Redacción Canal Abierto | “No hay plata” es el nuevo mantra con el que La Libertad Avanza y el PRO buscan legitimar el ajuste anunciado por Luis “Toto” Caputo, y que según todos los analistas impactará de lleno en el bolsillo de la clase media y los sectores más humildes.
Al igual que durante los cuatro años de macrismo, no faltaron los “argentinos de bien” que ya salieron a militar el llamado a la austeridad para la supuesta “estabilización de la economía” y alcanzar así -plantea hoy Javier Milei y lo hacía Macri años atrás- “la luz al final del camino”.
Agarremos las bicicletas.
Ahorremos energía.
A compartir el alquiler.
Pan y vino y que Dios cuide nuestra salud.
Pasamos una pandemia y pasaremos el Rubicón.
— Maria Eugenia Talerico (@eugetale) December 13, 2023
Los mismos influencers, periodistas militantes y funcionarios que entre 2016 y 2019 publicitaban modas como los beneficios de la -literal- ingesta de insectos, el “abrígate más y apagá la estufa” o la necesidad de “trabajar menos para estar menos ocupado”, hoy aconsejan: “Agarremos las bicicletas. Ahorremos energía. A compartir el alquiler. Pan y vino y que Dios cuide nuestra salud. Pasamos una pandemia y pasaremos el Rubicón”.
El mensaje en cuestión es de la exvicepresidenta de la Unidad de Información Financiera (UIF) durante el macrismo, excandidata a senadora de Juntos por el Cambio y ex apoderada del banco HSBC, María Eugenia Talerico.
La fundadora de la organización Será Justicia, que abreva en el espacio de la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, causó polémica en la red social X (ex Twitter). Y no es para menos si se tiene en cuenta el poco modesto patrimonio y estilo de vida de la integrante del ala dura de Pro que estuvo a punto de quedarse con el área de Migraciones de la actual gestión.
En 2017, según la última Declaración Jurada que presentó a la Oficina Anticorrupción, Talerico residía en un departamento porteño con cochera de 240 metros cuadrados y descansaba en una casa de 1230 metros cuadrados ubicada en un country de zona norte bonaerense. Además, por entonces poseía una cochera, un terreno, otro departamento de 71 metros cuadrados y dos automóviles.
Es de suponer que Talerico ya estará averiguando cómo compartir generosamente su buen pasar, sobre todo los cientos de metros en su haber con quienes ya no puedan sostener un alquiler o los nuevos cuadros tarifarios tras la quita total de subsidios.
De la presentación patrimonial también se desprenden los ahorros en efectivo, tanto en pesos como en dólares, que la exfuncionaria declaraba en nuestro país. Sobre esto sí parece difícil que haya quedado algo para los mismos fines solidarios que hoy pregona: su hija, Chelsea, acaba de terminar el secundario en el Belgrano Day School, uno de los colegios más caros de la Ciudad, con fiesta de egresados en el top Río Electronic Music de Punta Carrasco y viaje a las paradisiacas playas de Cancún incluidos (y tantas otras escapadas por el mundo, como se puede observar en sus redes).
En fin, si de compartir se trata, María Eugenia dice estar dispuesta. Y por lo visto, puede.