Por Leo Vázquez | El ex policía federal Mario Alfredo Sandoval, alias “Churrasco”, es el único imputado en el sexto juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la ex Escuela de Mecánica de la Armada durante la dictadura. Está acusado del secuestro y las torturas a Hernán Abriata, en octubre del 76.
Era subinspector del departamento de Asuntos Políticos de la Superintendencia de Seguridad Federal y su oficina estaba en Coordinación Federal, la sede central de la fuerza en la que también funcionó un centro clandestino. Además, aunque lo negó durante el alegato del pasado 9 de noviembre, participó en operativos conjuntos del temible Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA.
Ya en democracia, se fue del país y llegó a Francia en el 87, donde se reconvirtió en docente universitario y autoproclamado experto en temas de seguridad, obtuvo la ciudadanía gala y hasta llegó a integrar el círculo de asesores de expresidente Nicolás Sarkozy. En 2019 y luego de más de una década se logró la extradición por el caso Abriata, aunque había sido solicitada por más de 500 delitos. Está detenido en la unidad 34 de Campo de Mayo.
Hernán tenía 25 años cuando la patota llegó a la casa en la que vivía. Era militante de Juventud Universitaria Peronista (JUP), de Montoneros, en la facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.
El juicio se sustancia en el Tribunal Oral Federal (TOF) número 5, integrado por los jueces Fernando Canero, Adriana Palliotti y Daniel Obligado. Acusan, además de la fiscalía y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, una querella unificada entre el CELS y la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos –todas solicitaron entre 20 y 21 años de pena-, y otra de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos y el Colectivo Justicia YA!, representada por los abogados Adrián Krmpotic y Ariel Noli, que reclaman prisión perpetua por el crimen de Genocidio, amparados en la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de Naciones Unidas que Argentina suscribió en 1956.
La próxima audiencia será el 7 de diciembre, con el alegato de la defensa.
En esta charla con Canal Abierto, Krmpotic describe la estrategia de la acusación, señala los flancos débiles de la defensa del represor, y advierte que “se abrió otra ventana” para lograr que Sandoval sea juzgado por otros delitos aberrantes cometidos durante su trayectoria de torturador
¿Qué posibilidades hay para que sea juzgado por otros casos?
-Logramos que el Juzgado Federal N° 12 lo requiriera por 595 casos, pero el Estado francés decidió conceder la extradición por uno solo. Sandoval es ciudadano francés. Supongamos que como resultado de este juicio queda acreditado que Mario Alfredo Sandoval perteneció al Grupo de Tareas que operó en la ESMA. El juzgado de instrucción debiera solicitar al Estado francés una ampliación de los hechos motivos de extradición. Eso luce difícil, pero se abrió otra ventana: Sandoval llega a la Argentina en 2019 y en 2020 se produce el tercer tramo del juicio Coordinación Federal, y ahí hay testigos que lo colocan a Sandoval como Jefe de Guardia, incluso como autor de violaciones.
Esos testimonios se enviaron al Juzgado Federal N°3, el de Daniel Rafecas. A mí me da la impresión que sería más factible que hubiera nuevos requerimientos a partir de eso que de ESMA, porque por ESMA se lo había requerido por todos los hechos ocurridos entre octubre del 76 y septiembre del 79, que es el lapso de tiempo que él está destinado al departamento de Asuntos Políticos de la superintendencia de Seguridad Federal.
¿Qué expusieron en el alegato?
-Nosotros venimos sosteniendo en todos los juicios la imputación por Genocidio, somos la única querella que está solicitando condenas por esa figura. No nos viene yendo bien, lo máximo que se ha logrado hasta este momento es algún voto de minoría que considera que los delitos de lesa humanidad se cometieron en el marco de un genocidio. Nosotros, aprendiendo de eso, vamos adecuando la fuerza argumentativa del planteo. La Convención que reprime el delito de genocidio habla de “persecución a la totalidad o una parcialidad de los miembros de un grupo nacional”. Nosotros habitualmente nos tomábamos de eso, explicando que era una fracción del grupo nacional -que es el pueblo argentino-, y esa parcialidad eran aquellos opositores a los designios de la Junta Militar. Eso lo rechazaron en virtud de que la Convención no prevé dentro de sus tipificaciones que esa parcialidad se constituya en un grupo político. El planteo que nosotros estamos empezando a hacer es que, en rigor, el plan sistemático de exterminio fue sobre el conjunto del pueblo argentino, sobre todo porque la calidad de opositor estaba asignada por los centros de inteligencia que disponían la caracterización de los blancos. Era algo ajeno incluso a la subjetividad de las personas.
