Por Alicia Rivas | A fines de noviembre del año pasado, 22 enfermeras, una radióloga, una cuidadora geriátrica y una mucama fueron despedidas en Misiones. Trabajaban para el sistema sanitario público, contratadas de manera precaria por el Ministerio de la Salud y la Fundación Parque de la Salud. Los despidos fueron sin causa, aunque pueden leerse como represalia a los reclamos que venían protagonizando por mejores condiciones laborales y salariales.
El lunes 11 de enero a las 8 de la mañana, 12 de ellas se encadenaron en el acceso al Hospital Escuela de Agudos Dr. Ramón Madariaga de Posadas. La medida se resolvió tras semanas de protestas y movilizaciones, y sin que el gobierno provincial diera respuestas por los despidos arbitrarios y discriminatorios. Es decir, ante la ausencia de una instancia real de diálogo para encaminar el conflicto.
Las cesantías afectaron a trabajadoras esenciales para combatir el avance del coronaviru en la provincia, sobre todo en momentos en que los números de contagios y muertes comienza a dispararse. “Es un acto de irresponsabilidad de quienes dirigen este hospital y las autoridades de Salud que en plena pandemia y emergencia sanitaria, cuando escasean los recursos humanos”, advirtió Jorge Duarte, secretario general de ATE y CTA Autónoma Misiones. “Hoy por hoy no sobra ningún enfermero o enfermera, al contrario, faltan en cada hospital de la provincia”.
Además de arbitraria, la medida tiene claros visos de género: más del 95% de los despedidxs son mujeres, sostenes de hogar y de cuyos ingresos depende la alimentación de sus hijxs, el pago de alquileres y servicios. “Ayer nos aplaudían porque éramos héroes, hoy no tenemos qué llevar a nuestras casas, no sabemos que decirle a nuestros hijos”, lamentó una de ellas.
“Este es un síntoma de que el sistema sanitario misionero está enfermo: 25 despidos, en su mayoría mujeres y enfermeras, es algo que no se ve en este contexto, ni en este país ni en otro rincón del mundo”, aseguró Juan Pasamán, dirigente de CTA A y ATE Misiones, quien agregó: “resolver este problema es insignificante en términos presupuestarios, esto no es una cuestión de plata sino de voluntad política.”
Los despidos en el pico de la pandemia
El día que resolvieron encadenarse como forma de protesta, la provincia reportó 143 casos nuevos y 2 muertes por COVID-19. En menos de una semana, los positivos se duplicaron. Desde fines de noviembre, fecha en que recibieron la noticia de los despidos, la curva se disparó: de 550 positivos y 12 fallecimientos (30 de noviembre) a 2535 contagios y 42 muertes notificadas en el parte del 12 de enero del 2021.
Son muchos los especialistas que coinciden en que era previsible este crecimiento exponencial de los contagios en Misiones: en primer lugar, por el rebrote de la enfermedad en el país y el mundo, pero también debido a la apertura cada vez más sostenida de las fronteras interprovinciales para recibir al turismo e ir recuperando ese sector de la economía provincial.
Es en este contexto que las autoridades resolvieron reducir personal esencial en la contención de la pandemia, sin dimensionar las afectaciones a un sistema sanitario que ya venía exigido más de lo habitual, con trabajadores recargados que debían cubrir licencias de aquellos que debieron hacer la cuarentena por tener factores de riesgo o contagio de coronavirus.
“Durante todo el año no pudimos tomarnos las vacaciones que nos quedaban, tampoco las licencias por enfermedad. En mi caso tuve un problema respiratorio agudo, que necesitaba un reposo de 1 mes y me dieron solamente 7 días, tuve que venir a trabajar en la situación que estaba”, remarcó una de trabajadoras encadenadas en el acceso del hospital.
De los 25 despedidos, 23 estaban empleados a través del Parque de la Salud, una entidad creada por Ley provincial en el 2010 y administrada por una Dundación homónima desde donde se administra la mayor parte del presupuesto provincial destinado a todo el sistema sanitario. Los fondos que maneja superan ampliamente el presupuesto destinado al Ministerio de Salud Pública de la provincia. Además se convirtió en la principal contratista de recursos humanos para Salud bajo diversas formas de precarización laboral, violentando las leyes laborales vigentes.
Repudios y solidaridades
Desde que se conocieron los despidos el repudio y la sorpresa fue la constante, como también las muestras de solidaridad con las trabajadoras, entre las que se destacan varias centrales sindicales europeos, CSI y CLATE
“No deja de sorprendernos que en momentos tan críticos como los que se viven en la actualidad, con el alza de contagios por Covid-19, el incipiente desarrollo de un plan de vacunación nunca visto en nuestro país y la escasez de recursos humanos, gobernantes sean tan irresponsables de desmantelar equipos de salud y cesantear a trabajadores y trabajadoras calificadas”, expresan los miembros del CDN de ATE.
La Confederación Sindical Internacional (CSI) también hizo llegar la solidaridad y exhortó al gobernador de la provincia Oscar Herrera Ahuad “a que su gobierno tome todas las medidas, en consulta con las organizaciones sindicales, para la reincorporación inmediata de los y las trabajadoras despedidas a sus puestos de trabajo”.
Desde CLATE se repudiaron estos despidos y los denunciaron como parte de las consecuencias de un proceso de precarización y flexibilización laboral y advierte “no basta con aplaudir y saludar a los y las trabajadoras estatales. Ellos y ellas necesitan estabilidad y jerarquización en el empleo público”.