarios a unirse a los trabajadores para reclamar un cambio radical en esta cuestión”.