Redacción Canal Abierto | En un nuevo round abierto entre la Justicia y Cristina Kirchner, el Juez Federal Claudio Bonadío procesó a la ex mandataria por asociación ilícita, en la denominada causa Los Sauces.
Además, Bonadío la embargó en 130 millones de pesos y le prohibió la salida al exterior. Fueron procesados también sus hijos Florencia y Máximo, Cristóbal López y Lázaro Báez.
De acuerdo al juez, la ex presidenta era jefa de una asociación ilícita que alquilaba propiedades en Santa Cruz y Buenos Aires, pero los alquileres no eran reales, sino coimas por adjudicaciones de obra pública, pozos petroleros o licencias de juego.
Cristina también está procesada en la venta de dólar a futuro (a cargo de Bonadío) y en el direccionamiento discrecional de obra pública. Asimismo, es investigada en las causas denominadas Nisman, Rosadita y Hotesur.
Si bien varias de ellas residían en los juzgados federales desde la presidencia de Cristina Kirchner, fue a partir de la asunción de Cambiemos que empezaron a registrar movimientos. Llamativamente, luego de la presión pública que ejerciera la diputada oficialista Elisa Carrió.
Sin embargo, los movimientos de las causas se producen a cuenta gotas, lo que ha generado una sospecha en todo el arco político y judicial, respecto a una posible conveniencia muta de macristas y kirchneristas.
En este sentido, pareciera que desde el Gobierno aprietan a Cristina Kirchner sin asfixiarla, en un intento de desinflar su expectativa de voto sin correrla de la cancha en términos electorales. Una manera de sostener la grieta y polarizar.