Redacción Canal Abierto | Emilio Ruchansky es periodista y escritor del libro Un mundo con drogas. En diálogo con Canal Abierto, manifestó que quienes se encuentran detrás de las presiones para que el cannabis no se legalice son las fuerzas de seguridad.
El 29 de marzo de 2017, el Senado sancionó por unanimidad la legalización del uso medicinal del cannabis, sin embargo a un año de la sanción nada cambió.
“Que esté penalizada la tenencia para consumo y que no esté penalizado el consumo es una trampa de la ley. Si vos estás fumándote un porro y viene la policía y te lo tragás, no sería delito porque no tienen evidencia. Pero yo he visto más de una causa por una tuca, por medio gramo. La situación es criminalizante -afirma Ruchansky-. Hay un fallo de la corte de 2009, pero el fallo no cambia la Ley, entonces la policía puede seguir actuando. Lo que hace el fallo en todo caso es desjudicializar a nivel federal pero algunas provincias, la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, tienen desfederalización es decir que los tribunales provinciales, las policías, pueden detener a personas por tenencias para consumos personales, por tenencias simples».
¿Por qué considera que es importante que haya marchas en todo el mundo?
-La marcha es importante visualizarla porque ahí se da un punto en el que se demuestra que es un reclamo muy grande. Si vas a la marcha te vas a dar cuenta que la mayoría de las personas que acuden son hombres, pibes jóvenes, que es el blanco preferido de la policía. De hecho hay un estudio de un fiscal que se llama Federico Delgado, que muestra en un turno de la fiscalía en quince días la gente que le traen: son siempre pibes jóvenes que estaban cerca de las estaciones de tren, fumándose un porro antes de volver del trabajo.
¿Considera que en los últimos años ha crecido la persecución a quienes cultivan?
-Ha crecido el cultivo, eso es innegable y la policía muchas veces necesita montar shows. La policía es cómplice de muchas de las bandas que operan en el mercado local en el menudeo. La forma de demostrar que están trabajando es tener cultivadores que saben que son perejiles pero les hacen el show, digamos: le plantan un arma, le pesan las macetas, las ramas, las hojas, ese tipo de cuestiones que hace mucho venimos viendo.
¿Cree que si se legalizara habría menos narcotráfico?
El mejor ejemplo es la prohibición del alcohol en Estados Unidos, la Ley Seca, duró poco más de una década. Cuando se terminó la Ley Seca se terminó Al Capone, se terminó todo.
¿Y por qué cree que existe resistencia por parte de la sociedad hacia el cannabis?
Hay resistencia porque se vincula mucho el consumo de drogas con el delito y yo no creo que haya tanta resistencia de la sociedad como de los cuerpos policiales, el Servicio Penitenciario. Algo que vemos muy claro es con la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, que llegó a decir que Holanda es un narcoestado. Estaba hablando en contra de la despenalización y salió a decir eso, lo que te demuestra es que la ministra se excede en su interés. Cuando se discutió la Ley de Cannabis Medicinal, seguridad tuvo mucha injerencia para que la Ley sea limitada y no incluyera autocultivos. Son los que viven de eso. Viven de la prohibición, tienen fuerzas especiales, narcotest, hacen formación con la DEA (Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos), tienen pactos con la DEA. Si vos regulás por lo menos el cannabis, es un golpe fuerte tanto para los que lo trafican como para los que lo controlan.
¿También hay presión por parte de la medicina para que no se legalice?
La medicina no presiona abiertamente, no tengo pruebas de eso. Se dice siempre, pero me parece más conspirativo que otra cosa. Sí es cierto que se han beneficiado de la prohibición en el sentido de que el cannabis como analgésico es coadyudante. Es muy interesante y está bastante probado que sería en contra del diclofenac, el ibuprofeno, que son antiflamatorios no esteroideos, pero la verdad es que no hay pruebas de eso.