Es una práctica por la cual las Fuerzas Armadas argentinas no pueden invocar originalidad, porque no es ni más ni menos que la doctrina contrainsurgente francesa, esta idea del enemigo interno, el cual, a priori, en términos de ejercicio hipotético, debe considerarse a todo el pueblo.
Y la pena que pedimos es una pena por analogía, si bien nuestro país considera dentro del ordenamiento interno los tipos delictivos que estableció el Tribunal Penal Internacional que toma como base la Convención contra el Genocidio, todavía los tribunales argentinos consideran que no hay una tipicidad que recepte al Genocidio como una figura típica y por lo tanto no hay una pena para esa conducta. Nosotros planteamos que, en este caso, no estaría violando la prohibición de la analogía penal el plantear una pena análoga con la mayor pena que prevé el código nuestro, que es la prisión perpetua.
¿Cuál es la densidad de la prueba que se logró reunir?
–Es contundente. Probado en otras sentencias, existen miembros del Grupo de Tareas de la ESMA ya condenados por este hecho, como Ricardo Cavallo, Néstor Savio, en total 16 personas que han sido encontradas responsables de la privación ilegal y los tormentos a Hernán. Esa imputación se construye por los testimonios que lo ubican a Hernán en la ESMA, sobre todo en Capuchita, de Carlos Loza y Oscar Repossi, que compartieron cautiverio con Hernán. Con lo cual no hay debate respecto de que Hernán fue privado de su libertad, por miembros del Grupo de Tareas de la ESMA y fue alojado en la ESMA. Y sobre un punto más no hay dudas, que una de las personas que se hace presente en ese operativo, que primero es en la casa de los padres de Hernán y después se traslada al domicilio donde efectivamente él vivía, uno de esos efectivos se presentó como “Mario Alfredo Sandoval de Coordinación Federal”, eso no lo niega nadie. Lo que niega Sandoval es haber sido esa persona. ¿Qué pruebas hay para desvirtuar esa defensa, que es muy flaca? En principio los testimonios del resto de la familia, las hermanas, quien fue su esposa, Mónica Dittmar, y la hermana de ella, que lo han identificado.
Donde se centró el debate es en cierta discordancia de los testimonios conforme transcurrió el tiempo. Con lo cual lo único que quedaba por despejar era si el Mario Sandoval que se presentara con ese nombre en el procedimiento es efectivamente este Mario Sandoval. Para eso hay muchas cosas, por ejemplo que el nombre de Mario Alfredo Sandoval aparece al otro día del secuestro, cuando Carlos Abriata, el papa de Hernán, va a la comisaria 37 a hacer la denuncia y lo recibe uno de los oficiales de guardia, que era un subordinado del comisario Rafael Fensore, el que había encubierto la Masacre de los Palotinos unos meses antes. A partir de ahí hubo presiones, incluso presiones intrafamiliares porque un tío de Hernán era un vicealmirante que les desaconsejaba que manifestaran poder identificar a la persona que se presentó como Mario Alfredo Sandoval, y por esa razón en diciembre del mismo 76, en una nueva declaración de Mónica Ditmar y Carlos Abriata, ambos dicen que habiendo transcurrido tres meses ya no estaban en condiciones de identificar a nadie. A partir de ahí Sandoval intenta articular su defensa. No solo niega haber participado en ese operativo sino que niega haber participado en cualquier tipo de operativo, niega haber conocido que en Coordinación Federal funcionara un centro clandestino, niega haber tenido alguna participación operativa durante esa etapa, pero su propio legajo lo desmiente: el 17 de noviembre del 76 recibe una recomendación, un premio, por su participación en operaciones antisubversivas, o sea, 17 días después del secuestro de Hernán, en su legajo aparece esta felicitación. Incluso en el 79, cuando interpone un recurso contra una sanción que le habían impuesto, él mismo afirma que había participado en operaciones conjuntamente con miembros de las Fuerzas Armadas, autorizadas por la superioridad, esas cosas hacen que se diluya un poco esa defensa.
