Redacción Canal Abierto | La apacible tarde de un sábado abocado sólo a noticias mundialistas se vio interrumpida por una de otra índole: el Gabinete seguía teniendo cambios, tras la salida de Federico Sturzenegger del Banco Central y su reemplazo por el, hasta entonces, ministro de Finanzas Luis Caputo.
Esta vez la roja se la sacaban a los titulares de los Ministerios de Producción y de Energía y Minería, Francisco «Pancho» Cabrera y Juan José Aranguren, respectivamente. El primero es reemplazado por Dante Sica y el segundo por Javier Iguacel.
Este último nombre tuvo cierta repercusión a partir de su paso por la Dirección Nacional de Vialidad. Allí fue el responsable de la construcción del Puente de Luján, más angosto que el ancho de las ruedas del tren que debía pasar por allí.
«En la primera reunión que tuvimos con la Federación de Personal de Vialidad nos reconoció que había llegado a la política a partir de su candidatura en Capitán Sarmiento, donde perdió la intendencia y luego de perder la intendencia recae en Vialidad» afirmó Fabián Cattanzaro, secretario de Prensa de la Federación de Trabajadores Viales consultado por Canal Abierto.
Su nombramiento, conociendo su labor actual, fue una sorpresa, tendiendo en cuenta la sensibilidad del área. Sin embargo, Cattanzaro plantea que la situación es a la inversa, habría que preguntarse por qué fue designado en Vialidad. «Siempre reconoció que del tema vial sabía poco y nada, su experiencia y formación había sido en petróleo, había ingresado en YPF y al poco tiempo se privatizó y empezó a circular por las petroleras privadas.» También remarcó que «acá en vialidad demostró su impericia y su desconocimiento de las cosas».
«Creemos que esto de darle el cargo de Ministro es un premio a que ha hecho bien los deberes. Con esto nos referimos a haber rechazado la normativa convencional no ha respetado los convenios colectivos ni las normativas del empleo público. Acá el administrador se va con cinco escuelas técnicas viales cerradas, 300 docentes en la calle, 1200 alumnos que no saben como van a poder terminar de cursar su carrera. Han armado un protocolo unilateral e ilegal para despedir gente que ya ha pasado el centenar de despidos», agregó Cattanzaro.
La cuestión de los despidos y el achicamiento del área estatal no parece ser un dato menor para el representante gremial de los trabajadores viales. En este sentido, afirma que «lo que vemos es que en el Ministerio de Energía, según el informe del Ministerio de Modernización hay 1700 trabajadores y la idea es que queden 1200 a partir de ese mismo informe. »
Desde su arribo a la dirección de Vialidad, Iguacel encontró en los trabajadores un blanco sobre el que disparar todo tipo de acusaciones vinculados con supuestos hechos de corrupción ocurridos durante el gobierno anterior. «Evidentemente cumple con todas las expectativas. Es un personaje mediático que con los fondos de Vialidad Nacional ha pagado un curso de oratoria para salir a difamar a los trabajadores y hacer las denuncias contra la obra pública llevada a cabo por la anterior gestión, de las cuales los trabajadores sólo hemos visto cómo pasan. Los trabajadores no hemos sido los culpables si ha habido un hecho de corrupción, sin embargo el ingeniero Iguacel se ha encargado de ponernos en sospecha constantemente», sostiene Cattanzaro.
Pero no todo es achicamiento del estado y despidos. También hay lugar para los negocios. Y en ese sentido, Cattanzaro plantea que «las políticas de ajuste y achicamiento son las que le han dado este premio al administrador y sobre todo el poder entregar la obra pública a manos privadas con las PPP. Hace un mes se han abierto los sobres de las licitaciones en las que se han repartido 3000 millones de dólares, así que nos deja una vialidad golpeada, diezmada, con pocas obras propias entregando todo a la parte privada y con los trabajadores con serias dudas sobre el futuro de cada uno, ya sea por las políticas que se vana implementar a través del FMI como de la gestiones que se hicieron adentro mismo del organismo no respetando las carreras laborales, no respetando los convenios colectivos. Han sido muy duros los dos años y medio de gestión y creemos que justamente por esta dureza y por el cerco mediático que tiene se lo han llevado al ministerio».
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