Redacción Canal Abierto | “Me dicen que hable sobre los entornos, sobre lo que está pasando en el mundo… Gaza”, dijo el actor Norman Briski en su discurso tras recibir un premio Martín Fierro de Cine en reconocimiento a su trayectoria. Luego hizo un silencio, un silencio en una TV que todo el tiempo derrama verborragia. Casi diez segundos de silencio y caras incómodas en la platea. “Gaza”, repitió y reanudó el mutismo. Un tercer “Gaza”, cinco segundos más tarde, despertó tímidos aplausos. “Gaza, jamás será vencido”, insistió entre pocas palmas.
“No me importa que me aplaudan mucho o poco, pero siento aquí en mi sangre, en mis ancestros, la defensa de un pueblo, de un pueblo que está siendo asesinado. Gaza”. Así cerró esta parte de su discurso y continuó con otros temas de dolorosa actualidad… “Saludo a la comida que falta”, sostuvo al reiniciar sus palabras.
Debido a este fragmento de su alocución fue vituperado por el sionismo vernáculo, incluidos personeros y agentes de la embajada de Israel. Además de los ataques mediáticos fue denunciado judicialmente por el abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten por el presunto delito de “instigación al terrorismo”, y por el ex vicepresidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) Alejandro Broitman por “apología del crimen, incitación a la violencia colectiva y actos de discriminación”.
Este martes 29, el juez Sebastián Ramos, a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 2, rechazó la presentación del ex dirigente de la colectividad judía. “El Tribunal no lo acepta como querellante planteándole que el simple hecho de que sea judío no implica que haya sufrido una lesión por los dichos de Briski”, sostienen desde la Asociación Gremial de Abogados y Abogadas, a quienes el actor solicitó que tomaran a cargo su defensa.
El escrito judicial sostiene que: “La circunstancia de que Broitman pertenezca al pueblo judío no habilita “per se” la constitución en el rol pretendido, ya que deben verificarse los recaudos específicos que la normativa procesal exige. En tal sentido, debe advertirse que el nombrado no explicó de qué manera podría resultar particularmente ofendido por los hechos denunciados, qué derechos se encontrarían vulnerados y cuál sería el perjuicio real, especial y concreto sufrido”.
De todas formas, desde la Gremial señalan que “a los sionistas no les importa perder en Tribunales porque su objetivo no es judicial, es político. Es perjudicar todo lo que se pueda y también criminalizar a quien se atreva a denunciarlos”.
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Por último, el comunicado de esta defensa a cargo de Eduardo Soares y Laura Taffetani como abogados de Naum Briski, enumera las causas en que los sectores sionistas fueron vencidos judicialmente:
- la denuncia del multimillonario Eduardo Elsztain del Consejo Sionista Mundial contra Juan Carlos Beica del Partido Convergencia Socialista, fue desestimada.
- en 2016, fue desestimada la causa contra el periodista Carlos Aznarez (director de Resumen Latinoamericano) y Rubén Saboulard, acusados -nuevamente por directivos de la DAIA- de “antisemitismo”.
- la falsa denuncia de terrorismo a los hermanos Salomón, defendidos por Ismael Jalil.
- el exlegislador porteño Alejandro Bodart fue absuelto este año en el juicio que le inició la DAIA por discriminación. Fue defendido por la Correpi.