Redacción Canal Abierto | En una conferencia de prensa para los medios argentinos, el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty habló sobre el encuentro que mantuvo con el Presidente e integrantes del gabinete. Y si bien rescató la predisposición del Gobierno para “el diálogo”, fue muy crítico en relación a las políticas represivas de Cambiemos y el avance de varios emprendimientos de tipo extractivista sobre los territorios de pueblos originarios.
“Entendemos que hay señales de una erosión del derecho a la protesta, con un uso excesivo de la fuerza policial y detenciones arbitrarias”, aseguró el referente global de la organización galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1977. Ante este planteo, según contó Shetty, la respuesta de los funcionarios fue de negación: «dijeron que no es así, que el accionar fue razonable”.
Además del encuentro con Macri – del que participó Marcos Peña, jefe de Gabinete; Germán Garavano, ministro de Justicia; y el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj- la gira incluyó reuniones con organismos de Derechos Humanos y la visita a una comunidad indígena en Salinas Grandes, Jujuy. A respecto de esto último, Shetty subrayó: “Argentina está obligada a buscar el consentimiento libre, previo e informado de las comunidades indígenas, porque se trata de respetar a las personas que tienen un reclamo histórico de sus territorios y una sabiduría ancestral acerca de la explotación sustentable de la tierra”.
En concreto, el secretario general de Amnistía Internacional se refirió a la falta de avances en la aplicación de la Ley 26.160. Sancionada en noviembre de 2006, el espíritu de la norma era declarar la “emergencia en materia de posesión y propiedad comunitaria indígena” por el término de cuatro años, suspender los desalojos por el plazo de la emergencia y disponer la realización de un relevamiento técnico-jurídico-catastral de las tierras que reclaman las comunidades. El plazo para realizar esa suerte de censo se venció en reiteradas ocasiones, así como también su prórroga.
Por otro lado, tanto Shetty como Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistia Internacional Argentina, y Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía, coincidieron en celebrar la apertura del debate en el Congreso de la Nación en torno a la despenalización del aborto. “Hay que reconocer que es un avance que sucedió en este Gobierno y no en precedentes”, señaló Belski.
En este sentido, Shetty rechazó la injerencia de la Iglesia católica en el tema y cuestionó la postura que propone una “falsa elección, para la mujer, entre ser una buena católica y el derecho al aborto».
Otro eje que ocupó la conferencia de prensa fue el de la investigación del caso Santiago Maldonado. En su intervención, Guevara-Rosas no sólo se encargó de aclarar que se trató de una “desaparición forzada en un contexto de represión”, sino que a su vez demandó un accionar judicial «imparcial, expedito, autónomo e independiente».
Por otra parte, la directora para las Américas de Amnistía hizo fuertes críticas al gobierno venezolano y la situación humanitaria que atraviesa el país caribeño producto de una profunda crisis económica y política. En otro orden, apuntó contra el Estado mexicano por las numerosas violaciones a los Derechos Humanos que incluyen el secuestro y la desaparición de activistas.
La visita a nuestro país de los máximos referentes de Amnistía a nivel global y regional sucede en un contexto de ajuste económico y represión de la protesta, estigmatización de pueblos originarios, y avanzadas judiciales y mediáticas sobre las organizaciones sindicales y sociales. Pero también luego del escándalo desatado por el capítulo argentino del informe de esa organización sobre la actividad de los “trolls” en las redes sociales que atacan a periodistas y dirigentes humanitarios.
A las críticas y rechazos gubernamentales del estudio que sólo en Argentina analizó 350 mil tweets, Shetty respondió: “ante los líderes críticos a la política de este país hay un ejército de trolls que los ataca, y eso es un hecho”.