Redacción Canal Abierto | Este 17 de mayo, Día Mundial del Reciclado, el diario Clarín incluyó una nota de opinión del ministro de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Macchiavelli. Bajo el título “Reciclado y economía circular, para el cuidado del medio ambiente”, el funcionario macrista aprovecha el espacio mediático para reivindicar las supuestas políticas de promoción del reciclado y reutilización de residuos en el distrito.
“La mayor parte de las cosas que compramos, usamos y tiramos pueden transformarse y reutilizarse: papeles y cartón, plásticos, vidrios, metales”, señala Macchiavelli, y agrega: “si están secos y limpios, son insumos de valor que pueden volver a la actividad económica”.
Más allá del edificante discurso pro medioambiental del ministro, quien sigue la labor parlamentaria en la Ciudad podría tranquilamente tildarlo, cuando menos, de hipócrita. Es que hace poco mas de 15 días la Legislatura – con el voto de la bancada oficialista y adherentes–aprobó la modificación de la Ley de Basura Cero y abrió la puerta para la incineración de residuos, echando por tierra cualquier perspectiva en cuanto a políticas de reciclaje.
Macchiavelli podría argüir una repentina concientización fruto de la conmemoración del Día Mundial del Reciclado. Pero no. Cinco días atrás salió a la luz la eliminación, tras la aprobación de la Ley, de un artículo que en el sitio web del Ministerio de Ambiente y Espacio Público promocionaba la Ciudad Verde y rechazaba la incineración de basura. Según el informe, la quema de residuos que ahora promueve Larreta “emite miles de sustancias tóxicas y cancerígenas”.
“Separar en origen, reciclar y minimizar lo que se descarta debería ser parte de nuestra cultura”, afirma con bastante tino Macchiavelli. Luego, para sorpresa de las múltiples organizaciones sociales y ambientales que enfrentaron el proyecto oficial de incineración, añade: “por supuesto que esta decisión personal (la de separar en origen los residuos) tiene que ser acompañada por políticas públicas que la hagan posible”.
Voces críticas
Numerosas organizaciones y personalidades se pronunciaron en contra de la modificación de la Ley que permite la incineración. Entre ellas se destaca la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), que agrupa a miles de cartoneros y cartoneras. Días atrás en diálogo con Canal Abierto, Juan Grabois, uno de sus referentes, explicaba: “Esto genera un impacto ambiental directo. No soy un experto, pero son muchos los especialistas que indican que la incineración envía a la atmósfera dioxinas cancerígenas. A su vez, genera un impacto social directo al desincentivar las políticas de reciclado. Además tiene consecuencias en el plano cultural ya que profundiza lo que el Papa Francisco llama la “cultura del descarte”, como si la materia desapareciera sino que se transforma. Pero es mentira que con la incineración se convierte en energía”.
“Quemar basura mata, quemar basura enferma, quemar basura contamina el aire, quemar basura es un negocio, quemar basura pone en riesgo fuentes de trabajo”, criticó durante la sesión la legisladora por el Frente de Izquierda (FIT), Myriam Bregman.
En la misma línea se pronunció el bloque Evolución que conduce Martín Lousteau. Uno de sus legisladores, Inés Gorbea señaló durante el debate: “no vamos a acompañar el proyecto de modificación. Lo que hay que hacer es masificar y fortalecer la recolección diferenciada y dotar de equipamiento e instalaciones a las cooperativas de recicladores”.
“Estas plantas de incineración que hoy quieren imponerse a través del proyecto presentado por el oficialismo, son generación de negocios y lucro a favor de grupos empresarios a costa de la salud y la vida de todo el pueblo trabajador”, publicó en redes sociales Marta Martínez, legisladora porteña de Autodeterminación y Libertad (AyL), el partido que encabeza Luis Zamora.
Incluso la Cámara de la Industria de Reciclados Plásticos se alineó con los cartoneros y señaló: “la promoción de la combustión de residuos sólidos promueve la extracción de recursos renovables y no renovables, generando un mayor consumo energético”.