Redacción Canal Abierto | Esta semana se supo que Nextel, ahora del Grupo Clarín, ofrecerá el servicio 4G a través de enlaces provistos por Arsat, el satélite estatal. El Estado funcionará así como garante en un plan de inversión privado, que podrá diagramar su despliegue acorde a la disponibilidad y avance de la red estatal y eximirse de cumplir obligaciones de cobertura.
Éste fue el último paso de una larga cadena de movidas entre el grupo empresario y el Gobierno que le permitieron al primero ganarle la partida al interés general.
Estas movidas comenzaron con una serie de decretos del Ejecutivo y resoluciones del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), creado a partir del primero de ellos –el 267, de diciembre de 2015- que le fueron permitiendo al grupo empresario ofrecer el cuádruple play, o convergencia plena en las telecomunicaciones: televisión por cable, telefonía fija y móvil e internet. Y, finalmente, adquirir el último de los servicios, el 4G, por la décima parte de lo que pagaron sus competidores.
Sobre el tema, Canal Abierto dialogó con Martín Becerra, investigador, docente y especialista en el estudio de los sistemas de medios de comunicación en América Latina y en los procesos de concentración de medios.
-¿El Grupo Clarín puede ingresar al negocio de las telefonías? ¿Fue legal la compra de las licencias?
-Sí, puede. Y lo hace a partir de la modificación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que se realizó a través de los decretos de (Mauricio) Macri y de resoluciones del Enacom. Fueron todas medidas que allanaron el camino del Grupo Clarín en la compra de empresas que tenían atribuidas bandas de espectro para otra finalidad, porque estaban destinadas a ofrecer servicios para trasmisión de datos. Más tarde, los autorizó a cambiar esa finalidad. Antes aprobó la compra de Nextel por parte de Clarín, y más tarde que Nextel comprara estas empresas.
-¿La compra de Nextel no fue anterior al triunfo de Cambiemos?
-Es verdad. Cuando compró Nextel, el gobierno anterior le había vetado la compra. Pero, y me consta de primera mano, ya tenían hablado tanto con Macri como con (Daniel) Scioli, como con (Sergio) Massa, que cualquiera que ganase les iba a autorizar esa compra. Si no, no se explica que realizaran una apuesta económica que comprometía millones de dólares, sin la venia de los candidatos que en ese momento tenían más chances de salir electos. Y así como se lo prometieron, en este caso Macri que fue quien ganó, lo hizo.
-Pero la compra de Nextel no tenía sentido si no tuvieran garantizado también poder luego adquirir estas frecuencias para ofrecer 4G…
-Claro. Porque el servicio de Nextel en sí mismo tenía una presencia marginal en términos de abonados a la telefonía móvil, sin 4G, así que además era una red vieja. Encima con un mercado que tiene tres operadores con prácticas carterizadas de precios, con un dominio casi perfecto del 33% cada uno. Para Clarín, como corporación, es una apuesta. Y, lo cierto es que a lo largo de este año y medio de gobierno de Cambiemos, el resultado es que logró insertarse como un proveedor de telecomunicaciones, y también logró todos los permisos para hacerlo. Seguramente, a partir del año que viene comenzará a comercializar estos servicios.
-¿Esto se puede leer como una devolución de favores por parte del Gobierno?
-Debe haber un poco de eso, en parte. Hay un acompañamiento manifiesto de la línea editorial del grupo a las grandes pinceladas de las políticas del Gobierno, y además una obsesión del grupo con el kirchnerismo, es decir con hacerle oposición a la oposición. Esto objetivamente fortalece al Gobierno y disimula los problemas económicos del presente al obsesionarse con el pasado. Pero hay algo que supera al macrismo en sí mismo. Y es que la batalla que libraron el kirchnerismo y el Grupo Clarín hace que visto desde la óptica de la empresa, cualquier gobierno, también Massa o Scioli, iba a ser un bálsamo. Otra parte de la línea editorial tan grotescamente oficialista del grupo se explica también por este lado. Y por parte del Gobierno hay una lógica instrumental que es propia de la política y de los dueños de los medios: se sientan en una mesa y negocian qué me das y qué te doy. Vos me tratás bien, yo te doy licencias.
El portal Nuestras Voces reveló que un hombre clave del Gobierno era el director de tres de la seis empresas que adquirió Clarín para obtener las frecuencias de telefonía móvil que le estaban asignadas. Se trata de Bernardo Saravia Frías, quien ascendió hace pocas semanas de Secretario Legal y Técnico del ministerio de Hacienda a Procurador del Tesoro Nacional, es decir a jefe de todos los abogados del Estado. Su designación también significó un modesto escándalo, ya que fue en reemplazo de Carlos Balbín, quien había avanzado en la investigación sobre la condonación de deuda al Correo Argentino. El estudio de abogados Saravia Frías cuenta entre sus clientes al mismísimo Grupo Macri.
“Hay, genuinamente, una ideología que por supuesto yo no comparto pero que está en gran parte de los cuadros gubernamentales: que el interés de los grandes actores industriales es bueno para el país. Y, por lo tanto, el interés general y el de los grandes grupos es, para muchos altos funcionarios, equivalente -sostiene Becerra- . Por lo tanto, se sientan con Héctor Magnetto (CEO de Clarín) o con Telefónica y alegan que se está hablando de lo que le conviene al interés general”.
-Las otras telefónicas -Telefónica (Movistar), Telmex (Claro) y Telecom (Personal)- acusan al Gobierno de “competencia desleal”, porque ellas debieron pagar alrededor de 400 millones de dólares por las bandas del espectro para brinda el servicio 4G que a Clarín le costaron 30 millones. ¿Por qué favorecer así a un grupo en perjuicio de los otros?
-Es cierto que pagaron mucho menos y en eso tienen razón: Clarín logró en los escritorios lo que ellas lograron en una licitación. Pero también es verdad lo que dice el Grupo Clarín, que en cualquier país donde hay un mercado concentrado en pocos actores, como es el caso de la telefonía móvil, los Estados suelen proveer a los ingresantes beneficios para promover la competencia.
-Eso sería lógico si Clarín fuese una pyme.
-Es que, en el sector de telefonía móvil, es una pyme. Pero uno acepta ese argumento de Clarín a condición de que Clarín lo acepte para televisión de pago, y no lo hace. Las empresas con estas posiciones hiperdominantes quieren entrar en el negocio de las otras sin que el Estado les permita a las otras ingresar en el propio. Yo creo que el gobierno de Macri pretende dejar conformes a todos, y eso es algo difícil o imposible.
-De todas formas, el mercado sigue concentrado en las mismas pocas manos…
-En definitiva no se desconcentra porque estamos hablando de servicios convergentes (plataformas en la que interactúan distintos medios de comunicación). Un economista podría alegar que si Clarín entra a dar el servicio de telefonía, este mercado alguito se va a desconcentrar. Habría que añadir que lo hace a costa de que se concentre más el conjunto. La pelea que subyace a las políticas públicas, desde hace mucho pero de manera más manifiesta y clara en el caso del gobierno de Macri, es entre dos gigantes que son Telefónica y Clarín. En donde uno hace un lobby más visible, agresivo y evidente, y el otro uno más sigiloso porque depende de un grupo internacional. Pero, en definitiva, son ellos dos.