Redacción Canal Abierto | A través de un trabajo etnográfico, Sian Lazar estudió los “espacios íntimos de la militancia política” en los dos sindicatos estatales más grandes de Argentina, ATE y UPCN, comparando orientaciones políticas y formas de organización. Lo hizo a partir de un estudio de campo, con entrevistas a dirigentes y militantes de base, compartiendo los espacios de trabajo, cursos de formación, las protestas y analizando la relación con los gobiernos de turno.
En su reciente libro, la antropóloga inglesa y docente de la Universidad de Cambridge analiza -entre otras cosas- cómo los activistas perciben sus organizaciones, y en qué medida esa percepción construye la percepción del otro.
En la previa a la presentación que realizó en la sede de ATE Nacional, Canal Abierto entrevistó a la autora de “Cómo se construye un sindicalista: Vida cotidiana, militancia y afectos en el mundo sindical”.
¿Cómo surge tu interés por entender “Cómo se construye un sindicalista” y por qué elegiste la Argentina para tu investigación?
-Si uno quiere analizar e investigar sobre sindicalismo en América Latina, hay que venir a Argentina. Por su fuerza, su peso político, social y cultural, y sus particularidades históricas vinculadas -tiempo atrás- con el movimiento peronista y -más cerca en el tiempo- con la crisis de 2001.
Otro aspecto distintivo es el reconocimiento mundial que existe respecto de los movimientos sociales argentinos, y las formas en que estos se vinculan con organizaciones gremiales mas tradicionales.
¿Por qué elegiste a ATE y UPCN? ¿Qué características distintivas encontraste en ambos modelos?
-Más allá de las tradiciones del anarco sindicalismo de principios de siglo XX o del clasismo de los años 60´, encontré dos modelos con fuerte protagonismo durante las últimas décadas: la CGT, con una impronta más negociadora; y la CTA, con un perfil más combativo.
De todas formas, y más allá de esas caracterización, en la investigación me interesó buscar no sólo cómo se auto percibían los militantes, tanto de ATE como de UPCN, sino también cómo veían y construían al otro. Es decir, qué es lo que dice un delegado de su propia organización cuando califica de verticalista al gremio de enfrente.
En cuanto a las prácticas, creo que la principal diferencia está en el énfasis y en los distintos modos de contener a sus militantes. ATE pone su esfuerzo en dar un contexto y proyecto político, en general a través de asambleas y movilizaciones. En el caso de UPCN -aunque también operan con acciones del mismo tipo- el énfasis está puesto en las prestaciones de servicios, como es la obra social, la colonia de verano, etc.
¿Ves diferencias importantes entre la participación sindical en nuestro país y, por ejemplo, Inglaterra?
-No es que sea especialista en sindicalismo términos generales pero, en primer lugar, creo que no compartimos la misma noción de militancia. Me parece que el activismo en movimientos y sindicatos en Inglaterra es un poco más individualista, sin esa percepción de la acción directa de cara a lo colectivo.
Por ejemplo, un síntoma que refleja las diferencias es que en la Universidad de Cambridge -donde trabajo- somos casi 8 mil trabajadores académicos (esto sin contar a los administrativos y demás), con una baja tasa de afiliación y sólo 15 o 20 delegados gremiales. Tenemos nuestros conflictos y participamos, pero esto vuelve difícil la construcción de una representación y participación fuerte como sucede aquí.
Por otro lado, en Inglaterra el contexto legislativo en materia sindical es pésimo. De hecho, si alguien quiere convocar a una huelga, el procedimiento es muy complejo y restrictivo.
Hace años que trabajas con investigadores y académicos argentinos, ¿qué te cuentan de la situación de la producción científica? ¿Notas un deterioro en las condiciones?
-En términos intelectuales, Argentina se encuentra en el más alto nivel. En la disciplina en que me dedico, la antropología, no me caben dudas.
Por otro lado, mis colegas aquí me cuentas sobre las difíciles condiciones en las que tienen que trabajar. No sólo en lo que refiere a la falta de insumos y edificios en condiciones, sino también bajos sueldos y falta de financiamiento para viajar a Congreso en el mundo e incluso dentro del país.
¿Estás trabajando en algún proyecto nuevo?
-No sé si va a terminar en un trabajo académico, pero hoy me interesa todo lo relacionado al trabajo a través de plataformas digitales como UBER, Rappi u Glovo, y las posibilidades de sindicalización.
Creo que en este tema, Argentina podría ser un caso muy interesante.
Entrevista: Diego Leonoff (@leonoffdiego)