Redacción Canal Abierto| El Museo del Cine Carlos Ducrós Hickens se encuentra en situaciones paupérrimas para su normal funcionamiento. El organismo, que se encarga preservar reliquias del acervo histórico del cine nacional, no cumple con las condiciones mínimas de seguridad e higiene que se exigen para la habilitación de cualquier espacio. Esta situación no sería tan grave si no se tratara de una dependencia del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Allí, se encuentran archivados negativos realizados durante las primeras décadas del cine argentino. En muchos casos se trata de las únicas copias existentes. También hay materiales impresos y partes de escenografías y vestuarios que los argentinos vimos en las pantalla grande y con las que nos identificamos, pensamos, reímos y lloramos durante décadas. No hay por parte del Gobierno de la Ciudad una voluntad de que eso sea preservado en las condiciones adecuadas.
Edgardo Castro es inspector de la ciudad y, consultado por Canal Abierto, contó que: «Hay un estado total de abandono y el material se está destruyendo. Eso debería estar en condiciones controladas par evitar la descomposición. A las autoridades no les preocupa mantenerlo ni solucionar el problema. Además, es un riesgo importantísimo para los trabajadores y la población porque es un material altamente combustible y hasta explosivo en ciertas condiciones.»
Ante esta situación, Castro realizó la denuncia correspondiente ante el organismo al que responde. «Hay que evitar que vuelva a ocurrir un Iron Mountain».
A la situación en sí, que ya debería encender luces de alarma, Castro le agrega el dato de que el del Museo del Cine no se trata de un caso aislado.
«Por parte del Gobierno de la Ciudad el incumplimiento de las normas está a la orden del día en todo nivel. En el 90% de los organismos públicos las condiciones de seguridad e higiene son deplorables, fundamentalmente en la salud y en la educación», agrega Castro.
El colmo llega cuando se ve que esta situación se da también en el propio organismo de control: «Yo soy policía de trabajo y el 30% del personal de mi organismo está precarizado. El edificio no cumple con las condiciones no cumple las condiciones de seguridad e higiene básicas. Entonces cuando yo infracciono a un particular y va al organismo mío y me dice «usted me infracciona a mi y mire lo que es esto» concluye Castro