Redacción Canal Abierto | En una de las actividades centrales de las muchas y muy emotivas que se vienen realizando durante los últimos días tanto en Rawson como en Trelew para conmemorar los 50 años de la fuga que fue masacre, esta tarde se realizó un ingreso al penal que en 1972 alojaba a los presos y presas políticas más peligrosos del país, que finalmente terminaron tomando la unidad penitenciaria a las 18 horas del 15 de agosto y concretando el escape de 25 dirigentes.

Grupos numerosos de militancia venida de distintos puntos del país que saturaron las ciudades más grandes de Chubut esta semana sitiaron la zona para participar de la recorrida y acompañar a los ex detenidos y detenidas de esta cárcel y de otras, de esa época y otras, que se unieron a los familiares de los fusilados el 22 de agosto para conocer el lugar en el que se gestó el escape más ambicioso de la historia política de este país.

La jornada contó con ingresos en grupos de 40 personas, familiares primero, ex habitantes del presidio luego y organizaciones luego, que pudieron acceder libremente hasta el patio que separa el retén de salida de la última entrada y la verdea, en primera instancia, y luego una visita acompañada a uno de los pabellones que hoy aloja personas con problema de consumos, pero que a principios de los 70 servía para los acusados de subversión y terrorismo.

Si bien el lugar sufrió modificaciones, muchos de los ex guerrilleros lograron identificar zonas, recordar lugares, rememorar situaciones, y tironear anécdotas entre emociones de alto tenor.

Una de ellas, Emperatriz “Monena” Márquez, ex militante del PRT-ERP, hermana de la histórica Madre de Plaza de Mayo de Jujuy, Olga Márquez, cuñada del intendente de Libertador desaparecido por la última dictadura, Luis Aredez, quien identifico para los presentes, entre otras cosas, el techo que en 1972 era de ladrillos de vidrio y por el cual habían realizado agujeros para mantener contacto entre la planta baja de hombres y el pabellón superior de mujeres.

Con la imposibilidad del registro audiovisual para los medios de comunicación para preservar la intimidad de la población carcelaria, la visita se centró en las charlas y los recuerdos y los ejercicios de memoria.

Una de las anfitrionas fue la directora del Servicio Penitenciario Federal, María Laura Garrigós de Rebori, quien acompañó a cada uno de los grupos.

Señales de la memoria

Antes, familiares y funcionarios realizaron la inauguración de un cartel que identifica al penal como Sitio de Memoria, y una placa a los abogados defensores de los presos, entre los que se destacaron nombres como Rodolfo Ortega Peña, Luis Eduardo Duhalde, Rodolfo Matarollo, Carlos González Gartland y Mario Abel Amaya.

Encabezaron la señalización Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Mena, subsecretario de Justicia de la Nación, Lorena Battistiol, directora nacional de Sitios y Espacios de Memoria, y Judith Said, ex coordinadora de la Red Federal de Sitios de Memoria.

 

La base del horror

Por la tarde, Canal Abierto recorrió la Base Aeronaval Almirante Zar junto al perito Guillermo Pregliasco, que actuó en el juicio de 2012 y también en el que se realizó este año en Estados Unidos contra el fusilador Roberto Bravo, para dar cuenta de los intentos con los cuales la marina y la dictadura intentaron encubrir el crimen durante años. Allí, el especialista mostró las señales que dejo la masacre, que no pudieron ser ocultadas por las modificaciones, que sirvieron como prueba irrefutable para las condenas de ambos procesos.

Los registros del imponente encuentro serán parte de una producción audiovisual que este medio se encuentra produciendo con el material de los últimos días, en los lugares que ya son parte de la historia argentina por la memoria, la verdad y la justicia.

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