Redacción Canal Abierto | La Red Monseñor Enrique Angelelli, que coordina distintos centros comunitarios de Florencio Varela que trabajan con niñez, alerta sobre la avanzada por parte del gobierno de la provincia de Buenos Aires de recortarles las becas que reciben de la Dirección de Unidad de Desarrollo de la Infancia, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social del distrito.
Los recortes se basan en inspecciones según las cuales los centros de la red no cumplirían con los requisitos necesarios para recibir las becas. Desde la Red Angelelli aducen que dichas situaciones no se ajustan a la realidad.
La red trabaja desde hace 25 años y atiende a 3000 chicos en los 23 centros barriales que la constituyen.
En diálogo con Canal Abierto, Claudio Rodríguez, integrante de la red planteó que “esta amenaza se traduce en cortar el sustento que tienen varias organizaciones que trabajan en lo comunitario. Te doy un ejemplo: la red Angeleli oficialmente atiende a cerca de 3000 pibes y pibas y recibe 364 becas UDI, que son repartidas en los distintos centros. Con eso se sustenta el comedor o el centro comunitario. Como red no recibimos otro tipo de ayudas, como planes”.
“Entendemos que es un programa bueno, pensado a largo plazo para poder trabajar con niños y niñas de los sectores sociales más vulnerados”, añadió.
A modo de ejemplo del impacto que tiene esta medida en las comunidades con las que los centros trabajan, Rodríguez contó que “uno de los centros a los que les quieren cortar es a Villa Brown, un sector semirural que esta atrás del cementerio de Florencio Varela. En esa zona los chicos no tienen otra cosa que el centro comunitario. No hay clubes u otro tipo de instituciones”.
El caso de la Red Angelelli no es aislado. Según Rodríguez, “esto se viene dando en varias organizaciones. Esto se viene dando como parte de una política de ajuste. Y recortan este tipo de programa en vez de otros que son más usados para un sistema de política clientelar. Cuestionamos que recorten programas que están sostenidos en el tiempo, en los que las organizaciones tienen que justificar lo que gastan”.
“La desidia y la ausencia del Estado en estas bajadas es claro. El trabajo de la red se hace cada vez más arduo. Porque no solo tenemos que estar ante esta situación de crisis económica tan grave sino también tenés que enfrentarte a las redes de ilegalidad, a la policía y a sectores realmente mafiosos. Y nuestros centros comunitarios se las tienen que ver en ese panorama, casi solos”, concluyó Rodríguez.