Además hubo un testimonio muy importante en el juicio, de un compañero que estuvo secuestrado en la ESMA y que a su vez fue utilizado como mano de obra esclava para la fabricación de documentación apócrifa, que comentó cómo era el mecanismo de obtención de los datos para esos documentos, y describió un sistema por el cual publicaban un aviso en el diario ofreciendo trabajo a partir del cual obtenían data concreta de personas y se apropiaban de esas identidades. Este, indudablemente no sería el caso, toda vez que Sandoval, efectivamente prestaba servicios en Coordinación Federal. Otra posibilidad es que algún miembro del Grupo de Tareas hubiera solicitado que se le fabrique una credencial a nombre de Mario Alfredo Sandoval, pero hay que tener presente que las credenciales apócrifas tenían por objeto el encubrimiento, no el descubrimiento, y tratándose de una persona que efectivamente trabajaba en la superintendencia de Seguridad Federal, que se llamaba de esta manera y que revistaba en el departamento de Asuntos Políticos, lejos de proveer un encubrimiento se hubiera descubierto rápidamente que ese documento era apócrifo. La última hipótesis es que algún miembro del Grupo de Tareas hubiera querido hacerle un daño a Sandoval, haciéndolo aparecer como involucrado en un secuestro, pero lo más probable es que si un miembro del Grupo de Tareas de la ESMA le quería hacer una daño le habría dado un tiro, no “empapelarlo” en una causa para que 46 años después le hagan un juicio. Por otro lado Sandoval declara no conocer a ningún miembro de la Armada, con lo cual no habría posibilidad de que nadie tuviera ningún tipo de animosidad contra él sencillamente porque no lo conocían.
¿Cómo logró reconvertirse en un ciudadano respetable en Francia?
-La verdad es que no queda claro. En el 85, ya retirado, solicita permiso a la Policía para residir en el extranjero. No queda bien claro cuál fue el derrotero de este hombre, pero sí que fue profesor de un instituto ligado a la Sobrbona, aunque no tiene titulo de grado alguno, eso llama la atención. Se presentaba como un experto en seguridad. Como hipótesis, aunque no se puede probar, si uno asume que esta persona tuvo un contacto estrecho con la ESMA, y a su vez la máxima conducción de la Armada instaló el Centro Piloto en París, no parecería tan raro que hubiera tejido una vinculación.
¿Cuál es la expectativa para la sentencia?
-Yo creo que va a haber una condena. Se fue robusteciendo mucho la prueba, los testimonios fueron contundentes. En términos de monto de pena, hay una mensura que uno puede hacer: A Claudio “Gordo” Vallejos, que fue llevado a juicio en ESMA IV por su participación en el secuestro de Hidalgo Sola, el TOF N°5 lo condenó a 6 años de prisión. El TOF N°6, en la causa Coordinación Federal, con un imputado por un solo hecho, condenó a 7 años de prisión.
Obstinación por la justicia
Obstinación por la justicia
Adrián Krmpotic estudió derecho y se recibió de abogado al salir de la cárcel en 2007, y desde entonces es docente universitario y actúa en juicios de lesa humanidad. Pero su obsesión por la justicia comenzó mucho antes, inclusive cuando el camino legal estaba absolutamente cerrado por la seguidilla de leyes de Obediencia Debida, Punto Final y los indultos menemistas.
Luego de un paso por Abuelas de Plaza de Mayo donde realizó tareas de inteligencia, y de una breve militancia en un grupo tardío del PRT a fines de los 80, fundó la Organización Revolucionaria del Pueblo que realizó acciones de propaganda armada –como la colocación de explosivos en cajeros-, y asaltos a camiones de caudales para recaudar fondos para tareas sociales, a principio de los 90. Pero su acción más resonante fue el intento de secuestro al obstetra del circuito Camps, Jorge Bergés, en abril de 1996. El hombre, actualmente condenado a perpetua, se encargaba de asistir los partos de las desaparecidas en los centros clandestinos y de supervisar sesiones de tortura en los pozos de Etchecolatz. El objetivo era arrancarle información sobre el paradero de los niños robados y apropiados.
Sin embargo, cuando la ORP lo fue a buscar aquella mañana en Quilmes, se cubrió con su esposa. Logró evitar el secuestro pero recibió unos cuantos balazos. Krmpotic y los suyos fueron detenidos días más tarde. Lo condenaron a 18 años en el 97. Comenzó a salir en 2007 y continuó con esa persistente búsqueda justicia, ahora con la posibilidad de los tribunales abierta.
Foto principal: Juicio a Mario Sandoval. Foto: Gustavo Amarelle, en Telam.