Redacción Canal Abierto | «El paro no sirve para nada porque no arregla los problemas de los argentinos», aseguró en las últimas horas el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, evidenciando la indiferencia del Gobierno a la multiplicidad de reclamos del movimiento obrero.
De todas formas, y pese a la sordera del macrismo, este 25 de junio la Confederación General del Trabajo (CGT), la CTA Autónoma, la CTA de los Trabajadores, movimientos sociales y partidos de izquierda protagonizarán una huelga nacional que se vislumbra como la más contundente de la era Cambiemos.
Serán 24 horas sin trenes, colectivos, subtes, taxis, vuelos de cabotaje, ni bancos. Además, estarán afectados los servicios públicos, la actividad marítima en los principales puertos y la carga de combustible en las estaciones de servicio, entre otros sectores.
La jornada también incluirá cortes en los principales accesos de la Ciudad de Buenos Aires, y una movilización al centro porteño.
Aunque las razones tras la convocatoria sean diversas, existe un núcleo reivindicativo compartido por la multiplicidad de organizaciones. A continuación, un breve punteo de estas consignas y reclamos:
– Acuerdos paritarios a la baja: El techo a las discusiones salariales del 15% impuesto por el Gobierno se convirtió en la punta de lanza del paro general del lunes. Sobre todo luego de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne reconociera en los medios que la inflación de este año será de 27%. Aunque más realista que las anteriores, esta estimación del funcionario cambiemita parece utópica frente a varias proyecciones que la ubican en torno al 30%.
En un intento por paliar el descontento entre las filas gremiales, dos semanas atrás el presidente Mauricio Macri firmó el decreto 508/18 que convalida aumentos de hasta el 5% en los sueldos del sector privado a cuenta de las cláusulas de revisión a pagarse en dos cuotas, entre julio y agosto.
– Las políticas de ajuste: en base al Memorándum pactado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y recientemente publicado, es posible precisar el ajuste estimado para 2019 para lograr la meta de 1,3% de déficit sobre PBI. Un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) muestra que -suponiendo ingresos creciendo al ritmo de 2% PBI y 24% de inflación- entre los recortes que aplicará el Gobierno el año próximo se “ahorrarán”, por ejemplo, $ 56.000 millones en subsidios al consumo de gas y electricidad, y otros $ 30.000 millones al transporte. También habría un ajuste de $ 30.000 millones en salarios públicos, y recortes a las provincias que representarán $ 45.000 millones en salud y educación y $ 9000 millones en otros rubros, mientras que a las universidades nacionales sería de aproximadamente $ 20.000 millones menos. Por otro lado, el informe plantea que -producto de beneficios impositivos- el año próximo el Gobierno no recaudaría cerca de 125 mil millones de pesos.
Desde la CTEP, Barrios de Pie y la CCC reafirmaron el reclamo de aumento del Salario Social Complementario, de la AUH y de todos los programas sociales y de empleo que «quedaron absolutamente desfasados con la inflación de la canasta básica de alimentos y las tarifas de los servicios básicos».
– Desocupación, en suba: por estas horas el INDEC reveló que en los primeros tres meses del año la falta de empleo alcanzó al 9.1% de la población activa, casi dos puntos por encima del último trimestre de 2017. La desocupación afecta a 1.183.000 personas y la subocupación a 1.977.000. También subió el índice de informalidad.
– Acuerdo con el FMI: días atrás el FMI ratificó el crédito stan by por US$ 50.000 millones. Pero, claro está, el Fondo no obra de manera filantrópica o caritativa, ni muchos menos: se esperan recortes en distintos sectores del Estado, en particular los orientados al campo social y previsional, además de áreas generadoras de empleo, como es el caso de la obra pública.
Uno de los referentes de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) llegó incluso a asegurar que “el acuerdo con el FMI abre la puerta a un posible genocidio, hoy nuestras compañeras y compañeros están dando una enorme pelea para poder comer”.
– Tarifazos: en promedio, desde diciembre de 2015 a la fecha, la electricidad acumuló un suba de 1394%. Es decir, una boleta que entonces era de $50, hoy abona $747. Similar fue el incremento en el precio del gas, que desde la asunción de Mauricio Macri sufrió un aumento promedio del 1195%. Por poner un ejemplo, si en 2015 una factura de gas era de $150, hoy alcanzaría los $1942. La misma suerte corrió el agua, el transporte y las prepagas.
Las subas siderales golpean fuerte el bolsillo de los mas vulnerables, y responden a una política de quita de subsidios y la libertad otorgada a las empresas de energía para multiplicar sus ganancias. En promedio, las firmas lograron en 2017 una suba del 772% en comparación con el periodo anterior.
– Inflación sin freno: según el INDEC, la canasta básica alimentaria de mayo sufrió la suba más alta del año. Con un aumento del 4,8% en relación a abril, los alimentos pegaron un salto. Para no ser pobre, una familia necesitó casi 19 mil pesos por mes.
En la era Cambiemos la inflación acumuló nada menos que un 93,8%, casi 20 puntos porcentuales por encima del incremento promedio de los salarios, que se ubicó en torno al 69%.