Redacción Canal Abierto | Desde la supresión de los subsidios y los consecuentes aumentos desmesurados de tarifas, los clubes de barrio ven jaqueado su funcionamiento con la llegada de cada boleta de luz o gas.
La situación de los clubes queda en una encrucijada, ya que al no ser domiciliarios, quedan enmarcados en el tipo de cliente comercial de los servicios, a pesar de ser entidades sin fines de lucro.
Esta situación afecta a cientos de familias que encuentran en el club un espacio de contención e interacción barrial.