Redacción Canal Abierto | El investigador y escritor del Instituto de Investigación y Experimentación Política (IIEP) Diego Sztulwark dialogó con Quique Pesoa en El Desconcierto.
Reproducimos algunos fragmentos de la entrevista:
- «En primer lugar no hay diferencia entre pensamiento y práctica política. El problema que tenemos puede ser que el pensamiento político no sea potente, pero también puede ser que por las mismas razones las prácticas políticas no lo sean. Tal vez tenemos una crisis de la política emancipatoria y ese es el punto de partida. Hay prácticas y análisis políticos, pero son de derecha.»
- «Hay dos puntos de vista antagónicos al respecto. El punto de vista convencional dice que hay uno que dice que hay una sociedad, hay un Estado, que brega por el bien y que hace falta educar clases dirigentes. Desde ese punto de vista el Estado no está funcionando muy bien, la sociedad no está contenta y faltan dirigentes. Yo no adhiero a ese punto de vista. Pienso de una manera un poco contraria. Pienso que el Estado no brega por el bien común, sino para una clase social domine a otra; creo que no hay una sociedad, sino que hay lucha de clases en la sociedad y que no nos falta una élite dirigente que capitalice las experiencias de lucha. Y el pensamiento surge de la lucha«.
- «Si tomamos ese análisis como una capacidad de contracoherencia, de contraanálisis y de pensar desde las luchas, me situaría ahí. Entonces, ¿qué es lo que hay antes del pensamiento o el análisis? Diría que son los intentos de experiencias colectivas para revertir la situación, eso va antes».
- «Una de las cosas interesantes para pensar es la exigencia de tener que pensar sin modelos. Porque los modelos que tuvimos nos llevaron a derrotas históricas. Cuando tuvimos modelos políticos claros sufrimos derrotas políticas muy importantes. Tal vez lo que nos toca en estos momentos es que la resistencia histórica política no tiene un modelo y sí hace experiencia. Por ejemplo: hoy situaría como un objeto de suma importancia para este pensamiento que estoy intentando desarrollar al movimiento de mujeres, como en otros momentos podemos pensar en el movimiento indígena o de los trabajadores de la economía popular. La idea de tener un modelo en este momento no es productiva, nos somete a una suerte de impotencia o de nostalgia».
«Yo no sé si los fracasos pasados fueron culpa de los modelos, pero sí que los modelos fueron parte de un desastre. Y de ese desastre no se puede salir indemne. No creo que falte un tiempo histórico tranquilo para que esos modelos vuelvan a emerger y vuelva a haber un ciclo idéntico de luchas. Con la derrota de la lucha social también se van modificando las racionalidades. Si vemos el ciclo de lucha que comienzan del 94 para acá, las más interesantes son las luchas que no tuvieron modelo, las más conservadoras son las que intentan retomar el modelo».
Foto: http://lobosuelto.com/