Por Federico Chechele | En momentos en que la sociedad más exige que se frene el aumento de precios, luego de varias reuniones con las cámaras empresariales, el Gobierno tomó el guante y, a través del nuevo secretario de Comercio, Roberto Feletti, se anunció este miércoles el congelamiento de precios de 1432 productos por 90 días. No hubo acuerdo. La COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) salió con los tapones de punta: «No hay condiciones para acordar».
En medio de un clima de tensión, Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, aseguró que “habrá desabastecimiento, no tengo ninguna duda. Cuando se le termine al que ya tiene fabricado a ese producto, si eso le provoca pérdida no lo va a volver a fabricar porque no hay manera”. Días antes, Daniel Funes de Rioja, presidente de la UIA, había amenazado en los mismos términos.
La disputa tiene motivos de sobra, según los datos que arrojó esta semana el INDEC, la canasta alimentaria subió 54,5% interanual en septiembre: Una familia tipo necesita $30.014 para no ser indigente y $70.532 para no ser pobre. En ese marco, esta semana se dio a conocer un informe lapidario de la consultora Scentia sobre las variaciones en la canasta en el rubro “desayuno y merienda”: representa el 35% del consumo masivo de alimentos. Esto significa que los productos como el pan, galletitas, café, leche y yerba reemplazaron a los alimentos tradicionales de un almuerzo o cena debido a que muchas personas no pueden realizar las cuatro comidas diarias.
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Pero acá nadie es inocente. Los grandes empresarios aumentan los precios de los alimentos, en primer lugar, para seguir ganando dinero a costilla de una sociedad al que se le achica mes a mes el bolsillo mientras que estas empresas alimenticias fueron las grandes ganadoras durante la pandemia. En segundo lugar, generan malestar en la sociedad sumándose a la agenda de la oposición. Son las mismas empresas que alientan las propuestas de campaña de Juntos por el Cambio de poner fin a la indemnización para despedir libremente a los trabajadores y son los mismos que no aceptan el control de precios. Todo un combo.
Más allá de estos ejemplos que están a la vista de todos, hay más datos reveladores. Durante la administración macrista, por medio de un decreto, se le perdonó a Molinas Río de La Plata una deuda de 70 millones de dólares. Esta es una de las empresas que más remarcó, que se resiste a congelar los precios y que también amenaza con desabastecer. Susana Malcorra, la excanciller de Macri, forma parte actualmente de su directorio.
Parte de este Círculo Rojo que apuntala la campaña de Juntos por el Cambio también fue puesta al descubierto –15 días después de su publicación a nivel global– ya que los dueños de los principales medios de comunicación de la Argentina figuran en la última filtración con cuentas y sociedades en guaridas fiscales, la denominada Pandora Papers. Se trata de Héctor Magnetto, José Aranda, Alejandro Saguier y Jorge Fontevecchia, dueños y accionistas de Clarín, La Nación y Perfil. Son los que posicionan candidatos, imponen agenda e intentan convencer a la sociedad con las mismas propuestas electorales de Juntos por el Cambio.
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También son los mismos que le allanan el camino a Mauricio Macri para que públicamente se niegue a presentarse a la Justicia por la investigación sobre el espionaje a los familiares del ARA San Juan, o que protegen al prófugo Fabián “Pepín” Simón. Uno fue el jefe de la mesa judicial, el otro el organizador del lawfare y los presentan como “perseguidos”.
Mientras avanzan en todos los frentes con el objetivo de desestabilizar al Gobierno –el dólar Blue ayer trepó a 193 pesos- los máximos dirigentes de JxC encabezados por Horacio Rodríguez Larreta, Alfredo Cornejo, Patricia Bullrich y Elisa Carrió salieron en fila a rechazar el diálogo poselectoral con el oficialismo tras la propuesta pública que esgrimió Sergio Massa. Escasa tarea, pero hicieron su parte. Se sienten ganadores en noviembre y harán sentir el peso de los votos de repetirse los resultados de las PASO.
Párrafo aparte para el final de los debates televisivos entre los cabeza de listas a diputados nacionales. Si se discutió tanto de vencedores y vencidos significa que no hubo nadie que haya prevalecido sobre el otro. Salvo el Grupo Clarín.
Foto: El secretario de Comercio, Roberto Feletti, y empresarios durante la reunión por el congelamiento de precios.