Redacción Canal Abierto | “El ‘modo de vida imperial’ es una práctica cotidiana asegurada por la política y por los intereses del capital, de la acumulación de capital, que relaciona los hábitos de la gente normal que en su vida cotidiana utiliza mercancías que están producidas bajo condiciones pésimas en otras partes, dentro de Europa, si pensamos en las fábricas de carne, pero sobre todo en el Sur global, si pensamos en las materias primas, en la agricultura, etc. Estos productos que circulan como commodities son normalmente producidos bajo condiciones pésimas de trabajo pero también a partir de una explotación feroz de la naturaleza. Es lo imperial no es lo imperialista; no es algo políticamente explícito sino que es algo normalizado en la cotidianidad; la gente no quiere explotar al Sur global, pero lo hace de hecho si usa un celular, un auto, si come carne industrializada o usa un vestido producido en Camboya, etc.”. Así resume, en un primer acercamiento, Ulrich Brand al “Modo de vida imperial”, concepto que titula su trabajo junto al también alemán y politólogo, Markus Wissen, recientemente editado en nuestro país por Tinta Limón Ediciones.
“Con mi amigo y colega Markus empezamos a trabajar este concepto hace 10 años, no por casualidad en la crisis 2008-2009, cuando ya la crisis climática, la crisis medioambiental estaba bien politizada, era bien discutida. Y cuestionábamos, ¿por qué el Estado pone tanto dinero en la estabilización de la automovilidad? La gente vendía su viejo automóvil y tenía un premio para comprar un nuevo vehículo; y nosotros nos preguntamos ‘Por qué. Por qué no se ponen 5.000 millones de euros en el mejoramiento del transporte público en Alemania, de los trenes, etcétera’”.
En viaje por Argentina y Chile para presentar este trabajo de 2018 editado localmente este año, Brand, que reside hace años en Viena, Austria, en cuya Universidad integra el Departamento de Políticas Sociales como profesor de Política Internacional, destaca la relación entre el norte global y un sur subsidiario. “En algunas partes del mundo, sobre todo en el norte global, emerge una política que llamamos el ‘capitalismo verde’ que no se propone solucionar el problema, sino asumir la crisis ambiental desde la política oficial de las élites económicas para llevar adelante una modernización ecológica y la lucha contra el cambio climático. El capitalismo verde propone una renovación del capitalismo, un cambio de su fase fósil sin transformar sus formas sociales, sin cambiar la lógica del crecimiento, la lógica de la acumulación de capital”.
“Estamos realmente en una crisis civilizatoria, no es una crisis más del capitalismo como en la posguerra, o como la crisis del fordismo en los 70, sino es una crisis civilizatoria. El capitalismo verde, como Gramsci dijo, es una revolución pasiva, las élites mismas quieren cambiar, pero bajo sus condiciones y la condición es la financiarización verde”.
Ulrich insiste con el ejemplo de la movilidad urbana. Las políticas oficiales en Europa –desde este capitalismo verde– tienden a cambiar la matriz energética de los automóviles, pasar de motores de combustión fósil a motores eléctricos, en lugar de “cambiar todo el sistema de movilidad que implicaría reducir la movilidad cotidiana, tener más transporte público, etc.”.
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“No es un libro sobre un consumo no sustentable”, destaca Brand. “Es un libro sobre un modo de vida que tiene que ver con un modo de producción capitalista imperial, un modo de distribución, de consumo y de acumulación que está arraigado en las prácticas cotidianas y en la racionalidad cotidiana, y se convierte en algo ‘natural’”.
Sobre la relación solidaria e internacionalista entre Europa y Nuestramérica Brand señala: “Con Eduardo Gudynas (Centro Latino Americano de Ecología Social – CLAES, Uruguay) y Alberto Acosta (FLACSO – Ecuador) y otros propusimos el concepto de extractivismo que ahora es un concepto político que se usa en América Latina, y se usa también en Europa para entender a América Latina. Entonces, mi papel también es transportar, transferir, traducir las experiencias de aquí sin mirarlas desde arriba sino realmente entendiéndolas”.
“Nosotros analizamos bastante los gobiernos progresistas y nos preguntamos: por qué las olas ahora radicales tienen lugar en los países donde no había gobiernos progresistas, Chile, Perú, Colombia. Entonces, hay que entender cómo los gobiernos progresistas o nacional populares desmovilizaron de alguna manera los movimientos poniendo demasiadas expectativas en llegar al gobierno. Estaba este dispositivo de si ganamos las elecciones ya podemos, desde arriba, cambiar a la sociedad sin reconocer el carácter colonial del Estado, el carácter de clase del extractivismo mismo en las sociedades”.
[mks_toggle title=»Los autores» state=»open»]Ulrich Brand es profesor e investigador alemán de la Universidad de Viena, Austria. Miembro de la Fundación Rosa Luxemburgo y del Consejo Asesor Científico de ATTAC, en Alemania.
Markus Wissen: Politólogo especializado en procesos de transformación socioecológica. Profesor de Ciencias Sociales en la Escuela de Economía y Derecho de Berlín, Alemania. Integra el comité editorial de la revista de ciencias sociales críticas Porkla y es miembro del Consejo Asesor Científico de la Fundación Rosa Luxemburgo.[/mks_toggle]
Entrevista y producción: Juan Alaimes – Nahuel Croza
Agradecemos a lxs compañerxs de Tinta Limón Ediciones
y de la Fundación Rosa Luxemburgo por facilitar este encuentro.