Redacción Canal Abierto | La tarde del martes 17 de agosto Lucas Cabello se movilizaba por su barrio cuando tuvo un encuentro que no debió ocurrir. El ex agente de la Policía Metropolitana Ricardo Ayala le rozó el hombro a tres cuadras y media de su casa. Lucas sabe quién es porque hace 6 años intentó matarlo. No lo logró, pero desde ese día se tiene que mover en silla de ruedas.
Por esa causa, Ayala fue condenado a 16 años de prisión. Como la sentencia se encuentra en instancias de apelación y aún no está firma, el policía recibió el beneficio de poder esperar el transcurso del proceso en libertad, pero con algunas restricciones y condicionamientos. Uno de ellos es no poder acercarse a menos de 500 metros de los lugares que frecuenta Lucas. Su hogar es necesariamente uno de ellos. Y el encuentro de víctima y victimario se produjo a 350 metros del hogar de la primera.
«Nos rozamos casi hombro con hombro y cuando me vio se metió al primer lugar que vio para esconderse, que fue una verdulería en la que no compró nada y se quedó ahí parada. Vio que mi mamá lo estaba filmando. Supongo que si vos estás en una verdulería y alguien te empieza a filmar por 30 segundo o un minuto te vas a acercar y preguntar qué pasa. El no hizo nada, porque podía dejar además registro de su voz», relató Lucas a Canal Abierto.
Lucas iba con su madre porque se moviliza en silla de ruedas desde su primer encuentro con Ayala, hace casi 6 años. El 9 de noviembre de 2015, Ayala baleó a Cabello en la puerta de uno de los Hogares de Tránsito del Instituto de la Vivienda de la Ciudad, en Martin Rodríguez al 500. Allí, Cabello vivía con su madre, su compañera y su hija de dos años quien fue testigo de los tres disparos. Como consecuencia de este ataque, Lucas quedó cuadripléjico.
La policía intentó cubrir a Ayala planteando que reaccionó ante una situación de violencia de género en la que Cabello era el agresor. Hasta la entonces vicejefa de gobierno porteño y gobernadora bonaerense electa y hoy precandidata a diputada nacional (nuevamente por la Ciudad) María Eugenia Vidal, respaldó públicamente al policía en el marco de las recorridas de campaña para apuntalar a Mauricio Macri de cara al ballotage. Sin embargo, el testimonio de los vecinos presentes contó que el uniformado le disparó una vez sin mediar palabra y dos más como intento de rematarlo.
Finalmente, en diciembre de 2019 Ayala fue condenado en primera instancia a 16 por el Tribunal Oral Uno, pero esta resolución fue apelada y así fue como el victimario pudo tener el beneficio de esperar la sentencia firme en libertad.
¿Qué pasará ahora cuando hay pruebas de que no cumplió con un requisito que se exige para otorgar ese beneficio? «Esto tiene dos consecuencias», explicó a este portal Adrián Albor, uno de los abogados que representó la querella de cabello en el proceso judicial. “Por un lado puede ser considerado desobediencia, que es un delito autónomo contemplado en el artículo 239. Pero también puede causar que se disponga la caída de la libertad provisional al violar las condiciones que se te fueron impuestas. Si vos las violas el tribunal puede revocar esa decisión”, contó el letrado.
“Nosotros vamos a hacerle saber esto al tribunal para que tome la decisión que corresponda. Es probable que también pidamos una custodia para para Lucas para evitar cualquier posibilidad de ataque. La verdad es que te genera miedo que la persona que intentó asesinarte tiene una condena de 16 años verla en las inmediaciones de tu casa. Te provoca un temor absolutamente fundado”, agregó.
Y concluyó: “El Estado tiene que garantizar la seguridad de las víctimas y los testigos, por lo tanto, entiendo que podríamos llegar a pedir eso también”.