Redacción Canal Abierto | En las últimas horas, a través de un comunicado dirigido a Mauricio Macri, el directorio del CONICET reclama una suba salarial de -al menos- un 20% para personal de apoyo, becarios, administrativos e investigadores de carrera, por fuera de las paritarias. El texto refiere a la “situación crítica y alarmante” que atraviesa el organismo, en particular debido a los actuales estipendios “por debajo de la línea de la pobreza”.
“Cuando un becario graduado universitario recibe un estipendio de bolsillo cercano a los 29.800 pesos y un doctor (máximo nivel universitario del país) recibe un estipendio de bolsillo por beca posdoctoral cercano a los 36.000 pesos, todo se desvirtúa” -y advierten- “muchos empleados administrativos perciben salarios brutos por debajo de los 22.000 pesos”.
En agosto, la inflación fue del 4%, lo que acumula un 54,5% interanual y un 30% en los primeros ocho meses del año. Esta escalada en el costo de vida llevó la Canasta Básica Total relevada por el INDEC en el mes de junio -último dato disponible, previa megadevaluación post PASO- a $ 31.148 mensuales.
Ayer, durante una charla en la Sala Caras y Caretas, el célebre biólogo molecular e integrante del directorio del CONICET, Alberto Kornblihtt también opinó sobre política científica y tecnológica macrista: “hoy solo tenemos miserias para distribuir, repartimos cifras que nominalmente son iguales a las de 2016 cuando, en rigor de verdad, hubo un 80% de inflación acumulada y una devaluación brutal. Para este gobierno la ciencia y la tecnología no son importantes, parece como si no les quedara otra que soportarlas o eliminarlas”.
“El ajuste fue calculado, afrontamos pérdidas del 40% de nuestro poder adquisitivo”, fustigó el investigador, quien también se refirió a la actualidad y los desafíos a futuro que debiera encarar el organismo.
La Secretaría de Ciencia y Técnica cuenta para 2019 con menos pesos que en 2016 y 2017, y una reducción en términos reales de al menos un 30% respecto a los fondos asignados en 2013 y 2015.
Claro está, este estrangulamiento presupuestario no es novedad, sino más bien una política de Estado que se ve reflejada en los recortes que viene sufriendo el área año a año: del 1,53% del presupuesto total en el 2016, pasó al 1,4% en 2017, y ahora al 1,22% en 2018.
Sin embargo, el ajuste no sólo es una cuestión de cifras y porcentajes, detrás hay proyectos truncos: sea de diversos desarrollos productivos -por ejemplo, ARSAT-, o bien de profesionales formados en Argentina que no encuentran alternativa más que migrar a otras naciones deseosas de cerebros para la investigación científica.
De hecho, en la Argentina de Cambiemos, la investigación se convirtió en una carrera privilegiada a la que logran acceder unos pocos. Es que las oportunidades no sólo mermaron dentro del CONICET -el organismo más importante en la materia a nivel país-, sino también en entes descentralizados como INTA, INTI, CNEA y CONAE. En todos ellos los despidos se cuentan por centenares, y las contrataciones a cuentagotas.
En mayo de este año, los resultados de la convocatoria 2018 de CONICET revelaron que, de 2500 candidatos, sólo ingresaron 450 investigadores. Es decir que, producto del ajuste y los recortes al sector, cerca de 2050 doctores (grado y posgrado, formados en universidades nacionales por más de 12 años) quedaron excluidos.
“El ajuste fue calculado, afrontamos pérdidas del 40% de nuestro poder adquisitivo”
“Hace tres años que Macri y Barañao pusieron fin a una política de crecimiento y expansión del CONICET y discontinuaron el Plan Argentina Innovadora 2020, que preveía aumentar la cantidad de científicos en el país. Hoy cientos de jóvenes investigadores piensan en irse al exterior: Estamos viviendo una nueva fuga de cerebros”, aseguró en una entrevista a Canal Abierto el bioquímico, diputado nacional y ex presidente del CONICET, Roberto Salvarezza.
El deterioro es indiscutible, y se vuelve evidente al observar los números del programa Raíces, creado por el gobierno anterior para repatriar científicos. Hasta 2016 logró el retorno de casi 1300 investigadores, a un promedio de 102 por año. Con el macrismo, en 2017 y 2018, sólo regresaron seis.
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