Redacción Canal Abierto | En su último libro “Quien no extraña el comunismo no tiene corazón. De la disolución de la Unión Soviética a la Rusia de Putin” (Editorial Critica, 2021), Martín Baña investiga sobre la configuración de la actual Rusia y el resto de las naciones socialistas tras el desmembramiento de la URSS.
El título del trabajo rememora la célebre frase “Quien no extraña la Unión Soviética no tiene corazón, pero quien quiere restaurarla no tiene cerebro” de Vladimir Vladímirovich Putin (más conocido como Putin), la figura política de la que hoy habla el mundo entero.
A pocas horas de lanzada la operación militar, las tropas rusas ya combaten en las afueras de la capital Kiev y todos descuentan una caída del presidente ucraniano Volodymir Zelensky. Aunque aún reina la incertidumbre sobre cuáles serán los próximos pasos, los especialistas se debaten en torno a una improbable anexión territorial y un pragmático control indirecto por parte de Moscú.
Mientras tanto vemos cómo, de un lado, líderes de potencias occidentales y medios hegemónicos pro occidentales se esfuerzan por azuzar lo que anteayer pareció presentarnos como una profecía autocumplida, es decir, una invasión “desleal” y “traicionera” de Putin. En la vereda de enfrente, el gigante euroasiático pasa de querer responsabilizar a la OTAN por la injerencia en su patio trasero a la escalada retórica directa y sin excusas contra Kiev.
Ante este escenario simplificador que empuja a etiquetar a los actores como buenos, malos, más o menos imperialistas o democráticos, no sobran analistas que intenten profundizar en torno a las raíces profundas e históricas del conflicto. Uno de ellos, el investigador y profesor de Historia de Rusia en la facultad de Filosofía y Letras (UBA), Martín Baña dialogó con Canal Abierto y dejó algunas pistas sobre las causas y posibles consecuencias del conflicto que tiene en vilo a Europa y el mundo.
¿Una acción imperial o un paraguas defensivo ante al avance de la OTAN?
“Ante todo, hay que dejar en claro que se trata de una invasión de Rusia a Ucrania, un país soberano e independiente”
“Si bien la OTAN y la Unión Europea tienen una participación y responsabilidad en el desarrollo del conflicto, es interesante analizar el cambio de discurso del putinismo. Y es que en un principio, ante la amenaza de incorporación de Ucrania en la OTAN, Moscú justificaba la escalada en términos defensivos; en cambio, en los últimos días la retórica de Putin fue ofensiva que podría recordarnos al de décadas del siglo XX”
“Este cambio retórico termina con la invasión a Ucrania, un país soberano e independiente, con una operación histórica de fondo por parte del putinismo. A groso modo, se utiliza una interpretación histórica bastante dudosa donde se culpa a los bolcheviques –particularmente a Lenin- de haber reconocido la autodeterminación de los pueblos que formaban parte del viejo imperio, y por ende de haber inventado a Ucrania. En el marco del concepto de descomunización que sobrevuela Rusia desde los 90´, Putin va a fondo y pone en cuestión la soberanía ucraniana”
Historia de un imperio
“Desde que se consolidó la unificación del territorio ruso en el siglo XVIII con Pedro l Grande, hay una cierta continuidad que excedería a los distintos sistemas que fueron gobernando –el zarismo, el comunismo y el capitalismo en la actualidad- y que entiende a Rusia como un imperio terrestre con una zona de influencia que haga las veces de área de contención frente a posible ataques. Un cinturón de seguridad o línea roja en el que Rusia pretende ejercer su influencia y donde no debieran inmiscuirse otras potencias. Ucrania forma parte de ese territorio en el que la OTAN -según el gobierno ruso- estaba interfiriendo”
“Putin apela a un Imperio Ruso rastreable hasta el siglo XVIII, con sus intereses y objetivo geopolíticos que también podemos encontrar en el propio Stalin. Por ejemplo, en el Pacto Molotov-Ribbentrop, donde la URSS intentó fijar fronteras con la Alemania nazi y que se terminó cayendo con el inicio de la guerra. Sin embargo, hubo un segundo acuerdo frustrado que buscaba un viejo anhelo de tiempos zaristas de lograr un acceso al Danubio, puerta de entrada fluvial a Europa”
“Hoy Rusia es totalmente capitalista, pero con un pasado de 70 años socialista que no podemos ignorar. En su revisión histórica, el putinismo eligió criticar o ignorar todo aquello que tenga que ver con la expansión de libertades y derechos, y en cambio rescatar vinculado al momento del “orden” durante el stalinismo, sin que por esto podamos decir que hay una reivindicación total o explícita de Stalin”
“Putin se siente heredero de una misión imperial que fundó Pedro el Grande y siguió Stalin”
La Rusia capitalista
“Tras la caída de la URSS, hay una elite capitalista que viene a ocupar el lugar de la vieja elite comunista. Si uno ve los apellidos, vemos figuras que aprovecharon en el momento de las reformas Glasnot y Perestroika para hacerse de recursos y convertirse en multimillonarios de la noche a la mañana”
También te puede interesar: “De ninguna forma puede haber una guerra abierta entre Rusia y la OTAN”
“El putinismo no es un sistema dictatorial de una sola persona, sino más bien como un conglomerado de un grupo de intereses con Putin como representante. Cuando llega al poder, Putin lanza un mensaje importante a estos oligarcas: `no voy a tocar las relaciones de propiedad y ustedes van a seguir haciendo negocios, pero no se metan en política que es cosa de políticos´. Y quienes no hicieron caso, sufrieron las consecuencias”
¿Un nuevo escenario geopolítico?
“Hoy hay un sector nacionalista que tiene mucha incidencia en Moscú, y que no ve con malos ojos las sanciones que establece Estados Unidos y Europa. A grandes rasgos, creen que esto ayuda a cortar lazos y darles la razón respecto a la idea de que nada tiene hacer Rusia con occidente, y de que es hora de mirar hacia China”
“Aquella relación entre Rusia y China que fue tan conflictiva durante buena parte del siglo XX, hoy parece estar cambiando. Y no es que los una el amor, sino el espanto por Washington”
Entrevista: Diego Leonoff (@leonoffdiego)
También te puede interesar: “Putin siempre supo operar sin dejar sus dedos marcados, como buen espía”